Soukoku 3

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- ¡Dame el puto vino!

- No, llevas tres botellas tú solo.

Chuuya había estado bebiendo demasiado, a penas y podía pensar, solo quería ahogar sus penas en el alcohol. Por otro lado, Dazai, preocupado, se negaba, no quería que le pasase nada, sabía que podía morir y no permitiría eso.

Enfadado, Chuuya se lanzó contra el castaño en un despiste de este, empinándose la botella una vez más. El más alto no sabía que hacer, no sabía por qué estaba así.

- Chuuya basta... vas a acabar en coma...

- ¡Mejor! ¡Como si me muero! ¡Al fin dejaría de sufrir! – no podía imaginarlo, el pelirrojo también se había planteado el suicidio, pero... ¿por qué?

- ... no puedo perderte...

- ¿¡Y yo a ti sí!? – las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, al final se había roto delante de él, ya no aguantaba más – siempre estás intentando matarte... pero no me dejas morir... quieres que te dejemos, pero eres un egoísta, solo quieres morir tu... y todo porque te aburre la vida... ¿y yo? Quiero dejar de sufrir, Dazai... ya estoy harto, no puedo más.

- Chuuya...

- Yo saboteé todos tus intentos de suicidio... no puedo perderte... no otra vez, por favor...

- ¿Otra vez? ¿Cuándo me perdiste? – abrazó al pelirrojo, acariciando su pelo con cuidado, tratando de calmarlo.

- En la mafia... se murieron mis amigos... estaba fatal, justo cuando más te necesitaba te largaste... y para colmo, explotaste mi coche... el coche me daba igual, pero es que dentro llevaba cosas de valor... llevaba... yo... - y su llanto empeoró – tenía las cosas de mis amigos... tenía las cosas que me regalaste, los últimos recuerdos de mi infancia... y ahora no tengo nada, ni siquiera a ti – Dazai se sentía el humano más despreciable en esos momentos, no tenía ni idea de todo lo que había causado – por favor... por favor vuelve... te necesito... juega conmigo una vez más, volveré a ser tu perro, pero por favor...

- Tranquilo Chuuya, no jugaré contigo nunca más... no me alejaré de ti, lo prometo, no volveré a dejarte tirado nunca más... y cesaré de mis intentos de suicidio, te lo prometo... no volverá a pasar.


Solo un diamante puede pulir a otro diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora