Capítulo 16: Desvinculado

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Cuatro meses después:

-¿Te enteraste del nuevo chisme, cariño?-pregunta Runa llegando de quién sabe donde.

Leah bosteza un poco, tras seguido tomar su café. Tratando de despertar pero su cara adormilada seguía igual que a Thomas le sucedía, este parecía perdido entre sus pensamientos con la mirada en algun punto de su chocolatada fría. Sin embargo, de un minutos para otro se toma todo de un trago, intentando quedar satisfecho. Un largo día por delante le esperaba.

-¿Chisme...?-preguntó Thomas, con voz somnolienta.

-¿De dónde vienes?-pregunta extraña Leah por la irregular diversión en la mirada de su impronta.

-Hice un pequeño viaje mientras ustedes dormían solo para comprobar un pequeño detalle -responde Runa misteriosamente, mientras se sienta sobre el respaldero trasero del sillón.

-Te mueres por decirnos el chisme. No lo guardes mas, princesa -alienta Thomas mientras toma la mano fresca de su esposa, y se acuesta encima. Usándola como almohada.

-Carlisle Cullen ha declarado nula la tutela que poseía hacia Edward Cullen, o cierto, ahora solo es Edward Masen Swan pero ... Adivinen el motivo -expresa extrañamente divertida.

Leah al escuchar aquello frunce el ceño. Totalmente extrañada.

-¿Se puede hacer eso?-pregunta intrigada aunque frunce el ceño- No me digas... Lo hicieron aún cuando ya existía condon para evitarlo, ¿No?

-¡Exacto! Se comprobaron dos cosas: Son premiscuos por naturaleza hacia el caos y lo segundo... Carlisle puede ser letal cuando lo molestan -contestó como si supiera la cuestión sin mucha sorpresa- La verdad, me decepciona que no hayan evitado el embarazo.

-Entonces eso me hace creer que sabías que habría bebé en camino, ¿No?-pregunta Leah.

-Querida Leah, mi esposa sabe mucho más de lo que debería para este mundo. Y el hecho de que esos dos jovenes se casaran, solo hizo que toda la estupidez humana se desatara -expresó Thomas estirando el cuerpo y tratando de espabilarse, busca sus lentes de cansancio- Ug, debo ir a bañarme con agua o no podré ir a trabajar hoy.

Runa en cuánto nota el intento de levantarse, se sienta rápidamente sobre su regazo. Logrando sacar un gruñido gutural del hombre moreno.

-Runa... Me estás...mgh... Haciendo difícil las cosas -advierte Thomas nervioso, encantado y ansioso.

-Pero si todavía no termino de decir todo, cariño. -comenta Runa mientras se siente mejor encima del regazo, moviendose muy tentadora.

Thomas inhala aire y trata de concentrarse en Leah para no perder la cordura ante ese tentador movimiento.

-¿Qué mas debes decirnos, preciosa?-pregunta Leah extrañada.

-El plan que tengo para resolver el asunto no te gusta a ti, ni a nadie que sea sensible ante el embarazo o procreación de bebés -expresa Runa, seria y determinada.

-Si dices que el hibrido causará muertes y solo traerá problemas, podría hacer de ojos viscos, si lo necesitas -expresa realmente con la cabeza fría - Los bebés se hacen cuando dos humanos estan vivos, no de una relación tan antinatural como lo es el romance de la humana con el vampiro. Nadie ha escuchado de un híbrido ni siquiera creo que la madre pueda sobrevivir a ello, si es que nace -expresa lógicamente.

-Te necesito con esa mente fría, no cambies, ¿si? -pide ansiosa para luego expresar en voz alta la idea- Causaré un aborto. El nacimiento de ese hibrido no será lo mejor, pero percibo que si cambio ese futuro trascendentalmente... Es probable que el futuro de todos cambie a uno incierto -expresa Runa, aún dispersa en qué momento y lugar lo hará.

-Espero que eso no te cause la culpabilidad moral luego -piensa Thomas, en voz alta. Preocupado por las emociones de su esposa.

-Sé a lo que te refieres, pero ... Aunque muchos me odien por lo que haré, es lo mejor, esos adolescentes no están ni nunca estarán listo para un híbrido. -expresó con una mueca que demostraba la amargura- Nadie me podrá perdonar, haré un pecado y vivo ya en el infierno que es la inmortalidad. Aceptaré cualquier destino que se me dicte de acuerdo a la sentencia de tal aberración, todo sea para el bien común de todos nosotros en esta vida.

-Espero que no estes sacrificando todo, solo por unos imbeciles -expresa preocupada Leah- porque sabes que me moriría sin ti. Sin los dos.

-Trataré de que no pase lo peor, pero yo no manejo mi futuro, cachorra.

Leah y Thomas la ven preocupados. Tal vez este plan sería riesgoso, ¿pero que era peor que esto? Sino intervienen, el caos para todos llegaría y ninguno quería arriesgar su vida por unos ineptos que no sabían usar un misero condón para preservar una paz.

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