Capítulo 10.

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Parte 1.

Se quedó helado. Estaba procesando lo que había ocurrido. Recordaba estar peleando al lado de Quackity, a pesar de su dolor en la espalda, lograba seguirle el ritmo y estaban eliminando a la mayoría de los monstruos. Todo marchaba bien hasta que se separaron. Cada quien estaba por su lado pero cuando escuchó el grito del menor, volteó a verlo preocupadamente y ya no estaba ahí. El hueco en el suelo lo decía todo, había caído.

Ignoró lo que estaba ocurriendo a su al rededor, sólo escuchaba sus propios latidos y sentía una opresión en el pecho. Tenía ganas de lanzarse para ir a salvarlo. "¿Estaría vivo?" Se negaba a aceptar que su patito hubiese muerto. Su lado racional le decía que no había probabilidad de que hubiese sobrevivido, pero por otro lado, tenía la esperanza de que estuviera vivo.

Soltó un quejido del dolor, una flecha lo había sacado de su trance.

Quitó la flecha que estaba en su hombro bruscamente y luego procedió a exterminar a los monstruos que quedaban. No sabía cómo se sentía exactamente, todo lo ocurrido era como un mar de emociones para él. Al final, terminó desquitándose con el último zombie que quedaba.

El zombie había tirado un pico, eso llamó su atención. Lanzó el hacha hacia otro lado y tomó el pico dirigiéndose casi cerca del hueco. No le importaba cuánto tiempo le llevara cavar entre toda la piedra, sólo quería ir al lado de Quackity.

[...]

Se removió adolorido. Se sentó con dificultad y empezó a toquetear por todo su cuerpo asegurándose de estar totalmente completo. Estaba débil, lagrimeaba por todo el dolor corporal y sólo podía pensar en Luzu. ¿Cuánto tiempo llevaba allí?

Al intentar moverse, pudo fijarse que estaba sobre un montón de cuerpos de zombies. Parece ser que habían amortiguado su caída, aunque solo fuera un poco. Gritó cuando movió sus alas. Estaba destrozado.

Se bajó de la pila de cadáveres como pudo, dio unos cuántos pasos y luego se desplomó en el suelo. Quería volver con el castaño, lo extrañaba, pero apenas sentía las piernas así que no le quedó más de otra que arrastrarse por el suelo. Poco a poco su cuerpo dejaba de responder, su vista se nublaba y antes de desmayarse, pudo ver cómo unas rocas caían formando un pequeño hueco.

Luzu salió del pequeño hueco que había hecho gracias al pico. Ni bien vió a Quackity tirado en el piso, corrió rápidamente hacia él tirando el pico en el proceso y se arrodilló para sujetar la cabeza del menor. El mencionado estaba con la ropa maltratada y sucia, sus alas tenían mal aspecto y le sangraban ciertas áreas. Observaba cómo su pecho subía y bajaba lentamente, eso lo calmó un poco.

Lo abrazó delicadamente tratando de no lastimarlo y con la fuerza que le quedaba lo cargó. Su tranquilidad se esfumó al escuchar el sonido de varios monstruos.

—Mierda...

Sin perder el tiempo, fue hacia el hueco que había hecho, sin embargo justo unas arañas salieron del lugar. Estaban siendo rodeados y Luzu solo se dedicaba a cubrir sobreprotectoramente el cuerpo del pelinegro. No sabía qué hacer, carecía de alternativas para poder salvarlos a ambos.

De repente todo se oscureció, estaba confundido, pero terminó aún más confundido cuando empezó a ver el exterior. Estaba anocheciendo. Procesaba lo acontecido y cuando se dio cuenta de lo que había ocurrido miró al cielo sorprendido.

—Esos dioses son la mera verga... Les haré un altar cuando regresemos a casa.—murmuró débilmente el pelinegro.

—Me alegra que hayas despertado, estaba realmente preocupado.—acarició suavemente la mejilla del menor.

—No debí insistir en venir a ese lugar, si no fuese por los dioses, hubiéramos muerto...

—No es tu culpa Quacks, no sabíamos lo que había allí a dentro.—Dejó delicadamente el cuerpo del chico pato en el suelo.—No estoy seguro de dónde estemos y eso será un problema.

Repentinamente cayó un trueno llamando la atención de ambos chicos, a la lejanía se veía un pueblo pequeño. No se veía ninguna luz y eso les hizo dudar un poco pero no tenían otra opción viable.

[...]

Cuando llegaron, se fijaron que el pueblo estaba abandonado. Algunas casas estaban destruidas y había musgo cubriendo las estructuras. Terminaron quedándose en un establo, la paja que había les servía como cama. Recostó a Quackity sobre ella mientras que él se sentó a su lado.

—Tendremos que quedarnos aquí por al menos un día.

—¡Una ayudadita Dioses! Que no tenemos nada.

—Creo que los Dioses ya nos han ayudado lo suficiente. No hay que sobrepasarnos.

Luego de haber dicho eso, empezaron a escuchar pasos que se acercaban a ellos. No tenían con qué defenderse por lo que Luzu solo pudo tomar un palo que estaba cerca.

Se acercó a la entrada del establo y abrió ligeramente la puerta para ver de quién eran esos pasos, no contaba con que la puerta fuese abierta abruptamente golpeando su cabeza en el proceso.

—AQUÍ ESTÁN. Los dioses me hablaron mucho sobre ustedes.

—¿Y esa vieja qué?.—Quackity estaba confundido. Luzu sólo sobaba su cabeza por el golpe.

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Adopté una gatita. I'm happy.

Cuando estaba escribiendo este cap, ella mordía las esquinas de mi teléfono 👁️👄👁️.

¿Castigo O Bendición? [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora