Capítulo 3.

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Luzu se sentía nervioso, habían pasado varios minutos desde que le propuso a Quackity vivir con él, pero no recibió respuesta. ¿Había hecho mal al proponérselo? Estaba ansioso, no quería incomodar al menor. Ahora se estaba arrepintiendo mentalmente.

—Tu casa es mi casa, Lusu ¿Andas crico o qué?

Por un momento tuvo ganas de darle un zape por asustarlo.

—Será mejor que terminemos de desayunar. Aún tenemos que ir al pueblo a comprar cosas para el bebé.

Para que el azabache pudiese comer tranquilo, el castaño cargó al bebé y trató de alimentarlo. Al principio luchó por hacerlo, el pequeño era muy inquieto y movía la cabeza constantemente tratando de rechazar la leche, finalmente Luzu pudo conseguir que lo tomara. Sonrió inconscientemente, toda la situación del bebé los había tomado desprevenidos y en cierto punto le agradaba la idea. Pensó que en algún momento de su vida, se confesaría a su patito, se casarían y criarían muchos patitos. A veces cuando planeas una cosa te sale otra completamente diferente.

—'pera Lusu, si vamos a comprar un chingo de cosas ¿Cómo vamos a cargar al chamaco?

—Creo que tengo una idea.

El mayor se acercó a un cofre que tenía cerca de ahí y sacó una manta, la extendió sobre la cama y puso al bebé sobre ella. Quackity estaba curioso por lo que hacía, dió un último trago a su café y rápidamente se puso al lado de Luzu. El castaño le hizo una seña para que le diera la espalda, estaba confuso, pero de repente sintió un peso en su espalda y el mayor se puso en frente de él amarrando las puntas de la manta.

—PAREZCO UNA SEÑORA.

—Tranquilo Quacks, sólo será por ahora.

—Ah, pero si tú te lo pusieras, estoy seguro de que también te quejarías.

Le gustaba verlo enojado, no lo negaría. El mayor se agachó ligeramente para besar la mejilla del menor tratando de calmarlo. Rió cuando se fijó que había empezado a murmurar un montón de groserías. Entrelazaron sus manos y salieron de la casa, dejó por un momento a Quackity afuera ya que había olvidado la billetera dentro. Estaba buscando tranquilamente, pero los gritos del menor lo espantaron. Regresó y encontró a ambos patitos "peleando", Quackity trataba de cubrirse la cabeza mientras que el bebé jalaba de sus cabellos negros. Su mirada se dirigió hacia la mano del bebé, quien tenía el gorro de su padre.

—LUSUUU, LUSUUU AYUDA. ME VA A DEJAR CALVO EL NIÑO ESTE.

[...]

Llevaban un buen rato en el pueblo, habían comprado las cosas necesarias para el bebé. Ahora estaban cerca de un enorme árbol que se encontraba por allí, habían decidido descansar un poco ya que recorrieron todo el pueblo y sus pies ya los estaban matando. Comían unas paletas ya que a Quackity se le había antojado unas. El castaño se fue un rato a los servicios, dejando al menor solo.

Le comenzaba a doler la espalda, así que bajó un rato al bebé y lo puso en el suelo. Se estiró un poco sintiendo como empezaba a tronar sus huesos, luego de eso soltó un suspiro de satisfacción. Estaba por cargar al bebé de nuevo, pero justo una vendedora pasaba por allí. Traía un montón de ropa para bebé, pero lo que le llamó la atención fue un conjunto de patito y no dudó en ir a comprarlo.

Por otro lado, Luzu ya se disponía a salir de los servicios, estaba lavándose las manos para luego salir del lugar. Estuvo desconcertado cuando vió la silueta de Quackity correr hacia él, parecía que estaba a punto de llorar y eso lo alarmó.

—PERDÍ AL BEBÉ, LUSU. LO PERDÍ

—QUACKS TE VOY A-.—se calló cuando se dio cuenta de que el menor empezó a llorar. Trató de tranquilizarse y posó sus pulgares en el rostro del azabache, limpiando sus lágrimas.—Lo siento, no pretendía gritarte. Tranquilo, cuéntame ¿Qué pasó?

Empezó a contar lo sucedido. Dijo que había visto un conjunto para el bebé que le gustaba, había dejado al pequeño un momento. Creyó que no le tomaría mucho tiempo, pero la señora se tardaba una eternidad en darle su cambio, y cuando volvió ya no estaba el bebé donde lo había dejado.

Después de eso, empezaron a buscar por todo el pueblo. Corrieron de un lugar a otro y preguntaban a cada persona que se les cruzaba.

Había pasado aproximadamente una hora, ahora estaban sentados cerca del árbol, donde había iniciado todo. Luzu abrazaba con mucho cariño a Quackity tratando de consolarlo, no habían logrado encontrar al bebé.

—Se ven fatales ¿Acaso pasó algo?

Levantaron la mirada sin ánimos, encontrándose con Vegetta, Rubius, Alexby y Willyrex, este último tenía al bebé en brazos. La pareja no dudó en ir corriendo hacia su pequeño hijo, habían tumbado a Willy en el proceso. El azabache abrazó con mucho cariño a su bebé y el castaño se aseguraba de que no estuviese herido.

—Pinche niño, estaba muy preocupado.—Dijo Quackity entre sollozos.

Los demás sólo veían con confusión la escena ¿Qué había pasado?

—Estoy bien, tranquilos. No hay necesidad de preocuparse.—Dijo Willyrex aún tirado en el piso.
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Al final, decidí que la wawa se llamará Lucky.

¿Castigo O Bendición? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora