Un par de semanas después
DOMINIC
—Vale, creo que comprendo—levantó las manos como si intentara encuadrar la escena—. Ella tuvo una hija y no le dijo nada a él, pero ahora están trabajando juntos y corre el peligro que se entere. ¿Estoy en lo correcto?
—Si, y él ya conoce a la niña, pero no sabe que es su hija. Es bastante obvio, son idénticos, pero el poder del guión hace lo que sea.
Le paso las palomitas, estamos mirando una de mis series turcas favoritas. Ya era mi turno, ya que ella me mostró su colección de piedras preciosas de todo el mundo. Si, colecciona piedras.
Hemos pasado mucho tiempo juntos, puedo decir que la conozco como si hubiéramos vivido la vida juntos. Es una chica muy agradable, me he divertido mucho junto a ella esté último tiempo.
—Vale, vale, mamá, ya voy— dice al teléfono y cuando cuelga me mira apenada—. Era mi madre, al parecer a papá se le cayó la máquina de clavos encima y se clavó los dedos en la madera… otra vez.
—Dios, debe doler.
—Eso creo— se levantó y fui a ponerme unos pantalones mejores, ya que estaba en joggings.
—Te acompaño.
—No es necesario, en serio.
—Iba a estar en la Cruz Roja, ¿Recuerdas? Esto es pan comido.
Se rió y salimos del departamento al aparcamiento donde está mi camioneta, solo que en el camino me encuentro con una amiga, Emmie.
—Ahí estás —suspira agotada, viene caminando y bastante de mal humor.
—¿Qué te pasó?
—El maldito coche me dejó tirada a unos cuadras de aquí. Ahh, esa pequeña mierda, me saca de quicio.
—Ya te dije que debes comprarte uno nuevo y ese tirarlo al tacho, porque ni para revender sirve— conocí a Emmie un par de años atrás en una fiesta del cumpleaños de otra vieja amiga. Hemos tenido contacto desde entonces. Es muy desastrosa y desordenada, su auto lleva meses fallando y aunque esté prácticamente más tiempo en el taller que en su casa aún así no quiere venderlo.
—Es mi bebé, no tiras a un bebé al tacho solo porque tiene una falla, ¿Quién haría eso? Bueno, tú, frío de mierda, tal vez lo harías, yo soy una persona decente y humana— mira a Kylie con una sonrisa encantadora—. Hola, soy Emmie. Tú debes ser Janeth.
Sabe perfectamente como se llama, se la he mostrado hasta en fotos y es con quién más hablo de ella, solo le gusta molestar.
—Eh, mmm, no. Soy Kylie.
—Ah, que tonta— golpea su frente con su palma y toman sus manos para saludarla—. Hay tantas que se me confunden los nombres.
La miró mal y ella me sonrió como la estúpida que es.
—Bueno, ¿Necesitas algo?
—Te he dicho que estoy a pata, necesito que me lleves a casa.
—Pídeselo a tu novio. Nosotros estamos apurados— voy a mi camioneta.
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IRREMEDIABLES [•2]
Teen FictionLibro 2 de la Bilogía INCONTROLABLES Fuego. Eso arde en el interior de Dominic Blake. Ira constante. Furia controlada. Cierta persona lo dejó ardiendo en su propia llama y esta parece no querer apagarse después de su partida. Dom tiene un propósito...