Rengoku x lectora One Shot

7.- La ley está para romperse (Kyojuro Rengoku 🍋)

Siempre he dicho que las leyes están para romperse y esta no es la excepción salvo que ahora estoy en el calabozo de una pequeña estación acorralada en un rincón  por el policía que está a cargo quien me besa desesperadamente.

cómo fue que llegué a este punto, les contaré ...

mi loco día comenzó a las 6 am salí veloz a trabajar como siempre, solo a mi se me ocurre cambiarme a 2 horas de mi lugar de trabajo pero la tranquilidad del barrio donde comencé a vivir es impagable, hace un par de semanas, como de costumbre veo correr muy temprano a un chico de cabellos dorados y mechas rojas, quien siempre me saluda e indica que tenga cuidado al correr de esa manera para alcanzar el tren, es bastante guapo en realidad pero no me he dado el tiempo de saludarle apropiadamente, mas que sus consejos, unos escuetos gracias y unas miradas que ufff, creo que nos comemos con la mirada.

Alcancé apenas a tomar el tren, me senté en el primer asiento vació que encontré,  me puse los audífonos y dormí una media hora antes de hacer la siguiente combinación, tuve un sueño bastante raro con aquel chico, pero que mas da, todo va normal hasta ahora, me baje a tiempo, llegue al trabajo con unos elegantes 5 minutos de retraso; retraso que obviamente me hicieron notar y por ello es que salí más tarde de lo acostumbrado, maldigo al niño que se subió al elevador con su madre y no halló nada mejor que apretar todos los botones que alcanzó antes de que su madre lo retara, así que llegar al piso 30 donde se encontraba la oficina fue un suplicio.

Les hago el cuento corto, mi jefe me recargo con papeleo extra, debía encargarme de los archivos pendientes de mis compañeros para enmendar el atraso y de esa forma disculparme con todo mi equipo de trabajo.

gracias al recargo de trabajo termine a las 20.00 hrs, estaba agotada y malhumorada, ya que a esa hora no encontraría abierta mi pastelería favorita, y estoy acostumbrada a comer un muffin especial que se va rápido de las estanterías.

- vaya día - me queje  al ver el mostrador de la pastelería vacío con el cartel de los muffin, tuve que ir al supermercado a comprar lo de la cena y para preparar para el almuerzo de mañana, todo iba normal hasta que me tope con un estudiante de secundaria que me recordó al chico deportista, y digamos que me tope es poco, chocamos de frente. también iba con una bolsa con compras y como comprenderán las verduras salieron rodando por toda la calle.

menudo lió, la gente nos ayudo a recoger las cosas, pero entre ellos había un amigo de lo ajeno no me habia dado cuenta hasta que una señora le aviso al menor que cierto sujeto había robado su billetera, rápidamente llamaron a la patrulla que estaba cercana, unos policías que daban mas miedo que confianza tomaron el caso y junto al chico se fueron a buscar al ladrón.

al parecer se conocían ya que lo llamaron por su nombre - Senjuro - 

me dirijo a tomar el metro cuando me voy dando cuenta que tampoco llevaba mi cartera encima y mi celular, no solo le robaron al chico si no que a mí para colmo estaba incomunicada, no halle nada mejor que saltar el torniquete para llegar a mi hogar.

que puedo decir los guardias de la estación me persiguieron por todo el lugar, gracias a Dios fui mas rápida y logre entrar a uno de los vagones antes de que partiera el metro dejandolos atras, primer problema superado, dije en mi mente, cuando recordé que para hacer la combinación debo usar la tarjeta  para que se abra la puerta, mierda, no me quedo de otra que bajarme e ingresar nuevamente al área de ticket para hacer lo mismo, ahí fue que me encontré con el chico de cabellos rubios junto a los policías, claro ellos estaban charlando cuando notaron que salte por segunda vez el torniquete, esta vez no solo era perseguida por los guardias, si no que por la misma policía, valla suerte la mía, justo llego el tren que conecta mi tramo final, así que me cole entre la multitud y logré entrar.