La habitación acabó hecha un desastre, era tal y como si hubiese ocurrido una brutal batalla a muerte.
Almohadas por aquí y por allá, las camas acabaron con las sábanas hechas jirones, y la ropa del mercenario estaba dispersa por todos lados, tapizando el suelo a base de coderas, pantalones de cuero, la capucha color verde y las botas de combate desgastadas.
Los varones también acabaron de la misma manera, con las camisas desfajadas, despeinados y con alguno que otro moretón más o menos visible.
Aún así...
—Ya está, se ve bastante bien— comentó Kevin con una sonrisa ladina, acabando de abrocharle bien el uniforme militar.
—¡Coman mierda, idiotas!
Ganji frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—Tú cuida esa lengua, grosero.
William y Mike contemplaron al mercenario, víctima del potente agarre del lazo del vaquero, quien había tenido que inmovilizarlo después de que a muy duras penas habían logrado vestirlo a la fuerza.
—¡No necesito ir a esa maldita fiesta!— replicó casi gruñendo mientras forcejeaba.
—El anfitrión te sancionará si no asistes.
—¡No me interesa nada de lo que tenga que decir ese hijo de…!
—¡Rayos! ¡Deja de hacerte el duro que no necesita a nadie! Todos sabemos que tú…
—Ni siquiera lo digas, Ellis.
El jugador de rugby hizo una mueca, volteó a ver al resto de los varones y el acróbata se acercó para amarrar el cabello del nepalí en la habitual coleta impoluta que usaba, después lo miró.
—Naib.
—¿Tú también vas a estar sermoneando, Morton?
Mike sonrió, confiando plenamente en las ataduras para poder hablar y expresarse.
—Es como iba a decir William, todos lo sabemos.
—Ustedes no saben nada.
—¡Que sí!
—¡Ya no estés jodiendo, cirquero de quinta!
—¡Sabemos a la perfección que te estás muriendo por hablarle de nuevo a la señorita (T/N)!
—¡Eso no es…!
—También sabemos que el hecho de que estén separados te afecta más de lo que quieres admitir. Los cazadores te golpean con mayor facilidad y frecuencia desde que pelearon, andas de mal humor y con cara de gruñón todo el tiempo. Es como si hubieras vuelto a ser como eras cuando recién acabaste en la mansión, portándote tan mal con los demás y siendo demasiado grosero.
—¿Y eso importa?
—Tú la quieres y ella te quiere.
—(T/N) no me necesita en lo más mínimo. Ya tiene a ese “Arthur Capel”.
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Identity V - Stay With Me (Naib Subedar × Reader)
Fanfic"El olor de la pólvora y el dolor de la guerra son cosas tan desagradables. ¿No sería maravilloso si el mundo fuera tan hermoso como las perlas? El deber puede superar por un momento al talento, y el talento es capaz de ir mucho más alto, pero tan s...