cap. 7

375 71 18
                                    

Los días pasaron tan rápido frente a los ojos de ambos chicos que yacian sentados en espera del vuelo de Sunoo.

Riki miraba el suelo de losetas blancas mirando su reflejo en éstas. No quería que el rubio se fuera, pero no podía ser tan egoísta como para impedir que cumpliera su sueño.

Dejaría su felicidad de lado tan sólo un tiempo para ver a la persona más importante en su vida con una sonrisa. Cumpliendo sus sueños añorados.

- Nini te tengo un regalo.

La voz suave lo sacó de su burbuja mental, miró al rubio quien buscaba algo en su bolso y cuando lo encontró volvió a mirarlo con aquellos avellanas que tanto iba a extrañar mirar.

- Yo... sé que no es mucho pero espero, siempre lo uses - musitó en un hilo de voz negándose a llorar otra vez.

Riki miró en las manos pequeñas y delgadas una pulsera color verde con negro, con su nombre escrito en cursiva junto a un corazón a lado. Sus mejillas se sonrojaron, nervioso lo tomó y pese a las infinitas emociones mezcladas dentro suyo, sonrió.

Una sonrisa que Sunoo apreció de principio a fin. Mordiéndose los labios para no llorar, porque, se había prometido no hablar de sus sentimientos hacía él pelinegro. No quería perder su amistad, tan hermosa y pura como la que Riki le ofrecía. No podría con la tristeza del rechazo del pelinegro.

Porque, de verdad, lo ama.

- ¿Te gusta? - lo miro con esperanza y preocupación.

Riki lo miro, volvió a sonreír y asintió. Sunoo soltó el aire contenido.

- También tengo un regalo para ti - se sorprendió tras lo dicho - Lo había conseguido mucho antes esperando dártelo en una oportunidad, y creo que, ésta sería perfecta. Te prometí un mejor regalo ¿Verdad? Espero que sea de tu agrado.

Le extendió una cadenita de oro, de verdad. Con un corazón como dije y su nombre escrito ahí dentro de una forma preciosa, única. Sus mejillas se incendiaron, tomando el regalo sonrió.

No espero y abrazó a Riki.

Porque para Sunoo, Riki es su chico ideal.

- Me encanta...- volvió a mirarlo - Gracias Nini.

- De nada - respondió y secó la lágrima que resbaló por la mejilla de Sunoo.

Todos los pasajeros con destino a París, Francia favor de pasar por el pasillo número 7, gracias por su atención.

La corredora de voz anunció haciendo que los dos chicos soltaran un suspiro al mismo tiempo. Sunoo sonrió al mirar como Riki le ayudaba con sus maletas, era tan caballeroso, amable y muy atento. Todo lo que él ahora iba a extrañar.

A lo lejos divisó a sus padres, su madre le dijo que ya era hora de irse y él con un ademán le dijo que lo esperara unos segundos más. La mujer al mirar la cara de súplica de su hijo no se negó, asintió a lo lejos y Sunoo sonrió aliviado. Miro al pelinegro que terminaba de ver qué todas sus cosas estuvieran ahí.

Una vez más sonrió, antes de bajar por aquellas escaleras eléctricas se detuvo. Tomó la mano de Riki el cual alzó su mirada dejando la maleta para prestarle total atención a Sunoo.

Sólo tengo una oportunidad.

- ¿Sunoo? ¿Todo en orden?

Es ahora o nunca.

Con una gran bocana de aire, sonrió. Caminó firmemente hasta el pelinegro, agradecía que él era unos centímetros más alto así que tomó la mejilla de Riki y plantó un beso dulce, suave y algo torpe cerca de los labios rosados.

El pelinegro abrió sus ojos tanto como pudo, sintió como su alma casi abandonaba su cuerpo, que en cualquier momento moriría pero antes de hacerlo Sunoo se separó.

Tal vez no fue un beso directamente en la boca pero por unos segundos, la comisura de sus labios rozo con los del rubio.

Las mejillas de ambos ardían, tanto como un incendio vivaz. Riki se cubrió sus labios con su mano, tímido, avergonzado y sobre todo confundido.

¿Porqué...?

- Riki...prométeme algo - con nervios debido a lo anterior tomó la mano del pelinegro entre las suyas - ¿Puedes prometerme que... serás mío?

Riki casi se atraganta con su propia saliva. ¿Que él qué...? No aún no se creía lo del beso y le vienen con eso ¡Dejenle respirar!

Tragó pesado, nervioso y con miedo apretó la mano delgada siendo mirado por los ojos avellanados que ahora brillaban de una forma preciosa.

- Lo haré...- respondió. La sonrisa de Sunoo volvió a aparecer - Pero...

- ¿Pero...?

Riki tragó, ah diablos se suponía que hacía frío debido al invierno pero justo ahora se sentía en agua hirviendo hasta el tope. Reuniendo el valor que tanto ansiaba tener un día abrió sus labios temblorosos.

- Deberás prometerme que... también serás mío Sunoo - lo miró sonrojado hasta las orejas.

Sunoo sintió una inmensa felicidad rebosar en su corazón. Sin dudar asintió varias veces, abrazando otra vez al pelinegro.

- Espérame ¿Si Nini? Volveré.

Riki asintió con una sonrisa.

Con un último beso depositado en su mejilla vió al rubio bajar por las escaleras eléctricas. Cuando ya no lo vió dejó su sonrisa, llevó las manos a su boca y se permitió derramar las lágrimas antes contenidas.

Las despedidas son horribles.

- Te esperaré...mi ángel - murmuró.

(☆)

no juzgues a un libro por su portada ✧ sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora