Capítulo 8. Neófitos.

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Leah se encontraba observando la push, el oleaje del mar con suma tranquilidad mientras que se encontraba viendo como Thomas no se decidía si ir o no hacia este mismo, ambos habían estado viendo como la mujer vampiro estaba nadando tan feliz en el mar, aprovechando que no sentía ni el frío ni miedo, estaba comportándose extrañamente como una humana normal.

—Sigo sin entender porque no vas con ella. —suelta Leah.

Thomas la escucha, deteniendo su inquietud, para luego voltear su rostro a observarla.

—Dos motivos... Uno: no se nadar. Dos:... Digamos que tiene una fantasía que quiero cumplir pero no se si será buena idea.

Leah se queda con la boca abierta e incrédula por los motivos que había dicho muy tímidamente Thomas, sin embargo, vuelve a cerrar su boca para pensar un poco en qué decir, por lo que después de un tiempo dice:

—Mejor aprende a nadar, luego hazlo que tengas que hacer.

Thomas viendo que había tomado desprevenida a la quileute nativa pero igual le había aconsejado algo, le pareció tierna y amable.

—Gracias por el consejo, Leah.

Leah se sintió extrañamente cómoda con haber sido agradable con Thomas, claramente debía serlo pero en ningún momento se sintió obligada por tener a su esposa como impronta, sino que la interrelación con Thomas nacía naturalmente, se llevaban bien por la vibra y naturaleza que compartían, una vibra extraña y bien recibida. Sin embargo, al volver a observar hacia la vampira de cabellos negros, se asustan un poco al no verla en la superficie.

—¡Runa! —exclamó Thomas asustado por no verla más.

Eso no era normal, por lo que iba a tirar se a por ella, pero Leah empujó su pecho, deteniendo la acción desmeditada, colocándose enfrente.

—Iré yo, quedate tranquilo, que no sabemos que deberemos auxiliarla. —exclamó Leah, para luego correr al mar, y sambullirse sin duda alguna.

Al introducirse al mar abierto, sus sentidos se vieron ahogados por el volumen del mar intromisivo de golpe hacia sus sentidos, por lo que una vez que el agua entró pero también taponó sus oídos, ya escuchando medio sordo y húmedo a su alrededor, se dedicó a intentar abrir sus ojo en el mar salado, ardiendole al instante pero no tenía tiempo para quejarse, por lo que instintivamente subió a la superficie tomó una gran bocanada de aire... Y después se sumergió yendo hasta el fondo, encontrando una imagen hermosa pero tenebrosa.

La mujer se encontraba estática, con millón de partículas de burbujas apegadas a su cuerpo como si fuera un huevo y el agua fuera vinagre. Parecía estar y no en el momento, era como que tal vez ella como ser sobrenatural no necesitaba de oxígeno pero ella estaba en un estado de shock, por lo que no esperó a deleitarse más con esa escena tormentosa y hermosa para tomarla de la cintura, arrastrarla con un nado fuerte y decisivo hasta la orilla.

Donde Thomas al verla así, siente que su corazón se estruja, y toma instintivamente la mano, no sabiendo que hacer en estos casos. Runa siempre era quien sabía decirle las respuestas a los acertijos del mundo.

Sin embargo, Leah si sabía hacer el rcp, y apesar de que su impronta fuera un vampiro de cuerpo duro como una roca, lo intentó una y otra vez hasta escuchar como el agua que había entrado se movía como si estuviera estancado, por lo que la sentó con cuidado a la hora de sentí como ella exhalaba y luego tosia, vomitando todo el agua del mar que había ingerido.

Aliviada Leah esperó a que terminará, al igual que Thomas que la veía como si fuera él un cachorro perdido, queriendo llorar al verla tan mal. «¿que habrá pasado para que se pusiera así?» pensó preocupado.

Mientras que Leah no podía quedarse tan tranquila, aún parecía en shock, y nunca había visto antes a un vampiro, ni mucho menos a uno en shock.

—Thom... ¿Ustedes tienen médicos para vampiros y donde encontrarlos? —pregunta aun atenta a la mujer.

—No se si sea como un manual como lo has hecho sentir... Pero... Según Runa, el líder de los Cullen es médico, siempre cuida de la salud de los suyos. Podríamos intentar... —comenta algo indeciso, no sabiendo si era buena idea ir, si bien ellos cuidaban de las cagadas que este clan hacía pero nunca habían tenido un encuentro directo.

—Entonces vayamos, no me gusta mucho ir junto al enemigo, pero si la ayudamos así, puedo apañarmelas.

Siendo así como Thomas asintió, la cargó sobre su espalda con ayuda de la nativa, y fueron rápidamente en el auto de los guardabosques vacacioneros. Aunque lo que les esperaba al llegar nunca creyeron que todo estuviera conectado.

Al ver que la vidente del Clan los había visto, resultando así como el lector de mentes podía escuchar la preocupación de ambos lobos gritando que enseguida fueran a ayudarlos, por el shock de su impronta y esposa.

—Bienvenidos, adelante, pasen, los estábamos esperando. —dice Alice con una sonrisa cordial.

—Carlisle, ya llegaron, el vampiro parece estar en shock, y parece haber tragado mucha agua del mar. —dice Edward leyendo la mente de ambos para ponerse en contexto.

Menos mal que Thomas y Leah tenían como principio tema de pensamiento a la mujer en esos momentos, o sino el único lector de mentes ya había descubierto todo lo que representaban de importancia ese trío en todo su futuro.

—¡No tenemos tiempo para esto, Carlisle! Los neófitos vienen por culpa de Isabella, además son chuchos—empezó a pelear verbalmente la rubia molesta por el mal olor, mirando mas a muerte a la única humana.

Si bien, estaba agradecida de que la humana hubiera salvado a su hermano depresivo, pero no estaba de más recalcar que todo era culpa de esa humana entrometida. Tal vez los lobos habían informado de una pelirroja que buscaba a Bella, tal vez Jacob fue el culpable, y tal vez... Ellos habían tenido la visión de que neófitos descontrolados pronto vendrían a forks.

—Ayúdenos por favor, es mi compañera... mi... Esposa... Por favor. —suplicó Thomas, el único medio híbrido que había dejado sin aire a Carlisle al verlo.

—Los ayudaremos, son iguales a nosotros, tranquilizate Rosalie. —sentenció con suma tranquilidad y amabilidad Carlisle, mientras dirigía a los lobos a su consultorio—No perdamos más tiempo, y cuénteme si no es mucha molestia como terminó en este estado.

Crepúsculo diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora