Capítulo 8

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DEREK

Observo con una sonrisa como mi niña duerme plácidamente, pensé que se iría antes de que me despertarse porque lo que decidí despertarme más pronto de lo habitual, solo para mirarla, me relaja verla dormir, tiene los rasgos relajados, esta tranquila, su suave piel me incita a tocarla, deslizo mi mano al rededor de su cintura y la pego a mi con cuidado que no se despierte, quiero sentirla cerca, sentir el calor que desprende, pero no dura demasiado pues alterada, de un salto abandona la calidez de mis brazos, me hace una serie de preguntas y después ofendida me abandona, no entiendo que he podido decirle para que reacciones de esa manera, sin embargo no me enfado, al contrario, me causa hasta cierto punto tierno, es impulsiva, es de las personas que actúan antes de pensar, tal vez su espontaneidad es lo que me llevo a ligarme de ella.

Cambio mi pijama por una ropa más casual mientras decido darle un poco su espacio, que piense y se despeje antes de atacar nuevamente, la quiero para mi, sin duda alguna, ella es del tipo que no puedes dejar escapar o te arrepentirás, lo sé.
Tras unos minutos escucho el piano siendo manipulado, una triste melodía resuena por toda la Penthouse, Alex raramente toca el piano, pero cuando lo hace es digno de ser admirado, encantado bajo las escaleras a observar tan esto acontecimiento, sus dedos se mueven con elegancia a lo largo del teclado bicolor, su cuerpo se mueve hipnotizado siguiendo el ritmo, sus ojos cerrado liberaban una lagrima solitaria, de pronto se detiene en seco, cortando el ambiente ligero que se había creado.

— no pares de tocar — le pido a sabiendas que no lo hará.

Por supuesto y como era de esperar, ignora mi petición y opta por preguntar el paradero de ese estupido vestido, tal vez en mi no está en decidir tirar ese vestido, pero recordar como todos la miraban hacía que mi lado más primitivo saliera a la luz, por lo que literalmente lo tiré por la ventana, por supuesto ella se pone echa una furia, estoy atacando a su derecho a elegir pero lo que sucede a continuación escapa fuera de mi control, ni siquiera sé porque le dije todo eso.

— Parecías una mujerzuela ¿tu madre te educó así?

Tras terminar de decir aquello comprendí por su mirada que ese había sido un golpe muy bajo, la había herido lo sabía y así me lo demuestra, en dos zancadas se acerca a mi solo para plantarme una sonora bofetada que me cruza la cara, puedo decir que duele casi como si me hubieran dado un puñetazo, tiene más fuerza de la que aparenta. Su mirada se cristaliza por las lágrimas que poco a poco empiezan a descender, algo en mi interior se rompe ¿culpa?. Theo reacciona con rapidez y se la lleva lejos de mi, no sin entes de fulminarme con la mirada, esa mujer quiere más a Alex que a mi, lo prefería así.

— ese es un tema delicado , señor — dice Theo pasando por mi lado.

Es cierto que he notado ese reacio o más bien rencor que muestra cuando alguien le pregunta por su madre, se que su madre se casó con su padre por conveniencia pero la historia entre líneas es confusa, decidido me acerco a ella en busca de respuestas, quiero entenderla, comprender su forma de ser, la visión que tiene con respecto a ella, y creo que este será un gran paso, pero lo que me cuenta me deja sin palabras, no hay nada que pueda decirle para confortarla, menos aun cuando ella piensa que yo también la utilicé, quise negarlo, contarle toda la verdad, pero no pude, no podía hacerlo, iba a odiarme, lo sé, no pasaré por ello, aun no.

Finalmente decido llevarla a su casa, no quería hacerlo, quería comer con ella, cenar, desayunar, vivir...por supuesto no era posible y me tuve que conformar con invitarla a cenar, quería borrar ese velo de tristeza de su rostro. Estaba funcionando, se reía conmigo, me escuchaba, la sentía más relajada, quise continuar con la noche proponiéndole un paseo, un tranquilo paseo por el parque central, todo era perfecto, la cita perfecta, quiero que note mi cambio, quiero que se vuelva a enamorar de mi. De repente algo sucede, un fuerte sonido se escucha peligrosamente cerca de nuestra posición, Alex retrocede unos pasos como si alguien la hubiera empujado, automáticamente escaneo su cuerpo con rapidez, me horrorizo al ves esas gotas de sangre que manchas el blanco impoluto de su vestido, vuelvo a mirar su rostro pero ella parece ajena a su herida, al menos hasta que me ve, baja la vista hacia la zona dañada, la sujetó en brazos antes de que caiga y emprende camino a la saludo entre los gemidos adoloridos de Alex, alguien le disparó y no me voy a arriesgar a que esa persona siga por aquí para terminar lo que empezó.

Amor después del divorcio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora