Soukoku 2

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Chuuya se encontraba felizmente dormido cuando fue despertado por un gemido... ¿cómo que gemido? ¿Dazai había colado a alguien? No, era imposible. Despertó de golpe, dirigiéndose al baño para aporrear la puerta, la cual no tardó en abrirse.

Dentro estaba Dazai, completamente desnudo, masturbándose mientras miraba el portátil... Chuuya estaba en shock.

- ¿Ocurre algo, chibi?

- ¿Qué mierdas haces? – preguntó con asco, pues bien sabía el pelirrojo que el castaño odiaba darse auto placer.

- Es un nuevo método de suicidio, así disfruto mientras muero – la cara del contrario era un poema... no sabía si el castaño era un genio o increíblemente tonto – y como necesito inspiración estoy viendo porno.

- ... ¿qué porno? – se arrepentiría de preguntar.

- Todas las veces que lo hicimos en la mafia... incluso te tengo a ti haciéndote dedos o usando un dildo – de una patada rompió el portátil.

- Siempre odie que Mori tuviese cámaras en todas partes... - y se fue sin decir más.

- ¿Y ahora con que me motivo yo?

Al rato salió del baño, ese método de suicidio no estaba funcionando, por lo que tendría que probar otro. Una soga fue colocada agresivamente sobre la mesa, Chuuya ya estaba harto del contrario.

Con brillitos, Dazai colgó la soga y luego se colgó él, solo para caer al suelo repentinamente... la cuerda se rompió, pero el pelirrojo no diría que le dio esa cuerda sabiendo lo que pasaría.

- Podrías probar a beber lejía... así morirás limpio.

- ¡Qué buena idea Chuuya! – fue el más bajo quien le llevó a lejía... aunque en el último momento se arrepintió y la cambió por zumo de piña – pero...

- Tal vez Natsume sabía tus intenciones

- Pero me quiero matar...

- Y si... prueba a meter un tenedor en el enchufe.

Que casualidad que cuando Dazai fue a probar aquello la luz se fue de la casa, pero no se rindió. En cuanto volvió enchufó la tostadora y fue a la bañera, dispuesto a meterse con ella, solo que Chuuya se lo impidió.

- Muerte si quieres, pero la tostadora no se toca.

- Pero...

- ¿Cómo me tuesto el pan?

- Eres de lo que no hay Chuuya

Durante toda la mañana los intentos de suicidio no cesaron, siendo Chuuya el que los saboteaba todos.

En un momento, al ver que Dazai se había rendido por ahora, se encerró en el baño, mirándose al espejo.

- ¿Por qué no puedo dejarle morir? Si no lo soporto... quiero que muera, quiero que desaparezca de mi vida, quiero... - y tras una pequeña reflexión interna continuo – quiero que vuelva... lo necesito conmigo... no puedo perderlo...

Salió para ver como Dazai miraba el vino en su mano, leyéndolo todo, era un buen vino, con una alta tasa de alcohol, perfecto para...

- Si bebo mucho caeré en coma etílico, y si no soy tratado moriré enseguida. – el pelirrojo no lo dejó ni dar un sorbo, agarró la botella y se la empinó, acabándosela casi al instante. Fue a la despensa, sacó otra y lo mismo. – oe, que el que se quiere morir soy yo, no tú.

- Calla Kuso Dazai...

Cuando Chuuya iba ya por su tercera botella, Dazai, preocupado, le arrebató el vino, no dejaría que le diese un coma etílico, pero ahora tendría que lidiar con un enano borracho.


Solo un diamante puede pulir a otro diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora