cap. 14

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Con el sudor bajando por su cuerpo seguía subiendo y bajando las pesas, más tarde se encontraba corriendo en la caminadora que ahora era la más sencilla después de mucho tiempo. Y por último practicar boxeo, golpeando aquel saco rojo y negro mientras sus ojos azules eran destellantes cual flamas.

Ya han pasado 4 años.

- Bien...tiempo - apagó el cronómetro - Vaya Riki, rompiste tu propio récord.

El pelinegro tragó el agua haciendo mover su manzana de Adán, su cuerpo estaba sudado completamente haciendo que la camiseta gris se le pegará al cuerpo revelando su abdomen marcado, al escuchar aquello sonrió medio mostrando sus hoyuelos ahora más visibles.

- ¿Enserio? Eso suena genial hyung - respondió.

JungKook sonrió y se acercó al menor ya no tan menor. Riki ahora tenía 20 años, el tiempo pasó volando.

- Déjame decirte que creciste mucho Riki ¿Cuánto mides ahora? - le cuestionó guardando los guantes de boxeo.

- Hum...¿1.87? No recuerdo muy bien - sonrió apenado.

- Diablos niño, mides el doble que yo - bromeó haciendo reír al pelinegro - Aún recuerdo cuando apenas y lograbas alcanzarme. Ahora ya hasta me rebasas por una cabeza - los midió.

Riki sonrió orgulloso ante eso. Nunca creyó crecer tanto, bueno, al menos no como para ya no poder entrar por la puerta de su hogar sin que tuviera que inclinarse para no chocar su frente como ya le ha pasado.

Pero bueno, ni modo.

- Nos vemos hyung - se despidió del mayor.

- ¡Ve con cuidado chico! ¡O te raptan! - gritó sonriendo cuando el pelinegro le dedicó una mueca.

Riki suspiro, se ajustó su chaqueta cerrandola por completo. Mientras ahora, se subía a su auto. Dejó su mochila en la parte de atrás arrancando el motor.

En su muñeca aún se distinguía esa pulsera ahora un poco vieja pero especial para el pelinegro que conducía hasta su hogar sólo para ducharse rápido. Y ayudar a su madre con el restaurante.

De todos modos, la universidad podía esperar.

- He vuelto - cerró la puerta cuidando su cabeza.

- ¡Al fin llegas cielo! - su madre lo recibió con un beso de mejilla.

Miro que ya todos los empleados estaban ahí, incluso los chicos de preparatoria estaban ahí. En cuanto lo miraron se sonrojaron, las chicas pasaban tímidas un mechón de su cabello tras su oreja.

Nada nuevo para él. De algún modo logró acostumbrarse a eso.

- Me daré una ducha y te ayudaré en cuanto termine - le dijo a su madre.

- Ay mi niño, ¿No deberías salir con tus amigos a divertirte en lugar de estar aquí? - su madre lo miró sonriendo pero confundida.

Riki sonrió y negó dándole un beso en su frente. Ahora él era quien debía inclinarse para dárselo.

- Soy un adulto mamá, sé lo que hago. No te preocupes, Jungwon dijo que vendría aquí a darme una mano - le sonrió - Bien, me iré ¿Sí?

- Entonces apresurate - respondió ella con una sonrisa.

El pelinegro sonrió y subió las escaleras. Entró a su habitación entrando al baño, se retiró la sudadera negra, luego la camiseta gris. Ahora su reflejo en el espejo era distinto, sonrió satisfecho ante eso.

Su cuerpo era digno de un "modelo". Aunque para Riki todos los cuerpos eran dignos de caminar en una pasarela. De ser apreciados y respetados tal como lo eran.

No perdió más tiempo y se terminó de sacar toda la ropa metiéndose de una a la ducha.

(♡)

- ¡Hasta que sales! - comentó el pelirrojo - ¿Acaso te masturbabas y por eso la tardanza?

