❂ 𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙄𝙑

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Minho apenas había podido dormir después de su encuentro con aquel Omega de mejillas regordetas. Tan pronto había llegado a su casa había podido respirar de forma adecuada y despejar su mente para hablar con su leopardo.

Destinado.

Era la palabra que había resonador en su cabeza cuando cuestionó sobre el porqué de su sentir hacia el joven Omega.

Ja. Fue lo único que salió de su boca ante la respuesta tan simple. Minho lo sabía, lo había supuesto desde que todo su mundo parecía haberse congelado por un instante y por la forma en que su corazón se aceleraba, además del como su animal se removía de una forma extraña y ronroneaba. Sacudió su cabeza mientras reía, no era algo gracioso, pero no sabía cómo reaccionar ante aquel hecho, Minho nunca se había esperado aquello, de alguna forma siempre había tenido la idea de que aquello no le sucedería, que no era una posibilidad para él.

Caminó a su cama para dejarse caer ahí mientras pensaba en todo aquello, dio un leve grito que fue amortiguado por su almohada, realmente apenas había tenido un minuto de paz durante esa semana, estaba agotado y deseoso de dormir, pero su mente no dejaba de repasar las facciones de aquel omega, de recordar su aroma a canela y cítricos. Minho sintió ganas de llorar por la frustración de verse envuelto en algo así justo ahora.

El cansancio logró vencerlo luego de quizá horas de rodar por la cama y observar el celular sin saber si enviar un mensaje o esperar a que el otro lo hiciera primero.

...

Al día siguiente, quizá por el sueño, Minho se sentía "adormilado", durante todo el horario de clases se sintió ido y apenas podía concentrarse. Al menos Minho agradecía que Chan había faltado, no hubiera tenido la energía para verlo y lidiar con más emociones.

Continúo sintiéndose aletargado incluso cuando llegó a la academia de baile, se adentró al salón casi arrastrando los pies por la falta de energía, odiaba ese sentimiento y no entendía si es que estaba próximo a enfermarse o quizá... por su mente paso que solo se sentía tan falto de energía cuando estaba a punto de entrar en su celo, pero ahora mismo no recordaba que estuviera cerca faltaban quizá tres semanas. Sacudió su cabeza, independientemente de que fuera no podía faltar ese día ya que tenía que hablar con Hyunjin, quizá enviar mensajes era una opción, pero Minho pensaba que no era lo mejor considerando que solo parecían comunicarse bien frente a frente.

De esa forma caminó hasta donde divisó al contrario, estaba en una esquina del salón conversando con su amigo quien apenas notó a Minho cubrió su nariz, el alfa por su parte sintió el aroma de ambos, lo logró percibir mejor que otras veces sintiéndose mareado al instante. Su leopardo pareció quejarse de una forma extraña que Minho trato de reprimir con sus pocas energías. Hyunjin por su parte notó esas actitudes en ambos y miró a Minho con reproche.

—Minho, disculpe que se lo diga, pero, está llenando de feromonas el lugar y es un poco inconveniente, recuerde que hay Omegas aquí y su aroma es fuerte —habló Jeongin aun cubriendo su nariz y con su mirada nublada, las feromonas del mayor le estaban afectando.

—No sólo derrochas feromonas, sino que estas son de celo ¿Qué pensabas al asistir aquí de esa forma? —soltó Hyunjin con fastidio mientras tomaba a Minho de los hombros y lo llevaba a la salida.

El alfa mayor no opuso resistencia, a decir verdad, no sabía que estaba pasando por lo que se dejó hacer mientras respiraba el aroma a grosella que desprendía el pelirrojo, ese olor tan característico por que no era tan común que los alfas tuvieran olores dulces o afrutados, le gustaba ese olor, aunque siempre decía lo contrario, solo le gustaba fastidiar al alfa más joven.

—Siempre he pensado que tu aroma es demasiado dulce para ser de un alfa —habló sin pensar ya en la entrada de la Academia y con Hyunjin mirándole con una expresión de fastidio, Minho soltó una risita ante esa mirada. —Es lindo, va con toda tu imagen tan única.

Limerencia ||  Universo RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora