Capítulo 8

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''... Es hermoso'' Wei Ying podría mirar toda la ciudad desde una de las terrazas favoritas de Meng Yao. El omega mayor se aseguró de mantener a Wei Ying con los pies bien firmes en el suelo. Era como un pequeño niño salvaje, ansioso por sentarse en el barándal de mármol, para la incomodidad de Meng Yao, quien ya tenía desarrollado unos instintos de protección maternal de omega desde hacía unos años. "¡Receso de las Nubes es definitivamente el lugar más hermoso en el que he estado!" Muy bien, piensa Meng Yao. Quería que se enamorara de la ciudad, de su familia, necesitaba asegurar su lealtad hasta el final de sus días y el amor era la cadena más dulce que la vida podía dar.

"Me alegro de que ames nuestra ciudad, este es tu hogar de ahora en adelante", Wei Ying lo miró con sorpresa en el rostro, antes de sonreír brillantemente. Meng Yao no pudo evitar sentirse tentado y sonreír también. ''Por cierto'' Recuperó la atención de Wei Ying, es cuidadoso con eso, es fácil de tenerla, y también era fácil de perderla. "¿Te gustaría pasar la noche aquí? Ya es muy tarde y no sería seguro tener a Lan Zhan al volante"' De hecho, Wei Ying volteó a mirar a Lan Zhan a lo lejos, el alfa ha estado conduciendo de aquí a allá toda la semana, durante horas. No tiene el corazón para negarle su cama cómoda y cálida, después de todo, esta era la casa de Lan Zhan, la oficial.

Meng Yao no es capaz de ignorar esa mirada que se trona suave en la cara del omega mientras observa su alfa. Siente su corazón en paz, esto es todo lo que necesitaba saber, este omega era digno del apellido, de formar parte de su manada, los alfas no eran los únicos que cumplían el papel de guardianes y protectores. Los omegas también ayudaban, eran buenos protectores, sutiles, más silenciosos, astutos e inteligentes. Wei Ying salta al suelo por fin, para alivio de Meng Yao. ''¿Puedo dormir con mi alfa? No lo quiero lejos de mí'' No dormirá en un territorio desconocido, eso está claro, Meng Yao entiende.

"No tienes que preguntar", Meng Yao vuelve a tomar su mano. Le hace recordar a Wei Ying los viejos tiempos donde Wei Changze solía tomar la suya, ambos caminando por el supermercado, con temor de perder a su pequeño e inquieto niño. Meng Yao se siente familiar, en el buen sentido, alguien en quien podría confiar fácilmente y Wei Ying no confiaba fácilmente en un extraño.

Tan pronto como los alfas los ven acercarse, Lan Zhan mira su omega, preguntándose si ya deseaba irse a descansar y pasar la noche en su nuevo hogar, entre la mudanza, el viaje a Receso de Las Nubes, el amor y la cena, debía de sentirse agotado. ''Lan Zhan, ¿podemos irnos mañana?'' Meng Yao le dice a Lan Xichen sin decir una palabra que ya hablaron sobre el asunto. Esta mansión era hogar de Meng Yao tanto como lo era los Lans.

''Mn'' Wei Ying, que todavía olvida las reglas de mantener sus afectos en un momento íntimo para ellos, abraza a Lan Zhan gustoso, riendo felizmente. Lan Zhan lo abraza de vuelta, dejándole un beso en la parte superior de la cabeza. Lan Xichen finge que está en una conversación profunda con su primogénito, Lan Jingyi lo mira con curiosidad.

"Nos despediremos, entonces", Lan Xichen abre la boca. Esperaaaaa un momento, querido hermano, quiere decir. Los omegas duermen al otro lado de la mansión, en un ala segura de nuestra casa, solo se permitían otros omegas y mujeres beta. ''Buenas noches'' Peroo, ¿A dóóóónde crees que vas? Meng Yao, ¡se van, haz algo!

"¡Buenas noches, hermano Lan, hermano Yao!" Wei Ying no tiene todavía claro una forma dirigirse a ellos, y opta por irse a lo seguro. ¡El Ala Oeste es para omegas sin marcar!

"Buenas noches, Wei Ying, Lan Zhan, tengan dulces sueños, los veremos mañana por la mañana para desayunar" La pareja más joven se inclina por última vez antes de irse con una calma que Lan Xichen no tiene. "¿Sí?", le pregunta a su marido, una vez que el alfa y el omega están lejos de ellos a una distancia segura. Meng Yao sabía que tanto Wei Ying como Lan Zhan habían sido... íntimos, por decir lo menos. Probablemente a estas alturas la semilla de Lan Zhan ya estaba haciendo todo lo posible para plantar sus raíces y comenzar una nueva vida en el cuerpo de Wei Ying. No estaba embarazado, eso era un hecho, Meng Yao tenía un buen sentido del olfato, Wei Ying tiene una fragancia de fertilidad, su cuerpo joven le hacía saber a los alfas que estaba listo para ser preñado y llenado de cacharros, pero no había ninguno todavía, por ahora.

Propiedad de Lan ZhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora