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8 de noviembre, 2038. 

18:54 p.m.

Juliette



Mis manos no han dejado de temblar con solo pensar en la posibilidad de que Connor pueda descubrir mis verdaderas intenciones en la azotea tras besarlo. 

Ha permanecido la mayor parte del camino en completo silencio. Dirige su mirada a su mano dañada por unos momentos, luego al camino nevado a su costado y a veces hacia el frente. Lo ha hecho repetidas veces, casi como un patrón. Pero en ningún momento se ha detenido a dirigirme la mirada. O siquiera la palabra.

Y por primera vez siento la verdadera preocupación de que no lo haga.

Los nervios por mis propias acciones me hacen maldecirme a mí misma. Demonios, soy una pésima mentirosa. Tal vez el hecho de que mi padre fuese policía y conociera mi lenguaje corporal durante mi niñez afectó en ello, pero no puedo evitar ponerme nerviosa cuando se trata de mentir. Mi voz tiembla al igual que mis manos, y ni hablemos del contacto visual.

Suspiro levemente para mí misma. Realmente debo aprender a mentir. Especialmente frente a Connor. 

El taxi finalmente se detiene frente a nuestro destino. Inconscientemente mi estomago se encoge al notarlo, haciéndome respirar profundamente para calmar mis nervios. No tengo idea de lo que pueda ocurrir allá dentro, pero el suspenso que hay entre nosotros no es realmente de gran ayuda. 

Al ver que Connor ha sido el primero en bajar, imito su actuar en completo silencio para dirigirnos hasta la entrada de mi casa del mismo modo. Al abrir la puerta cargándome ligeramente sobre ella, Bigotes se acerca rápidamente hacia mí junto a maullidos altos. Probablemente exigiendo caricias o comida. Aunque puedo apostar que reclama por ambas.

Connor sin decir palabra avanza por el salón para sentarse a esperar mi ayuda. Bigotes le sigue el paso al instante, acercándose hasta él en búsqueda de caricias que consigue fácilmente.

Los observo por una fracción de segundo, buscando relajarme un poco mientras los nervios empiezan a comerme viva. 

—Traeré algo para limpiarte, ¿sí?

No responde a mis palabras, aunque yo tampoco me detengo a esperar una respuesta por su parte. Ahogando un suspiro lo bastante bajo, me encamino en búsqueda de toallas y algo de alcohol junto agua para poder quitar el exceso de sangre azul de su cuerpo. Por un momento dudo si debo usar algo en específico para hacerlo al ser un androide.

Simplemente niego mis interrogantes, llevando todo lo necesario hasta el salón.

Al entrar nuevamente en la habitación, noto que Connor no se ha movido ni un centímetro de su posición. Manteniéndose justo como ha estado cuando abandoné la sala. Se ve tenso. En comparación a Bigotes, que ha decidido dejarlo en paz para comer, se mantiene sentado con su mirada fija en la puerta principal. En silencio.

Tras notar mi presencia, finalmente detiene su mirada sobre mí.

Y siendo realmente honesta... no sé si sea una buena o una mala señal que lo haga con esa seriedad impregnada en su rostro.

Intentando ignorar mis pensamientos, dejo las cosas sobre la mesa bajo su mirada atenta a todos mis movimientos. Ahora soy yo la que correspondo el contacto visual, sin animarme a romper la maldita tensión entre nosotros. Suspiro para mí misma, buscando el valor para pedirle esto sin enrojecer en el intento. 

—Necesito que te quites la camisa —le pido en un murmuro casi imperceptible.

No parece negarse a mis órdenes. Rápidamente se pone de pie justo frente a mí, quitando su chaqueta para finalmente quitar su camisa bajo su insistente mirada en mí.

failure | connor [dbh]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora