Hay veces que crees que has cerrado una etapa de tu vida, pero de lo que no te das cuenta es que sólo has puesto un punto y aparte a la etapa en lugar de un punto y final. Eso no es malo. Esas son las etapas que de verdad merecen la pena, aquellas que no tienen nunca un final, esas en las que la historia siempre continúa.
Quizá tú creas que en cierto punto de la vida no hay vuelta a atrás, que no tienes la opción de retroceder, siempre tendrás esa opción al alcance de tu mano. Pero recuerda, no podrás pasarte toda la vida avanzando un paso y retrocediendo dos, no. Si haces eso, acabarás llegando a una pared que impida un posible futuro retroceso. Siempre tienes que ir hacia delante, siempre tienes que avanzar. No puedes quedarte estancado en el pasado, el pasado, pasado está, tienes que mirar siempre al futuro. Verás cómo sale el sol cada mañana y cómo se esconde cada noche y deja paso a la luna, verás las estrellas brillar.
Acabarás cometiendo errores, eso no tiene que preocuparte, por muchos que comentas sabrás que la vida seguirá, tendrás que reponerte de lo errores cometidos y prepararte por los errores que irás a cometer.
Jugarás al juego llamado vida, perderás más de una partida. Jugarás miles y miles de partidas, por esa razón, no importa cuántas pierdas o cuántas ganes, después volverás a jugar otra nueva y distinta a las demás, ya jugadas.
No existe un reloj mágico que nos permita viajar al instante que queramos, por eso, tenemos que hacer lo posible para hacer realidad las cosas que queremos vivir.
La vida en sí, si que es un reloj. Es un reloj de arena, y cuando nos encontremos en el instante que deje de caer arena, habremos llegado al verdadero punto sin retorno.
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Memento mori.
RandomNo es una historia en sí. Son microrrelatos. --- Hablemos de la vida definiéndola con cosas cotidianas.