Jungwon miró al chico, vaya al parecer era nuevo porque nunca lo había visto. Debía admitir que era muy precioso, de hecho su cara se le hacía muy familiar más no quería sacar conclusiones antes de tiempo.
Pero aquella pregunta sólo confirmaba más sus sospechas.
- ¿Buscas a Riki? ¿Lo conoces de algo? - inquirió con la intención de saber si el chico frente a él era quien creía.
El rubio lo miro, sus mejillas se sonrojaron y sonrió.
- Bueno él es...un viejo amigo.
Jungwon lo miro unos segundos antes de dejar el paño en la barra y mirar hacía las escaleras. Esperaba no equivocarse de persona de otro modo Riki lo mataría.
A punto de decirle al chico de cabellos rubios su respuesta un ruido proveniente del celular de éste lo interrumpió haciéndolo callar.
- Oh lo siento debo atender - contestó tomando el celular en manos - Disculpa ¿Puedo ir hasta el acceso de atrás?
- Claro, es el último pasillo - apuntó con su pulgar tras suyo - Yo le avisaré que lo buscas ¿Bien?
- Gracias y perdón por las molestias.
Dicho eso el rubio se fue, sólo así notó como otro chico de cabellos castaños ligeramente ondulados recorría con la mirada brillosa y boca abierta el restaurante. ¿Acaso vino con el chico de antes?
- Hey, ¿vas a ordenar algo? - preguntó sin cambiar su semblante.
Cuando el castaño volteó se quedó mudo. Frente a él estaba un modelo, pese a esos ojos que iban irradiando sólo frialdad e indiferencia encontró una pizca minúscula de amabilidad. Sus mejillas se sonrojaron un poco, odiaba esta parte de él. Era un enamoradizo.
Tanto como para que siempre le rompieran el corazón.
- Yo...no...yo... esperaré a mi amigo - su voz tembló de nervios por un segundo haciéndolo avergonzar.
- Como quieras - contestó el otro.
Jay miró como el chico pelirrojo subía las escaleras dirigiéndose al segundo piso, cuando la espalda de éste desapareció de su campo de vista soltó el aire antes reprimido. Se recostó en la barra escondiendo su rostro ¿Porqué siempre su corazón era así?
No quería gustar de alguien tan rápido. No creyó en el dicho "amor a primera vista" hasta ahora. Su corazón podía salirse de su pecho en cualquier momento.
Un pelinegro ponía ambas malteadas sabor fresa antes pedidas por dos chicas en aquella charola, cuando lo hizo se dirigió a la mesa siendo perseguido por las miradas coquetas, tímidas y seductoras de todas las chicas que se encontraban ahí.
Sólo así comprendió que el cambiar su físico también lo harían los comentarios hacía él.
"¿Lo haz visto? ¡Es un bombón!" "Madre mía, ¿Tendrá novia? ¡Que envidia por ella!" "Como quisiera ser sujetada por esas manos" "Chulada de hombre" "Es perfecto" "Ojalá tuviera un novio como él"
Lástima que ahora, los comentarios ya no le importaran como antes. Sólo si venían de las personas más importantes para él o al menos críticas constructivas con buenos argumentos entonces sólo así las tomaría enserio mientras tanto les daba igual.
Tan sólo era un humano más que respiraba, con cualidades únicas y especiales que lo hacían sentir bien consigo mismo, diferente al resto.
Porque al final, después de tanto tiempo entendió una cosa: "Todos somos hermosos y brillamos a nuestra propia manera. El mundo es el que no está listo para eso."
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no juzgues a un libro por su portada ✧ sunki
RomansaEl único que me amo antes de cambiar, fuiste tú, mi ángel. Eres el único que no me juzgó cuando no era nadie, el único que me quiso tal como era, el único que estuvo ahí para mí. El único que se atrevió a conocerme, leer cada parte de mí hasta el f...