Riki lo miro mal.

- Claro que no idiota, no soy un maldito pervertido como tú - suspiro - Sólo tuve problemas para ajustarme la maldita corbata - hizo una mueca.

- ¿De nuevo?

Riki asintió frustrado.

- Cuando Sunoo estaba aquí, era más sencillo gracias a él - admitió.

-Te gusta, admítelo de una puta vez. Han pasado 4 años ¿Porqué no admites que lo amas y te lo quieres comer?

Riki rodó los ojos. Aquí vamos de nuevo.

- Ya te dije, amo a Sunoo pero no de esa forma.

- ¿Oh enserio? Entonces ¿De qué forma lo haces? - alzó una ceja apoyándose en la barra.

- Pues como a un amigo, un buen amigo - contestó y Jungwon sólo se rió - ¿Qué?

- Dios no puedo creer que estés diciendo eso. Suena tan divertido porque nadie lo cree - suspiro - Escucha Riki si sigues así vas a dañar a Sunoo.

Riki frunció su ceño ¿Dañar?

- ¿De qué hablas? Sunoo y yo no nos miramos de esa manera, además no sería posible mantener un sentimiento como ese dado el tiempo que pasó ¿O sí?

- Eso depende de las personas Riki - lo miro serio - Dime, ¿acaso has olvidado a Sunoo todo éste tiempo? Mejor dicho ¿haz podido dejar de pensar en él siquiera una vez?

Riki no dijo nada.

- ¿Y...eso qué significa según tú? - volvió su mirada al pelirrojo.

- Simple, estás enamorado.

Aquel silencio que reino en el lugar decía más que mil palabras, la mudez del pelinegro ante eso daba mucho en qué pensar.

Riki en cambio sólo sintió una leve tensión en él.

- Mejor olvidemos eso...- musitó - Iré a la parte de arriba. Nos vemos.

- Eh, Riki espe- ah mierda se fue...- hizo una mueca.

- ¿Aún no lo acepta, cierto? - Jungwon volteó de inmediato. Sonrió al mirar a la persona.

- JungKook-hyung...- suspiro y negó - Es un idiota, se sabe toda una enciclopedia completa de principio a fin, puede resolver ecuaciones a nivel global pero cuando de sentimientos, sus sentimientos se tratan, es un tonto - soltó con cansancio - Y sigue negando la idea de que ama a Sunoo ¿Puede creerlo?

El pelinegro mayor sólo esbozo una sonrisa.

- Yo creo que, el tiempo decidirá eso. Si Riki ama a Sunoo de una manera amistosa está bien, no digo que esté mal - tomó la copa de vino antes servido - Tan sólo será cosa de esperar, cuando Sunoo vuelva de nuevo es cuando las cosas tomarán otro rumbo. Créeme, yo sé de eso.

Jungwon miró las escaleras por donde su amigo había subido antes. Suspiró profundamente, ojalá pronto sepa cuáles eran sus sentimientos por ese chico Sunoo.

Porque estaba seguro que, lo que Riki sentía era amor del término romántico no amistoso ¿Entienden? Pero el muy tonto seguía convencido de que no era así.

- Bueno me voy - dejó la copa vacía - Tengo algo importante que hacer.

- ¿Visitar a su prometido verdad? - cuestionó obvio el pelirrojo.

- Es mi tesoro. Así que sí, tienes razón - se levantó - Saluda a Riki de mi parte.

- Claro, le diré.

Jungwon siguió limpiando la barra, hasta que una silueta se posó frente suyo. Más bien dos.

- Disculpe...

- ¿Sí? - dijo sin mirar a la persona mientras ponía con cuidado las copas de vidrio en los estantes - ¿En qué puedo ayudarlo?

- ¿Se encuentra Riki... Nishimura Riki?

Ojalá vuelvas pronto, Sunoo.

(☆)

no juzgues a un libro por su portada ✧ sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora