Un pelinegro caminaba a pasos lentos, fingiendo no escuchar los comentarios ofensivos hacía él. Más bien a su cuerpo.
Lo llamaban "el gordo Riki" sólo por su gran masa muscular. Sus mejillas regordetas, manos anchas, su cuerpo fuera de línea y más bien todo de él era horrible. Tan sólo tenía 15 años y su vida de secundaria era un asco total.
"Sólo míralo, es tan gordo bleh" "Ay no, no quiero acercarme a él" "Que asco"
Tragándose el dolor que aquellas palabras venenosas causaban en él, quitándole la poco autoestima que con cada día moría lentamente en su interior.
- Oh pero miren quién a llegado - cerró los ojos y soltó un suspiro cansado cuando escuchó la voz - Pero si es el gordo Riki ¿No quieres que te ayude a rodar hasta el salón?
Las risas de su pandilla no tardaron en resonar tras suyo. Apretó el cintillo de su mochila empezando a caminar con la intención de irse e ignorar todo.
- ¿A dónde crees que vas? Tú futón de carne.
Fue jalado de su mochila con tanta fuerza que cayó al suelo, los chicos se formaron en un círculo alrededor suyo. Riki no tenía ganas de pelear, le aterraba los golpes. Por eso cuando sintió la patada en su estómago no se defendió.
El chico de cabellos castaños tiró del suyo con fuerza obligándolo a mirarlo, la sangre en la comisura de su boca se sintió horrible. Pero más lo hizo tras las infinitas palabras del chico que siempre se encargaba de golpearlo.
- Me das asco Nishimura. Mírate ¿quién querría estar contigo?
El chico castaño que por nombre llevaba Park Sunghoon lo soltó escupiendo en él.
Y no era otro más que "el popular del instituto" de apariencia atractiva, altura envidiable, bueno en los deportes y todo lo que tuviera que ver con el movimiento del cuerpo, rompecorazones, el típico chico apuesto por el que todas las chicas se volvían locas.
Pero un asco de persona.
- Terminemos con esto. Jodete Nishimura - sonrió alzando su puño a punto de estamparlo en su rostro.
Riki cerró los ojos esperando el golpe. Esta bien, entre más rápido mejor.
- ¡Ya basta Sunghoon!
Abrió los ojos, ahí estaba, como siempre defendiéndolo nada más que "el hada del instituto" Kim Sunoo.
Un chico que de igual forma era popular en el instituto por su envidiable belleza, cabellos rubios naturales, ojos avellanados, piel pálida, estatura pequeña, cuerpo hermoso y delineado. Todo de ese chico era perfecto, tan hermoso que las mismas chicas le tenían envidia. Y más cuando Sunghoon lo invitó a salir.
Pero el rubio se negó. Rechazandolo frente a toda la cafetería.
El crush y amor inalcanzable de muchos chicos. Incluyéndolo pero era un secreto.
- Sunoo, dulzura. No deberías perder tu tiempo defendiendo a éste gordo - soltó a Riki caminando hasta Sunoo - ¿Porqué mejor no aceptas salir conmigo?
Sunoo por su parte lo ignoró olímpicamente pasando a su lado como si nada yéndose directamente donde Riki. Acuclillandose hasta la altura del pelinegro tomando con suavidad las mejillas de éste inspeccionando su rostro en busca de daños.
Por suerte sólo es un corte en el labio.
- ¿Estás bien Riki? ¿Te hizo daño?
El castaño ofendido ante el rechazo del rubio frunció el ceño. Chasqueo la lengua molesto e indignado ¿Cómo esa bola de grasa podía importarle más que un chico apuesto como él?
- Ja, ya déjalo es tan gordo que toda esa grasa amortiguó el golpe - habló en su tono irritante haciendo molestar al rubio.
- Espera aquí Nini vuelvo enseguida ¿Bien? - le brindo una sonrisa.
El pelinegro se sonrojo tras eso. Negando enseguida, Sunoo no era para él. ¿Porqué estaría con él? Alguien tan hermoso, no puede.
- Ten, no me agrada los obsequios caros - le entregó un collar de oro con el nombre del castaño grabado en el - No necesito mercancía barata gracias.
- ¿Qué? Pero...- molesto guardó el collar en su bolsillo.
Los chicos se retiraron cuando el castaño lo hizo. Siguiéndolo cuál mascotas a su dueño.
- No debiste hacer eso - dijo bajito.
- ¿Pero de qué hablas tontito? - sonrió haciendo bombear el corazón de Riki - Necesitabas ayuda y no iba a quedarme de brazos cruzados, no creas que lo hice por lastima ¿vale? Además ¡Me gustan tus mejillas!
Con sus dedos pico ambas haciendo sonrojar a Riki.
Sunoo era un chico tan alegre, animado y muy energético, con una sonrisa que lograba derretir su corazón junto a esa risa tan linda. Ya matenlo por dios, morirá por tanta belleza.
Un auto negro se estacionó donde ellos.
- Oh tengo que irme - tomó su bolso del suelo. Se dió la vuelta y con su mano se despidió de él - ¡Nos vemos mañana!
Cuando el auto desapareció a lo lejos tocó ambas mejillas, sonrió y por primera vez pensó que el tenerlas no era tan malo.
(☆)
historia original de @SongJae_Choi ! gracias por permitirme adaptarla <3
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no juzgues a un libro por su portada ✧ sunki
RomanceEl único que me amo antes de cambiar, fuiste tú, mi ángel. Eres el único que no me juzgó cuando no era nadie, el único que me quiso tal como era, el único que estuvo ahí para mí. El único que se atrevió a conocerme, leer cada parte de mí hasta el f...