II

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— Amo Park 

Jimin levantó la vista y vio a uno de los guardias del club acercarse.

— ¿Hay algún problema?

El guardia sonrió. El hombre era diabólicamente hermoso pero definitivamente no era su tipo. A él le gustaban los hombres más delgados y delicados.

— Se me indicó que le diera esto. De un admirador.

Jimin aceptó el sobre ante el murmullo y ruido. Con una mirada silenció a sus amigos en la mesa, Jimin se encogió de hombros. Abrió el sobre, sacó la hoja de papel y la observó.

Dentro estaba un dibujo de Jimin tan real, que a pesar de estar hecho a lápiz, casi creía que era capaz de sentir las puntas de las pestañas en sus ojos.

— Wow, quiero uno.— dijo Namjoon inclinándose para ver la pintura.

— Consíguete tu propio admirador.— Jimin revisó el lugar, tratando de ver si alguien lo estaba mirando o estaba sosteniendo un cuaderno de dibujo. La hoja obviamente había sido arrancada de uno.

Todo el mundo lo estaba mirando como de costumbre, pero no había extraños, y él estaba muy seguro de que ninguno tenía ese tipo de habilidades.

— Déjame ver.— Como el propietario de varias galerías, Hoseok se consideraba un experto en arte. Dejó salir un bajo silbido cuando vio el dibujo.— Me pregunto lo que esta persona podría hacer con más tiempo. Esto obviamente es solo un rápido dibujo. Me encantaría que quien sea que hizo esto, dibujara a Tae.

Taehyung era el sumiso de Hoseok desde hacia mucho tiempo.

Hoseok inclinó la pintura para que su Sum sentado en el suelo pudiera verla.

— ¿Qué piensas, mascota?

— Es muy real.— Comentó el Sum, dándole a su amo una amorosa mirada.

— No la arrugues.— dijo Jimin molesto tomando el dibujo. Extrañamente no quería que sus amigos tocaran su regalo. Lo sentía demasiado personal para compartir. Alisando las invisibles marcas, Jimin deslizó la pintura de regreso al interior del sobre.— ¿Alguien vio hacia dónde fue el guardia?

Sus amigos sacudieron la cabeza.

— Bueno, él es un guardia.— dijo Namjoon lógicamente.— Probablemente esté en la puerta del frente o donde quiera que sea su lugar.

Jimin chasqueó sus dedos ante el camarero que pasaba. Él usaba unos ajustados shorts blancos de piel, unos interesantes remolinos de pintura corporal y nada más.

— Estoy buscando a un guardia. El que tiene cabello castaño, tatuajes y un piercing en la ceja.

— Ese es Jin. Se fue por esta noche.

— Mierda.

Jimin dejó ir al camarero después de pedir una orden de bebidas.

— Supongo que tendrás que preguntarle la próxima vez que vengas.— dijo Namjoon, antipáticamente.

— Sí, supongo...— La noche había perdido algo de su glamour. 

Ahora todo lo que quería era descubrir algo más de ese admirador locamente talentoso. 


⛓️


Al sábado siguiente por la noche, Jungkook regresó al club de su hermano. Ese era uno de los pocos días de la semana en que no tenía clases, y a Jiho le gustaba usar ese tiempo para ponerse al día sobre lo que estaba haciendo Jungkook.

Jiho era su bueno (y aunque controlador) hermano mayor, y le daba a Jungkook alimentación y alojamiento mientras su beca cubría la escuela, libros y accesorios. Ese sistema estaba funcionando para ambos.

Después de ponerse al corriente sobre los eventos de sus vidas, Jiho dejó a Jungkook solo en su oficina con todas esas encantadoras cámaras de seguridad. Jungkook generalmente pasaba la mayoría de los sábados terminando su tarea y cenando con su hermano. Él nunca iba a fiestas como sus compañeros de clases. Trabajó demasiado duro para conseguir su beca como para arruinarla por una novatada de alcohólicos.

Si tuviera una cita, eso sería totalmente diferente, pero actualmente estaba soltero y el único hombre que le interesaba estaba justo aquí en el club de su hermano. 

Jungkook distraídamente veía los monitores de vez en cuando mientras hacía su tarea de inglés.

Él había pasado toda la semana con su amigo Eunwoo, que se especializaba en trabajos de piel, para que le ayudara a hacer un apropiado látigo. 

Su amigo disfrutó el desafío y Jungkook le pagó haciendo un retrato de la novia de este, que le sumó puntos de novios. Si la sonrisa en su cara era una indicación.

Sacando la bolsa de terciopelo de su mochila, Jungkook llamó al teléfono del bar y preguntó por Jin.

El guardia se oía jadeante cuando contestó el teléfono, debió de apresurarse a contestar la llamada.

— ¿Sí, compañero?

— ¿Puedes venir a la oficina de Jiho?

— Seguro.

Un momento después, el guardia estaba en la puerta.

— ¿Qué sucede?

— Le hice otro regalo a Jimin. ¿Podrías dárselo por mí, por favor?

Jin aceptó la bolsa.— ¿Puedo verlo?

Jungkook se ruborizó.— Seguro, puedes decirme si crees que es suficientemente bueno.

El guardia abrió la bolsa y deslizó fuera el látigo.— Joder, esto es una hermosa cosa. Jimin se va a correr en sus pantalones, se la voy a dar ahora mismo.— Jin le dio una curiosa mirada.— ¿Cómo sabes que Jimin es el Amo del látigo?

Jungkook se ruborizó.— Oí a alguna gente decirlo cuando me iba la semana pasada.

— No dejes que Jiho te vea hablando con Jimin.— advirtió el guardia.

Jungkook dejó salir un suspiro.— Dudo que pueda ser un problema.

¿Cuáles eran las probabilidades de que un hermoso hombre como ese quisiera a un escuálido artista?

— Prométeme que no le dirás quién soy.— suplicó.

— Lo prometo.— dijo Jin solemnemente.— Ahora mantén tus ojos en el monitor. No vas a querer perderte esto.


⛓️Jikook ⛓️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora