Visita.

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Era un domingo por la mañana, aproximadamente las diez. Luzu barría la cocina mientras que Quackity estaba sentado en el suelo junto a Lucky. El híbrido mayor cortaba algunos dibujos y el pequeño usaba la goma para pegarlos en su cuaderno. Lo estaba ayudando con su tarea, aunque claro, tampoco es que lo hiciera bien, no se caracterizaba por tener un buen pulso.

—Pa'.—Dijo Lu llamando la atención de Quackity.—Le cortaste la cabeza a la niña.—Levantó el dibujo que mostraba a una niña, los bordes se veían muy mal y claramente se veía que le faltaba parte de la cabeza.

—Perdón 'mijo, es culpa de la tijera.

El castaño dejó la escoba de lado. Era normal que pasara, era por eso que él era quien ayudaba con los deberes del niño pero en esta ocasión lo dejó hacerlo porque su esposo lo convenció de que limpiara. Se acercó a ambos patitos y se sentó al lado de Lu, le hizo señas al pelinegro para que continuara limpiando, por obvias razones se ganó su mirada molesta pero no protestó y se levantó del piso.

El golpeteo constante en su puerta se hizo presente.

—¡No hay nadie!.—Gritó el pelinegro. No tenía ganas de recibir a nadie.

Sin embargo, los golpes se volvieron más insistentes.

—Será mejor que abras la puerta o jamás nos dejarán en paz.—Dijo Luzu.

Quackity suspiró resignado y se dirigió a la puerta. Lo primero que pudo ver al abrir la puerta, fue un arma apuntando a su cara. No se asustó ni nada, sólo estaba sacado de lugar. ¿Qué pasaba?

—La cartera o el celular, tú eliges.

Apartó bruscamente el arma de su rostro y pudo reconocer las siluetas que se encontraban frente a él.

—¡Beni! ¡Cochi! —Empezó a sonreír emocionado, había pasado varios años desde la última vez que los vió.—Pasen, pasen.

Luzu dejó de hacer lo que estaba haciendo cuando vio que dos extraños habían entrado a su casa. Ciertamente pensaba que tenían cierto parecido a su esposo. ¿Familiares? Tal vez. Se levantó del suelo y se acercó a su pareja, le había dedicado una mirada confusa pidiendo una explicación.

El híbrido los había presentado. El castaño terminó entendiendo porqué se parecían, eran primos. Estrecharon sus manos, aunque se sintió un poco incómodo por la mirada intensa que le estaba dando Beni.

—Al chile, si se divorcian me quedo con tu emo. Está bien pinche sabroso.—Terminó recibiendo un golpe por parte de Cochi.

—Más respeto, cabrón.

Si bien Luzu no se había llevado una buena impresión de los primos de su esposo, lo dejaría pasar. Notaba cómo su pato agitaba sus alas, sabía que estaba emocionado por las visitas. No se lo arruinaría.

—Papá ¿Quiénes son esos señores?. —El pequeño se había acercado curioso hacia los adultos.

—Lu, te presento a tus tíos. Beni y Cochi, él es Lucky, mi bendi.

Para ambos primos, les parecía peculiar que el niño se pareciera tanto a Quackity y que tuviera algunas características de su esposo, lo más destacable eran los ojos rojizos. Se miraron entre ellos tratando de llegar a una conclusión, luego de pensarlo un rato ambos abrieron la boca sorprendidos.

—NO MAMES ¿A POCO Y TIENES ÚTERO?

—¿Qué? ¿De qué chingados están hablando?

—Es que, está bien raro que el chamaco se parezca tanto a ustedes. Y no puede ser el espíritu santo porque se nota desde lejos que ustedes se dan como caj-

¿Castigo O Bendición? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora