❂ 𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙄𝙄

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El resto de la semana no había sido tan interesante como aquellos primeros días y Minho lo agradecía con demasía, no necesitaba más emociones que lo drenaran al final del día, menos cuando tenía mejores cosas en las que poner su atención.

Sin embargo, no es que la semana haya pasado completamente aburrida, cada clase que compartía con Bang Chan era... entretenida, había aprendido a disfrutar del coqueteo cursi del alfa, también de cuando se hacía el interesante y lo miraba de aquella forma seductora. Sobre todo, le gustaba hacerse el difícil y contestar de forma desinteresada.

"—No puedes llamar a alguien lindo cada 5 segundos Chan —dijo Minho mientras guardaba sus cosas cuando la clase había terminado.

—Puedo si es sincero de mi parte, además ¿es mentira? —contestó con una sonrisa amplia, Minho podía decir que nada en él era falso.

—Claro que no, yo sé que soy lindo —regresó la sonrisa, aunque la suya era más del tipo juguetona.

Ambos rieron y salieron del salón para despedirse, quizá no se verían hasta la próxima semana y Minho podía sentir algo de decepción provenir de Chan."

Recordó ese pequeño momento con una leve sonrisa mientras esperaba en aquel café donde había quedado de verse con Changbin, habían acordado encontrarse ese sábado para hablar sobre su evento y lo que necesitaba.

—¡Hey Minho! —escuchó que lo llamarón, saludó en dirección a la persona que se dirigía hacia él, lo invito a sentarse y pronto se dio cuenta de que no venía solo.

El chico que lo acompañaba era un poco más alto que el mismo Changbin, tenía sonreía con sus ojos, lucia inocente, su aroma golpeó a Minho tan pronto estuvieron cerca, era suave, dulce y no podía pasar desapercibida su intención, el alfa tragó saliva mientras lo saludaba con una reverencia un poco incomoda.

Los tres chicos tomaron su lugar y antes de que empezaran con lo que les había llevado ahí Minho se encargó de con una mirada hacerle entender al chico desconocido que parara con sus feromonas.

Changbin había notado aquello y largo un suspiro antes de hablar.

—Disculpa que no los haya presentado, él es mi amigo Seungmin, como puedes notar es un omega un poco descarado —comentó Changbin y su amigo solo sonrió con fingida inocencia, sus feromonas bajaron de intensidad y Minho agradeció eso, aunque era claro que todo eso lo había hecho con la intención de llamar su atención.

—Un gusto poder conocernos formalmente, espero que no sea una molestia que me haya autoinvitado.

Minho negó, aunque por dentro si que pensaba que si lo era.

La reunión continuo sin problemas, Changbin era muy profesional con su trabajo, lo escuchaba con total atención y hacia las preguntas correctas para poder entender mejor la visión que tenía, además de proponer más ideas que pudieran favorecer el trabajo. Minho estaba más que contento con cómo iban las cosas y lo fácil que era entenderse con Changbin.

—Me encanta lo que quieren hacer, además creo que me podrá servir para una de mis clases, así que estaré matando dos pájaros de un tiro —comentó Changbin con un tono totalmente entusiasmado.

Ambos estaban satisfechos con todo lo que habían ordenado en poco más de una hora. Todo estaba yendo perfecto, casi tanto que Minho casi se olvidaba de la mirada curiosa que tenía sobre él.

Ahora que había acabado con su trabajo Minho quería irse, pero le había prometido a Changbin una comida, solo que cuando lo hizo no esperaba tener un acompañante que intentara seducirlo. Hubo un silencio algo prolongado, Changbin se había quedado metido en su pequeña libreta de notas, así que solo era él y la mirada penetrante de Seungmin.

Limerencia ||  Universo RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora