008 | humillar en publico

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Después de años se venía un día muy importante para las personas que formaban parte de la familia de Chuuya, es decir, para Chuuya y Kouyou este sería uno de los días más felices y esperados por ambos, ¿la razón? Muy simple: Paul Verlaine y su pareja Arthur.

Llevaban años sin ver a su hermano mayor, Verlaine. Hacia ya mucho tiempo está familia se despidió cuando el mayor les dio la noticia de que se iba a ir a vivir a Europa junto con su pareja. Verlaine era un famoso escritor mientras que Arthur era un reconocido científico, ¿era más que claro que la inspiración para Chuuya fue Arthur?.

Todo estaba preparado, una pequeña fiesta sorpresa de bienvenida en la casa de Kouyou, en esta se encontraban personas cómo: Dazai, Mori, Akutawaga, Atsushi, Kyoka, Elise y por supuesto los dos hermanos, Chuuya y Kouyou.

—Chuuyaaa~ ¿donde dejaste las serpentinas?.- pregunto el castaño.-

—Están en la cocina, ahora deja de holgazanear y ayuda a todos.-

—Chuuya-kun tiene razón, Dazai-san.- dijo en un murmullo el pequeño Atsushi.-

La razón de Atsushi de estar ahí era simple; conocer a uno de sus poetas favoritos, y es que cuando Akutawaga le dijo que Chuuya era su hermano fue inevitable ayudar con esa fiesta sorpresa.

Todos quedaron quietos cuando escucharon como algunos toques provenían afuera de la casa.

—¿Kouyou? Soy yo.- esa voz.-

—Todos a sus puestos.- susurro la pelirroja.-

Las luces fueron apagadas rápidamente y todos se escondieron en ciertos lugares de la sala mientras que Kouyou iba directamente a abrir la puerta.

—Verlaine, es un gusto volver a verte, y también a ti, Arthur.-

—¿Siempre con tus formalidades? Soy tu hermano, solo dime Paul.- los tres adultos rieron.-

—Adelante, pasen, están en su casa.- sonrió de forma amable.-

Ni Verlaine ni Arthur se esperaron que al adentrarse en la sala de la pelirroja fueran recibidos por varias personas.
Las luces se encendieron y pequeños papeles de colores cayeron sobre ellos, atrás de las personas que se encontraban ahí se podía apreciar un cartel que decía "bienvenidos"

—Oh no era necesario todo esto.- no un avergonzado Arthur.-

—¿Qué dices? No los hemos visto en años.- ahora hablo Mori.-

—Bienvenidos, tíos.- hablo la pequeña Kyoka.-

—Muchas gracias a todos por la bienvenida.-

—¡Hey! Te olvidas de algo.- la voz de cierta persona se hizo presente.-

—¡Chuuya!.- quizá ambos hermanos no eran mucho de mostrar demasiadas muestras de afecto frente a otros, pero esta vez fue inevitable que se abrazaran luego de haber estado separados por tanto tiempo.-

Toda la fiesta fue un éxito, y como uno si todos estaban teniendo algo bueno ese día.
Chuuya y Kouyou veían a su hermano y a su cuñado, Kyoka veía a sus tíos, Atsushi conocía a uno de sus escritores, Akutawaga estaba feliz de ver a su pareja tan alegre, Elise jugaba con el cabello de Arthur, Mori estaba feliz de ver a dos de sus antiguos empleados y Dazai... Dazai estaba neutral, no es que estuviera odiando esa bienvenida, pero estaba algo aburrido al no poder hacer mucho más que ponerse al corriente con la vida de los recién llegados.

—Dazai-san, ¿qué tal te va con Chuuya? ¿Lo has cuidado como te dije.- pregunto Verlaine.-

—¿Quién crees que soy? Obvio he cuidado muy bien del pequeño chibi.- dio unas cuantas palmadas sobre la cabeza del pelirrojo.-

—¡Dazai!.- gruñó el de menor estatura.-

—Es un poco gruñón... todavía me hace falta educarlo un poco.- todos rieron ante la broma del castaño.-

—¿Ya han pensado en el matrimonio?.- la pareja se quedó congelada, pero Dazai reacciono rápidamente.-.

—Por supuesto que si, pero estoy seguro de que Chuuya consideraría el divorcio luego de unos minutos de habernos casado.- Dazai rodó los ojos. Una vez más los adultos rieron ante esta broma.-

Por otra parte estaba Chuuya, quien se encontraba avergonzado por las palabras de su pareja porque quizá él sí había considerado el matrimonio muchas veces, y por más que Dazai le sacara de quicio algunas veces no podía evitar amarlo y ver su vida junto al único hombre con el que había pasado tanto tiempo a su lado.

—Pobre Chuuya, esta rojo.- Arthur rió levemente.-

—¿Ah? ¿Chibi desea casarse? Que adorable?.- abrazo al pelirrojo.-

—Me puedo encargar de organizarles una boda de ensueño.- propuso Mori.-

—Yo podría ayudarles con la luna de miel.- dijo Kouyou entre pequeñas risas.-

—Nah, no hará falta, creo que chibi desea que no lo hagas, después de todo sería una total pena si descubrieras ciertos gustos del enano.- una pequeña sonrisa pícara se expandió por su rostro.-

—¡Dazai!.- golpeó su hombro.-

—¡¿Qué!? Pero es verdad.- hizo un pequeño puchero.-

—Solo cállate, maldita momia.-

—¿A chibi le da pena que sus hermanos sepan los gustos extraños que tiene en la cama?.-

—¡Dije que te callaras, Dazai!.-

Mientras que para los adultos era gracioso, para el pelirrojo no era más que una humillación pública.
Era una vergüenza total ver como tanto sus hermanos como su jefe se reían de tal situación, y es que el solo pensar que podían hacerse malas ideas de su vida sexual respecto a lo que decía Dazai no era más que algo vergonzoso y humillante a la vez.

El único que pareció darse cuenta del estado de Chuuya fue nada más y nada menos que Arthur, un poco extraño ¿no?

—¡Bien! Kouyou me dijo que hay pastel, así que si desean yo puedo servirlo, ¿me acompañas, Chuuya-kun?.- el pelirrojo asintió extrañado.-

Cuando estaban en la cocina les invadió un silencio un poco incómodo, quizá era por que el pelirrojo seguía avergonzado de todo lo que había dicho su pareja.

—Chuuya-kun, ¿estás bien?.- esa palabras lo sacaron de su nube?.-

—¿Ah?.-

—No te vi muy cómodo con las bromas que hacía Dazai al respecto de su... ya sabes, vida íntima.-

—Ah si, no pasa nada, son solo bromas.- el menor parecía querer evadir el tema.-

—Si importa, si es algo que no te gusta deberías decirlo, Dazai debe comprender tus incomodidades.-

—Gracias por la preocupación, pero lo digo en serio, no pasa nada, sabes como es Dazai con sus bromas de mal gusto, estoy acostumbrado.-

—No deberías acostumbrarte si te incomoda...-

—No me incomodan, todo bien ¿ok? No debes preocuparte de nada.-

—Supongo que esta bien... pero sabes que si algo pasa puedes hablar conmigo, quizá no seamos una familia como tal, pero estoy para ti en todo momento que lo ocupes.

—Muchas gracias por tu preocupación, me encargare de que seas con el primero al que acuda si pasa algo como esto, además, sabes que ya eres parte de la familia.-

Violentometro. | Soukoku |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora