Oigo la lluvia caer en el alféizar de la ventana de la habitación. Veo caer las gotas de lluvia luchando por llegar hasta el final del cristal sin ser absorbidas por otras mayores.
Se avecina tormenta.
Una tormenta que quizá traiga días mejores al igual que tras una gran lluvia sale un hermoso arcoiris. Un arcoiris que trae la paz en un momento de desasosiego. Una tormenta que puede hacer que el barco, que es tu vida, que navega a través de la corriente, de un giro inesperado consiguiendo un cambio de dirección. Dirección impulsada por el golpeo de las olas.
Benditas olas y benditos cambios. Bienvenidos sean todos ellos. Cambios que uno tras uno, conforman nuestra vida haciéndonos más fuerte y, a veces, debilitándonos poco a poco sin que nos demos cuenta. Debilidades y fortalezas que nos hacen ser como somos.
Hay una meta. Un lugar idóneo que queremos alcanzar, combatiendo todos los impedimentos que podamos encontrar a lo largo del camino.
Lucha. Lucha por ser quien tú quieres ser. Lucha por lo que quieres conseguir. Lucha y que no te derriben mientras luchas. Lucha pero solo con palabras. Lucha por tu bienestar. Lucha contra el miedo, lucha para que no te venza. Lucha por tu libertad. Lucha por tu felicidad. Lucha, porque en las profundidades de los océanos se esconden los mayores tesoros.
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Memento mori.
AcakNo es una historia en sí. Son microrrelatos. --- Hablemos de la vida definiéndola con cosas cotidianas.