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Tres días habían pasado, desde el nacimiento de Yumeno, habían sido días duros para los niños, más para el menor, ya que tenía dolores por el parto, pero tenía a su mejor amigo a su lado, y el lo cuidaba mucho

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Tres días habían pasado, desde el nacimiento de Yumeno, habían sido días duros para los niños, más para el menor, ya que tenía dolores por el parto, pero tenía a su mejor amigo a su lado, y el lo cuidaba mucho.

Algunos encargados se empezaron a compadecer de los menores, así que, a escondidas del director, les llevaban biberones para que alimentaran al bebé, y una de las encargadas les dio una manta para que envolvieran al bebé en ella.

El director no estaba para nada feliz, se le veía en el rostro, y sabía que debía darles la lección a esos menores, ya que por sus "acciones".

Los niños eran felices durante esos tres días, el pequeño Yumeno no era tan complicado, no lloraba mucho, era tranquilo, todo el tiempo permanecía dormido, era algo que ellos agradecía.

Algunas encargadas se ofrecían para cuidar al bebé, pero los niños se negaban por miedo a que le fueran a hacer algo, pero ellas respetaban su decisión, sabían por que razón los menores tenían ese comportamiento, pero ya no había nada que ellos pudieran hacer para remediarlo.

Eran felices los tres, hasta que..

Una noche, el niño menor estaba dormido junto con su bebé encima de unos cartones, mientras en mayor supervisada la noche.

No había razón para su desveló, ya que estaban encerrados, pero el de quedaba despierto por los animales como arañas, hormigas, gusanos peligrosos, etc.

El los veía con ternura, y apreciaba la imagen que le brindaba la luz de la luna creciente.

El ya se estaba imaginando su vida con su mejor amigo y su bebé en el futuro, cuando ellos ya lograran salir del orfanato y ellos se dedicaban a trabajar y vivir una vida feliz junto con su hijo, estaba imaginando una vida sin preocupaciones exageradas, donde ellos podrían ser felices.

Pero salió de sus pensamientos cuando escucho unos pasos, dando señal de que alguien hiba acercándose.

Se acercó a su amigo y lo movió un poco para que despertara, el menor abrió sus ojos lentamente, hasta quedar despierto, se sentó despacio y se acercó a su amigo, mientras poco a poco acercaba a Yumeno junto a ellos.

El ruido de los pasos se hacían más fuertes, hasta que se detuvieron al estar cerca de la reja, los menores tenían curiosidad de saber quién los había llegado a visitar, y con la luz de la luna, lograron ver al director.

Ambos se asustaron y el menor abrazo con un poco más de fuerza a Yumeno.

Vaya vaya, perdón si los desperté. Joven familia...

El menor se acurrucaba junto al mayor, mientras este sólo los abrazaba— ¿Que quiere?

Solo vine a decirles un recordatorio...

Karera wa doko ni iru? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora