"El olor de la pólvora y el dolor de la guerra son cosas tan desagradables. ¿No sería maravilloso si el mundo fuera tan hermoso como las perlas?
El deber puede superar por un momento al talento, y el talento es capaz de ir mucho más alto, pero tan s...
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-—¡Aquí habría sido un Terrorshock seguro! ¡No saltes ventanas o pallets a menos que estés a una distancia prudente del cazador y que sea de verdad necesario!
—Lo siento.
Ambos rescatistas dejaron de correr por un momento, para descansar entre las camillas del asilo de White Sand Street y tomar algo de agua proporcionada por Emma antes de que partieran a practicar. Naib miró de reojo tras cerrar la tapa que protegía el líquido de derramarse y se pasó una mano sobre los labios humedecidos.
—Tienes que trabajar en esos saltos.
—Entiendo, trataré de hacerlo mejor.
—Pero bien hecho al momento de usar tu habilidad mientras corres. Aunque no entiendo cómo es que no te perforas los dedos con la aguja.
—Sé coser desde los ocho años.
—Ya veo, pero debes prepararte, que vamos a reanudar la persecución y esta vez usaré mis coderas, no olvides lo que te he dicho.
(T/N) se enderezó de la camilla en la que se había recostado y usó sus dedos para contar punto tras punto.
—No hacer movimientos innecesarios, ser discreta cuando me tenga que ocultar, ahorrar la mayor cantidad de pallets posible y ser prudente a la hora de elegir entre seguir corriendo o saltar.
—Martha tenía razón, aprendes rápido.
La mirada de ella se ensanchó, pero luego se entrecerró con cierta melancolía, dejando al mercenario algo consternado aún si procuraba mantener en pie su gélida faz. La mujer suspiró, dejando ver una sonrisa algo entristecida mientras se expresaba.
—Pues... si no aprendiera rápido, desde hace mucho que habría terminado mal. Y aún si no nos podemos morir estando aquí, de todas maneras quiero hacer lo mejor para que nadie tenga que quedarse atrás.
—Ese es el principio de un rescatista, evitar que tus compañeros acaben desangrándose, envueltos en hilos de araña o estallando en cohetes. Es por mucho el rol más difícil entre los cuatro que se establecieron para nosotros, pero...
—¿Mmm?
—Aún si todavía tengo mis dudas acerca de tu clasificación como rescatista, seguro que el anfitrión tiene sus razones, debes ser acreedora de algo que te hace apta para este trabajo. Así que trata de tener siempre presente el proteger y hacer todo lo que puedas por una victoria limpia.
—Lo haré— respondió con voz airada, pero al instante cambió a una voz una más burlona —, y ahora... ¡Trate de alcanzarme si puede!
Dicho esto, la diseñadora salió corriendo para internarse en los sombríos pasillos del sanatorio. Naib negó con la cabeza por su espontaneidad e inició a seguirla de cerca para hacerla caer tal y como lo haría un cazador. De forma increíble, ella se las arregló para aguantar el constante alcance que le daba el hombre, de vez en cuando fabricándose más distancia con ayuda de los obstáculos en cada habitación.
