Habían pasado las estaciones y los días, como pestañeos que no percibimos. Para Arthur y Alfred; Habían pasado tantos cambios como las mismas estaciones. Para los días mas fríos de invierno, Alfred y Arthur habían decidido vivir juntos. Al principio acoplarse uno al otro estuvo lleno de momentos de fugaces de sonrojos cuando se encontraban en sus aspectos menos favorables. Aquellas mañanas donde sus cabellos estaban despeinados, o que el pelo de sus orejas se encontraba esponjado y erizado por culpa de la almohada. O que salían de la regadera con el torso desnudo y eran inevitables esas miradas cruzadas o una sonrisa nerviosa. Pero todo aquello, aquellos días comunes, se convirtieron en algo especial.
Alfred amaba los momentos en que Arthur se levantaba con él, aunque no fuera necesario para "intentar" hacer el desayuno de Alfred para que llevara algo a sus clases en la universidad. Aunque no estaba seguro de que alguna vez se lo hubiera dicho, se aseguraba de darle un beso de " nos veremos pronto" en la frente.
Arthur a su vez, amaba preparar algo para Alfred aunque fuera un reto, como muchas cosas mas, como lavar su ropa y ponerla en su lugar, aunque fuera como cuidar a un chiquillo, sentir la compañía de alguien que lo quería, lo hacia feliz. Sumamente feliz.
Y así, los días cotidianos se amalgamaron en una rutina de abrazos furtivos y besos sorpresa que jamás aburrían.
Lo único que lamentaba Arthur es que jamás supo de sus hermanos, ya que ellos no aceptaban al "Natural" con el que había formado un lazo. Eso era una pena en su corazón, porque también amaba a sus hermanos.
Pero a pesar de eso, había buenas noticias. Francis se había comunicado con él, y enterándose de que ahora vivía junto con Alfred, no paraba de burlarse de que ahora eran un par de tortolitos enamorados, cosa que hacia sonrojar y enfurecer al ojiverde, pero que en el fondo lo tomaba como algo bueno, ya que Francis después de un tiempo de luto, había vuelto a reír, aunque fuera a cuestas de el.
Otra buena notica era que pronto Alfred se graduaría de la universidad y que ya tenia una buena oferta de trabajo para una revista. Eso emocionaba a Alfred porque así, podría ayudar a Arthur a abrir los que habían planeado. Una pequeña cafetería en el piso de abajo de la casa.
Era todo tan bueno, que Arthur a veces no lo podía creer, tanto tiempo solo, entre muebles sin usar, paredes encerradas, y silencios prolongados, había tenido un cambio radical en su vida. Y toda su suerte se había volcado en una persona de ojos soñadores que se emocionaba con un buen futuro para los dos.
Los dos...
Si, hubo dificultades, como Alfred con noches en vela, esforzándose en sus exámenes, negociando que tal vez su trabajo en la revista le quitaría tiempo con Arthur, pero el lo animaba que era por el bien de lo que trataban de construir, así como el pesar de Arthur por su familia, el comenzó a buscar empleos de medio tiempo para ayudar en la remodelación de la casa, aunque a Alfred le preocupara la ansiedad social que Arthur aun no superaba al cien por ciento. Pero uno preocupándose por el otro, ayudándose mutuamente, acompañándose en esos días y noches difíciles, pudieron hacer una meta realidad, una de muchas.
Harían formal su unión.
Alfred como todo un romántico, había invitado a una cita a Arthur. Una centro botánico donde las mil flores diferentes florecían por la primavera, donde el perfume de las rosas y las lilas, se combinaban con las llamativas flores del paraíso y las modestas nubes blancas, donde los narcisos excéntricos se juntaban con los tulipanes valientes que resistían el aun frio.
Y entonces en un momento rodeados de tantas flores que maravillaban a Arthur Alfred de repente, solo coloco una rodilla en el suelo y para sorpresa y alegría de Arthur, un anillo de compromiso era entregado entre aplausos de unos cuantos curiosos y con ojos cristalinos, dijo que "Si".
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Enamorado de un gato arisco
FanfictionArthur es un gato arisco, que ha crecido con el temor de sentir lo que su madre sintió y por esa misma razón la perdió. Alfred, es un gato que por mala suerte (o tal vez buena), se ha enamorado de ese gato arisco.