¿Qué es lo que nos depara la vida? ¿Qué es lo que queremos que nos depare? ¿Por qué creemos en el destino? Eso es un engaña bobos. El destino no existe. El destino lo vamos forjando nosotros mismos, poco a poco, pedazo a pedazo, decisión a decisión.
Los humanos, a fin de cuentas, somos eso. Somos un puñado de decisiones que carecen del más mínimo sentido. Decisiones que tomamos por agradar, por hacer lo que toca.
Hoy no toca tomar decisiones por tomar, no por el resto. Las tienes que tomar por ti mismo, nadie lo va a hacer por ti. Tienes que elegir lo que tu quieres, lo que tu deseas, lo que a ti te hace feliz. No importa que sea. Que te hace feliz saltar en paracaídas, salta. Que te hace feliz pintar, pinta. Que te gusta correr, corre. Que te gusta bailar, baila. No importa qué sea mientras te haga feliz.
La vida es un largo camino. Tiene muchas paradas. Unas más largas, otras más cortas. Paradas a fin de cuentas.
La vida es igual que una noria. La noria da vueltas, siempre la misma dirección, siempre iguales, pero son vueltas. En esas vueltas hay paradas. Pararás arriba, pararás abajo. Arriba, mirarás atrás y verás lo que llevas andado; mirarás hacia el frente y verás todo el camino que te queda por andar. Todas esas experiencias que te quedan por vivir.
Es curioso como cuando nos va bien en la vida, decimos que la vida merece la pena y cuando estamos en un mal momento decimos que la vida es un asco. Todas las cosas de la vida merecen la pena. Las buenas porque son buenas y las malas porque les sacamos partido y aprendemos de ellas.
Cometer errores no es malo. Cometer errores es de humano. De errores aprendemos a vivir.
ESTÁS LEYENDO
Memento mori.
RandomNo es una historia en sí. Son microrrelatos. --- Hablemos de la vida definiéndola con cosas cotidianas.