Capítulo 14

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Sigo aferrada a sus muñecas como si aun pudiera sentir su ardiente beso dejándome completamente paralizada, no sé si por la intensidad del beso o por la necesidad insana de mantenerlo a mi lado para siempre. Nada más cruzar ese pensamiento por mi mente, lo descarto casi al instante, lo suelto y confundida doy un paso hacia atrás alejándome de él, no puedo creer que tan solo hizo falta un beso suyo para querer perdonarlo.

— Por favor, discúlpame con tu psicóloga— le pido recobrando la compostura.

— No es necesario, Aida lo entiende — me tranquiliza dando un paso hacia mi.

Por inercia doy otra hacia atrás, no me siento capaz de tocarlo, mis hormonas juegan un distinto papel al que yo pretendo, ellas quieres una cosa y yo siento que debería hacer algo distinto, no voy a negar que me siento increíblemente excitada por ese beso, si un simple beso puede revolucionarme de la manera en que lo hizo, no me imagino lo que pueden hacer un par de caricias.

— Alex.

Su voz hace que eleve la vista que no sabía que la tenia pegada al piso, sus ojos reflejan lo confundido que se siente con mi reacción, no lo culpo, yo igual lo siento, no por el hecho de que me haya alejado si no porque me dejé besar, me dejé llevar y ¡maldita sea!lo disfruté como nunca, eso demuestra lo mucho que lo hecho de menos, que le necesito y me enfada eso, no quiero tener que necesitarlo, simplemente no me siento con fuerzas para otra decepción, por una vez en mi vida quiero ser feliz, y por alguna razón que no logro comprender del todo sé que lo seré junto a Derek, pero me niego a creer eso.

— No llores por favor, me estas matando.

Con delicadeza seca las lagrimas que no sabia que estaba derramando, he estado tan perdida en mis propios pensamientos que no me di cuenta de su peligrosa cercanía, su olor, es una mezcla entre algún perfume caro con su olor natural, adictivo.

— Quiero irme a casa — le pido en apenas un susurro.

— ¿A que casa?

Mi cuerpo entero se tensa, es una buena pregunta, ni siquiera sé que debería responder, me encojo de hombro como una niña pequeña perdida en el centro  comercial cuando le preguntan donde esta su mamá.

— Será mejor que vuelva al trabajo — comento forzando una sonrisa.

Trabajar, la mejor distracción, tal vez no la más acertada dado que necesito toda la concentración que en este instante no poseo, reuniones que no me apetece asistir, hablar de números y estadísticas, por supuesto no se me ha olvidado la tan ansiada reunión con Lucas Black.

Como era de esperar, Derek se ofrece a acompañarme, no me niego por diferentes razones, una de ellas es que aun tiene su coche aparcado en el garaje de Hunter Security, en silencio hacemos en corto recorrido hacia mi empresa, no es un silencio incómodo, es más, es como si no estuviera aquí, se mantiene a dos pasos por detrás de mi, pero eso cambia cuando ve quien esta de píen el la entrada del edificio.

Ian Mikelson

Enseguida Derek pasa su brazo por mis hombros de manera protectora, Ian enarca una ceja como si realmente le sorprendiese.

— ¿Ya habéis vuelto?— pregunta repentinamente.

Ahora la que enarca las cejas soy yo, no sé siquiera como supo que estábamos "separados", en los medios aun se hablan de nuestra supuesta alianza y yo no le he dado motivos para que piense lo contrario.

Amor después del divorcio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora