Capítulo 8: Una carrera que ya terminó

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DOMINIC

Salgo de ella después de derramarme en su interior sobre el condón. El sexo con Kylie es alucinante, sabe muy bien lo que hace. Es dulce y delicada cuando quiere, pero también tiene sus momentos de salvaje, son los que más me gustan.

—Vamos a ducharnos—palmera mi pierna antes de salir de la cama, sigo con la mirada su desnudez hasta que ingresa al baño y se voltea para regañarme—. Vamos, sal de la cama que tenemos que ir al centro comercial a comprarle un obsequio a tu amigo.

Blanqueo los ojos y me meto bajo las sábanas, hoy es el cumpleaños de Luca, el hijo de Elías, nos invitó a celebrarlo con él en su fiesta número… bueno, no sé cuántos años cumple. Aunque no pasé tanto tiempo con esa familia, he logrado conocer a Luca mientras su padre y yo investigabamos cosas legales. Es un buen niño, es demasiado tranquilo y sereno, y un apasionado del básquetbol. Me cae bien. Va a hacer una parrillada en su casa, sé que invitó a sus compañeros de escuela y a su equipo del club deportivo.

Una vez bañado y vestido, nos encaminamos al centro comercial donde consigo unos nuevos tenis para que pueda entrenar como se debe. Cuando yo asistía al club de basquetbol solía ser escolta, son la parte del equipo que son más rápidos y pequeños. Mi equipo estaba conformado por Fred Casper, Rye Spax y Renzo Turner. No sé qué ha sido de la vida de los últimos dos; en cambio, Fred sigue siendo un dolor de culo.

Al mediodía, después de visitar a Tyler en su conmemoración de no sé qué mierda, llegamos a casa de Elías, los autos ya están aglomerados en la entrada de la casa y cuando toco timbre es Shelly quien nos atiende. Sonríe al instante.

—¡Aquí están! Luca los estaba esperando. Vengan, pasen— nos abraza y besa a ambos y nos empuja dentro de la casa decorada con… bueno, nada. Luca ya es un adolescente, obviamente ya no quiere decoraciones de cumpleaños.

Uno de mis ex suegros está en la cocina esparciendo una salsa sobre carne asada.

—¡Dominic, qué sorpresa! —Tim limpia sus manos en su delantal y viene a saludar.

—¿Cocinando tu especialidad?

—Ah, absolutamente no, fue idea del pequeño raptor— rodea los ojos, a él le gusta cocinar pastas, pero su nieto solo quiere hincar el diente en carne—. ¿Cómo has estado, hombre? Hace mucho no te vemos por aquí.

—Estuve ocupado trabajando.

—Que raro de ti— ríe mientras palmea mi hombro y su mirada termina en Kylie—. Oh, tú debes ser la famosa Karen.

—Kylie— se saludan.

—Venga, que la comida está casi lista.

Tim y Shelly nos llevan afuera. Está lleno de preadolescentes corriendo de un lado al otro con un balón. Veo a Jacob y a Liam a lo lejos charlando animadamente con algunos amigos. Hace mucho que no los veía. Liam estaba lejos de casa hace un buen tiempo.

—¡Oh, por Dios!— El aullido de Berenice me hace voltear a la parrilla donde está junto a Darren. Viene a nosotros con los brazos abiertos— ¡Kylie, cariño, que sorpresa!

—¿Berenice?— ella abre sus ojos enormes y va a abrazarlo. Espera, ¿Se conocen?

Darren también se acerca y palmea mi hombro en un gesto de saludo. En su mano trae una cerveza y está igual que siempre, con su barba rubia, su cabello largo y tatuajes por todo el cuerpo.

IRREMEDIABLES [•2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora