Los latidos de ambos se oían claramente debido al silencio abundante en el pasillo. El sonido del viento golpeando las hojas de los árboles mezclándose con el dulce aroma de las pequeñas flores de éste desprendiéndose debido al aire.
Una atmósfera hermosa que Sunoo no podía apreciar cuando sus ojos se nublaron por las gotas saladas resbalando por sus mejillas rosadas en el momento que escuchó aquella confesión.
¿Era uno más de sus sueños? ¿Qué debería hacer si era así? ¿Iba a despertar en cualquier momento?
No porfavor.
Si era un sueño, deseaba que fuera eterno.
Para eso quería asegurarse, estar completamente seguro de que sus oídos no le hicieron una jugada mala, que de los labios rosados pertenecientes al único chico que ama salió esa confesión.
- Riki...yo...- se quedó inmóvil en cuanto la frente del pelinegro recayó en la suya quedando tan cerca del rostro ajeno. Su corazón subió hasta su garganta que tuvo que tragar un poco para bajarlo pero fue en vano cuando el aliento tibio de Riki golpeó sus labios.
Comenzaba a morir tan lentamente ahí.
- Sólo escúchame Sunoo...por favor...- aquellos orbes derritieron su corazón, mirándolo suplicante y esas tiernas y suaves mejillas que tanto ama tocar mojadas por lágrimas leves y silenciosas. Riki estaba débil, tan frágil frente a él porque siempre lo ha sido a pesar de medir casi dos metros, sólo era un tierno conejito buscando calor - ¿Puedes?
No era por ser egoísta mucho menos cruel porque no lo podía ser con el pelinegro así que bajo su mirada hacía el suelo y asintió aguantando los sollozos en sus cuerdas vocales.
Si lo miraba no podría resistir más y seguramente lo besaría como en sus más lejanas ilusiones.
- Cuando te fuiste fue muy difícil para mí aceptarlo sinceramente nunca logré aceptarlo del todo pero...- las manos de Riki tomaron su mentón y aunque no quería mirarlo para no verse débil ante él no pudo evitar dejarle el camino fácil para volver a conectar sus miradas - Lo hice - continuó - Lo acepté porque me dije a mi mismo que cumplirás tus sueños, que la persona más valiosa e importante para mí sería feliz si los cumplía a pesar de no tenerla conmigo no podía quitarte esa felicidad Sunoo, nunca podría quitartela.
- Riki....
Tomó una bocana de aire y prosiguió.
- Me gustas ¿bien? Esa es mi única realidad de todo esto, siempre lo he hecho desde el principio hasta ahora - sus manos se deslizaron hasta tomar su cintura pegándolos más.
Sunoo realmente quería creer en esas dulces palabras pero no podía con la imagen de ver al pelinegro besándose con alguien más. Lo atormentaban y azotaban su mente sin piedad haciendo añicos su corazón.
- Pero... tú ya tienes...a alguien...- susurró formando dos puños en el pecho de Riki.
No llores.
- ¿Qué? ¿De qué hablas Sunoo?
- Yo...- por favor no llores - Yo los ví el otro día...fue un accidente yo no quise pero tú no volvías y me preocupe - te lo pido, no quiero llorar frente a él.
Aunque ya lo estoy haciendo.
- Sunoo...- miró al chico rubio que se mordía fuertemente sus labios de abajo para seguramente no soltar sus sollozos. Lo conocía perfectamente, estaba nervioso igual que él, ansioso por sus manos inquietas y triste por la mirada en sus ojos.
Pero eso sólo fue un malentendiendo.
- Lo entiendo pero no quiero que juegues conmigo Riki...- su voz rota le llegó hasta el alma - Yo en verdad te amo y lo hago en demasía pero...- un sollozó ahogado se le escapó - Tú ya tienes a alguien más.
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no juzgues a un libro por su portada ✧ sunki
RomanceEl único que me amo antes de cambiar, fuiste tú, mi ángel. Eres el único que no me juzgó cuando no era nadie, el único que me quiso tal como era, el único que estuvo ahí para mí. El único que se atrevió a conocerme, leer cada parte de mí hasta el f...