Entre sabanas

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 Un escalofrió. Arthur había sentido como su cuerpo se erizaba hasta las puntas de sus orejas gatunas. 

_ Lo siento Arthur, estoy hablando tanto y seguro tienes frio, ven, déjame secarte el cabello y podremos cenar algo.-Dijo Alfred dándose cuenta de como Arthur se volvía pequeño.

_Esta bien Al, no es-

_Ven, date vuelta.

Tajó Alfred y Arthur suspiró resignado.

Había tenido un "momento" con Alfred, le había besado, pero ahora, su cuerpo se sentía pesado, tan extraño y fuera de lugar ¿Porque? Se preguntaba, pero, había muchas ideas en su cabeza.

_Tienes un cabello muy suave Arthur.

_N-no digas cosas innecesarias Al.

Alfred secaba con cuidado los cabellos de Arthur dándole a la vez un calmado masaje.

_ y huele muy rico, podría ser a rosas. Que raro...mis jabones no tienen ese aroma.

Arthur volvió a sentir un escalofrió recorriéndole el cuerpo.

_Te dije que no dijeras cosas innecesarias_. Recalcó Arthur con mejillas rosadas. Era una suerte que Alfred no pudiera verle el rostro, o si no...

<<¿Qué pasaría?>> Se preguntó y encogiéndose sus recuerdos volvieron al beso que hace poco le habían robado. Su primer beso.

Otro escalofrió.

_¿Seguro que estas bien? -Preguntó Alfred deteniéndose.-Estas temblando.

<<Si Arthur ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué sientes escalofríos? ¿Por qué tu cuerpo tiembla?>> Se preguntaba, recriminándose.

_Buscare un suéter y te preparare té.-Dijo Alfred levantándose de la cama pero enseguida Arthur le sostuvo la muñeca, deteniéndole.

_¿umh? ¿Arthur?

_No necesito, el suéter, ni un té.

_Pero no dejas de temblar.

_¿Es que no lo entiendes? 

Arthur miró a los ojos a Alfred y su sonrosado paso a un sonrojo.

_Hace un momento me besaste...-Dijo Arthur y Alfred se sobresalto.

_¡Ah! eso...-Decía nervioso.-Pe-perdón, no quise hacerte enojar, es solo que...yo, yo, debí pedir permiso o... bueno, yo...

_Alfred. Mi cuerpo no deja de temblar, porque siento frio.

Estas palabras parecieron confundir a Alfred aun mas.

_Entonces quieres un t-

_¡Que no quiero un te! ¡Te quiero a ti!

Hubo un silencio entre los dos, uno que hizo que la cola esponjada de Alfred se esponjara el doble y su sorpresa se dibujara en su rostro como un tonto, mientras miraba a la persona mas hermosa del mundo declarándose.

_Y-Y-Y-Yo_Tragò saliva.-No sé que hacer...

_Idiota...

Dijo en voz baja Arthur meneando su cola gatuna, un poco mas confiado con lo que estaba sucediendo, ya que él, tampoco sabia, muy bien que hacer.

_Ven.-Dijo Arthur guiándolo a la cama. Solo quítame el frio...

Alfred tenia los ojos muy abiertos, brillantes y embelesados por el Arthur tan diferente que estaba conociendo.

Haciéndole caso, Arthur aparto las sabanas y se recostó en la cama, Alfred le siguió y con el corazón a mil por hora, tartamudeo.

_¿A-ahora que?

Enamorado de un gato ariscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora