直接冲突 : CAPÍTULO 21

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TEN & DEJUN

—Tengo miedo. —pronunció Dejun. Su voz le pedía partirse y sus piernas huir. Ten apretó con fuerza su mano, haciéndole recordar una vez más porque no debía hacerle caso a las cobardes órdenes que su cerebro enviaba.

—Tranquilo. Tu madre y yo estaremos ahí.

—Ten, y si..¿Y si me pega? —preguntó con esa angustia mezclada de inseguridad que parecía que quería carcomerle por dentro— ¿Y si me dice que le doy asco y nunca quiere volver a verme? —su rostro, que ya poseía rastros de preocupación, fue invadido ahora por la tristeza— Lo extraño, estaba esperando que volviera. —miró al tailandés— Pero después de esto, es probable que nunca volvamos a vernos.

—Dejun, detente. —el mayor lo tomó por las mejillas— Trata de tranquilizarte, ¿sí? Pase lo que pase, debes saber que tú no tienes la culpa de su reacción. Quien tiene que cambiar su visión, es él.

Unos golpes en la puerta hicieron que Dejun se apartase de Ten. Este último no pudo evitar dejar notar rastros de decepción en su rostro, no obstante, tomó distancia también.

—Es mamá, Jun.

La señora Qian abrió con precaución la puerta y se encontró con los dos jóvenes mirándola atentos. Su hijo estaba a punto de temblar de miedo y Ten, a pesar de aparentar seguridad, poseía cierto temor en su mirada.

—Tu padre acaba de llegar, está en la cocina. Le dije que estabas en la casa, así que te está esperando.

—Bueno...—contestó el menor.

—Estaré aquí cuando decidan salir. —Qian les dedicó una sonrisa un poco triste pero llena de cariño— Y, ¿Jun?...—dijo, llamando la atención de su hijo— No estás solo. —se acercó a los dos y tomó asiento al lado del castaño. Depositó un beso en la mejilla de este y lo estrechó en sus brazos— Estamos aquí para ti.

Dejun asintió y se tragó las ganas de hundirse en los brazos de su madre. Simplemente la abrazó por unos segundos hasta que ella se levantó y dejó la habitación luego de acariciarle con cariño la cabeza a Ten.

—Tu madre es una buena persona. —dijo el tailandés e instantes más tarde, Dejun se puso de pie.

—Y su hijo es un idiota. Un grandísimo idiota, esto no va a salir como lo imaginé. —negó el castaño y se llevó las manos a su sien— Por dios, lo lamento.

—Dejun...—Ten intentó calmarlo, pero Dejun parecía estar teniendo una especie de ataque de ansiedad. Las manos le temblaban y caminaba de manera un tanto frenética por la habitación.

—Esto es culpa de él. Ni siquiera lo he visto y ya estoy así. Soy un cobarde. —le dijo a Ten luego de parar en seco.

—Mírame. —Ten se acercó y alineó sus rostros. Atrapó a su mirada y le obligó a mirarle, se mantuvieron así por unos segundos hasta que el mayor inició un beso.

No quería perderlo ahora que lo tenía. No quería irse de Taipéi sabiendo que había dejado al posible amor de su vida atrás y sabiendo que no había sido capaz de sacudirle todo ese temor que lo atormentaba.

Estaba enterado de que no dependía de su persona y que no era su deber al 100%, pero debía intentarlo.

Se unieron y fue difícil desprenderse, ambos se perdían con facilidad en los labios del otro y los estados de ánimo transitados, les hacían desear esa sensación aún más.

Dejun se enredó en Ten, abrazándolo por la espalda alta.

—Te quiero. —susurró el mayor cuando tuvieron que separarse por la falta de aire— Y no quiero dejar ir esto que tenemos, no quiero que nos dejemos ir. —acarició su rostro— Demuéstrame que tú tampoco, por favor.

straight conflict ‹ xiaoten;tenxiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora