"El olor de la pólvora y el dolor de la guerra son cosas tan desagradables. ¿No sería maravilloso si el mundo fuera tan hermoso como las perlas?
El deber puede superar por un momento al talento, y el talento es capaz de ir mucho más alto, pero tan s...
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Tras rebuscar una y otra vez en todas y cada una de las cajas que habían en el taller, (T/N) se dejó caer derrotada al suelo sin saber qué hacer al respecto. No había escatimado en la cantidad de hilaza que utilizó para los regalos que planeaba darles a algunos de los cazadores, así que ya no tenía nada de hilaza verde e hilos dorados para bordar.
Usar otro color parecía una idea tentadora, pero negó con la cabeza para sí misma. En definitiva el verde era el color de Naib, y contrastaría demasiado bien con el negro de la tela que planeaba emplear.
Se puso de pie y deambuló de un lado a otro en busca de una alternativa, y esa llegó en forma de una visita al ala de los cazadores para preguntar a todos en general, sin descartar a cazadores que ni en mil años se interesarían en la costura.
La Bloody Queen entrecerró la mirada, pero a final de cuentas se compadeció de la chica, por lo que la invitó a su habitación a tomar el té y comer de una tarta que Leo había horneado para los niños cazadores.
(T/N) miró con asombro la decoración de la alcoba, consistente en colores pastel y detalles característicos del auténtico Rococó francés, con adornos de cristal y cerámica fina, cortinas de terciopelo y una magnífica cama con un dosel, que caía como enredaderas sobre los edredones.
Tomó asiento en un cómodo sillón con tapizado azul cielo, y la reina le extendió una taza de porcelana con té de rosas recién hecho, y un platito que contenía una delicada rebanada de tarta de moras.
—Amo demasiado todos mis vestidos, y agradezco tu trabajo, pero el color verde… jamás me ha favorecido— murmuró Mary con una risita.
—¿Se refiere a…?
La cazadora asintió, sacó de su armario aquel vestido de color verde oliva que muy rara vez había utilizado en partida, ya que no era un secreto que “Bella” y “Bloodbath” eran sus atuendos favoritos.
—Necesitas hilos color verde, ¿no es así? Puedes usar el hilo de este vestido, sólo debes deshacer los bordados.
La modista se sintió sumamente enternecida, suspiró y esbozó una sonrisa suave.
—Se lo agradezco mucho, pero no creo que pueda deshacer los bordados. Suelo hacer las costuras bastante juntas la una de la otra para que no se rompan con facilidad, así que sería imposible usar esos hilos.
—Vaya, qué lástima. Creí que podría funcionar, ¿es un regalo de Navidad para ya sabemos quién?
—Sí…— respondió con profunda dulzura.
Mary tomó asiento frente a ella y también inició a comer de la tarta, como si fuese un pajarillo, en bocados pequeños mientras hablaba.
—¿Todo ha ido bien? ¿No han peleado de nuevo?
—No, incluso siento que… nos llevamos mucho mejor que antes. Y aunque se le dificulta un poco, Naib de verdad trata de ser más atento y delicado conmigo.
