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直接冲突 : CAPÍTULO 24

CINCO MESES DESPUÉS

DEJUN & TEN

Dejun estaba nervioso. El tiempo había pasado y le dejó vivir experiencias de todo tipo.

El dolor agrio producido por la herida de su padre todavía seguía curándose, pero, a la vez, también era capaz de sentir la dulzura proveniente de la alegría que continuamente le producían sus seres queridos.

Sintió una mano apoyarse en su hombro y allí vio a Yangyang, un amigo que había conocido en línea y quien también asistía a la misma universidad en la cual le fue proporcionada una beca en escritura.

—¿Listo?

Dejun le sonrió suavemente. No se hallaba listo, para nada, pero la vida no lo esperaría a que lo estuviese y tenía que afrontarlo.

Mientras vivía su primera esperada y aterradora experiencia en la universidad después de tanto tiempo, Ten trabajaba y esa noche, por fin volvería a casa luego de tres semanas fuera del país.

En esos cinco meses, como se señaló antes, muchas cosas habían pasado. Dejun fue afectado al tener que afrontar el rechazo de su progenitor, el divorcio de sus padres y a los pensamientos tormentosos que le surgían cuando intentaba dormir por las noches. Más allá de todo lo negativo, la felicidad lo alcanzaba y le recordaba que podía y estaba siendo feliz sin la presencia de aquel hombre que alguna vez había significado casi todo para él.

Se había vuelto más cercano a su madre y la visitaba de manera frecuente. Ella trabajaba un poco menos que antes y como tenía la mitad de los ingresos de la empresa por ley, no tuvo que preocuparse mucho por la parte económica, sumando el hecho de que también poseía un importante rol en la compañía.

Ahora vivía con Ten en otro departamento, uno que su madre les había comprado. Era más pequeño, no obstante, era mucho más adecuado para dos personas y una mascota. Hacía unos dos meses decidieron adoptar a una pequeña perra y la nombraron Bella. La canina los adoraba, pero tenía un lazo especial con Dejun.

Para el mayor de los dos, los impactos del tiempo se vieron reflejados en extrañar a su familia y en acostumbrarse a la exposición. Sobre la relación sentimental que poseía con Dejun, nada se sabía en las redes. Optaron por mantenerlo en privado por cualquier inconveniente y porque tampoco precisaban que extraños estuvieran comentando sobre lo suyo. Tanto el tailandés como el chino eran reservados en esos aspectos y por ende, no les molestaba ser discretos en público.

Las temperaturas bajas ya envolvían la luminosa ciudad. Dejun volvía a casa y pensaba en su novio y su perrita. Se preguntaba si vería al primero a tiempo antes de quedarse dormido y su mente reproducía el mensaje leído ''Estaré en casa esta noche''.

Se bajó del auto e hizo su ya conocido camino hasta el edificio, siguiendo por el piso y finalmente la puerta que le correspondía. En cuanto ingresó a la vivienda, se topó con la presencia de Ten, que se quedó quieto al verlo.

La decoración lucía más o menos igual que siempre, con la diferencia de que la mesa estaba puesta y en el medio había un balde de pollo frito.

—Dejun...—pronunció el mayor en cuanto lo vio— hola. —sonrió. El chino notó que el opuesto traía una bandeja en sus manos y que encima de la misma, había unos vasitos que parecían ser postres. Ten la apoyó sobre el mesón de la cocina y luego lo observó— No he podido hacer nada para cenar, así que ordené pollo frito...quería sorprenderte-

—¡Ten! —exclamó el castaño y se aferró a su novio.

¡Lo había extrañado tanto! Tres lentas semanas, en donde se comunicaron por videollamadas y por mensajes, sin embargo, de ninguna manera podría compararse a tenerlo en sus brazos.