C a p í t u l o | 0 6

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—Ya está, me voy a hacer abogado, puedo ser abogado en Japón, México y Estados Unidos, me va a ir muy bien

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—Ya está, me voy a hacer abogado, puedo ser abogado en Japón, México y Estados Unidos, me va a ir muy bien. —Dijo decidido.

—¿Eh..? —Maddie miró a su padre y madrastra.

—Nunca creí decir esto. —Dijo el padre de Maddie. —Pero estoy orgulloso de eso.

—¿Qué? ¿Lo dices en serio?

—Por supuesto, serás una persona exitosa, eres chismoso, terco, peleonero, hablador, mitotero, claro que tendrás mucho éxito. —Dijo sonriente.

—No sé si reír o llorar, pero da igual, ya está decidido, mamá. —Dijo él mirando a su madre.

—No puedo creer que finalmente vayas a ir a la universidad. —Dijo su madre.

—Pues de que vaya a ir quien sabe, pero ya hice mi trámite para registrarme a hacer el exámen. —Murmuró nervioso.

—Sé que quedarás, eres muy inteligente. —Dijo Maddie con una gran sonrisa.

—La cuestión es que... tengo que irme a Estados Unidos para estudiar allá. —Murmuró Robbie y todos quitaron sus sonrisas.

—Si eso te hace feliz, nosotros te apoyamos, muchacho. —Le dijo el padre de Maddie abrazando al chico por los hombros.

Y luego de un par de semanas, Robbie estaba presentando su examen, había estado alejado de todos debido a que estaba estudiando.

Derecho era una carrera algo difícil, pero no imposible para Robbie, así que lograría entrar y se quedaría.

Mientras tanto, Emma estaba algo consternada, no había visto a Robbie en semanas, y casi no se habían mandado mensaje.

—Emma, Robbie no te ha hablado porque está ocupado con lo de su universidad. —Dijo y entonces se le fue un peso del cuerpo a la rubia.

—Oh, me alegro que sea eso y no otra cosa, ¿Pero por qué no me dijo nada?

—Digamos que Robbie no quiso que nadie lo molestara para estudiar, y le pidió a su madre que le confiscara el celular.

Emma suspiró tranquila. —¿Y a qué escuela irá?

—A la Universidad Yale.

—Uh, no me suena esa escuela, ¿Estará por Osaka?

—Emma... esa universidad está en Estados Unidos.

Pero luego Emma dejó de respirar por un momento.

—¿Qué?

—Robbie planea ir a Estados Unidos para estudiar derecho allá, hoy hizo su examen y... yo realmente espero que entre a esa escuela, le hace mucha ilusión entrar ahí. —Dijo con una pequeña sonrisa. —Él está muy emocionado.

—¿Lo dices en serio? Robbie nos va a abandonar, ¿dejará a todos con tal de seguir... eso?

—¿Eso? —Cuestionó Maddie levantando una ceja. —“Eso” es su sueño desde hace unos años, así que si quieres ser su novia o algo por el estilo, lo menos que podrías hacer es apoyarlo.

—¿Piensas que realmente apoyaría a qué nos abandone?

—¡Es su maldito sueño, déjalo en paz! —Exclamó molesta. —Da igual que nos abandone como dices, si él está feliz por perseguir lo que quiere, nosotros no importamos, quién importa es él.

—Eso es tan malditamente egoísta, ¿En verdad vas a apoyar esa decisión egoísta?

—La egoísta eres tú por no dejar que Robbie haga lo que quiere hacer.

Y con eso, Maddie se alejó de Emma para irse de la casa de la rubia.

Emma se soltó a llorar porque no quería que Robbie se fuera de su lado, estar con él era muy lindo, no quería perderlo.

°°°

—¿Y cómo te fue? —Preguntó su madre una vez subió al auto.

—Espero que bien, por suerte supe responder todo, pero no debo confiarme.

—Estoy orgullosa de ti, cariño. —Dijo la mujer besando la cabeza de su hijo, para después poner el auto en marcha. 

Para cuando llegaron a su hogar, tanto Maddie cómo su padre habían arreglado una pequeña reunión para Robbie, con un cartel en la pared con un: “Buena suerte, Robbie”.

Después de comer, todos se pusieron a hablar sobre el examen de Robbie. Por suerte, el padre de Maddie había ayudado mucho a Robbie al estudiar, pues al ser director de una escuela tenía mejor preparación.

Para cuando decidieron irse a dormir, Robbie finalmente le mandó mensaje a Emma, disculpándose por no haber hablado con ella debido a que estaba ocupado con cosas de la universidad y el exámen, pero la fémina no le respondió así que pensó que probablemente ya se había ido a dormir.

Al otro día, Robbie se levantó con todas las ganas del mundo para ir a ver a la chica que me gustaba, así que se bañó, arregló, incluso hasta se perfumó para ir a ver a su chica.

Pero entonces, se llevó la sorpresa que afuera de la casa de los Sano, Emma y Draken se sonreían muy acaramelados.

No quiso adelantarse a los hechos, así que sólo se mantuvo mirándolos escondido detrás de un arbusto.

Pero su pobre corazoncito se rompió, cuando Draken se acercó a Emma, dándole un beso en la mejilla, y la fémina ni siquiera lo evitó, al contrario, sólo se rió y abrazó al gigantón.

Robbie tragó saliva, apretó la mandíbula y luego se fue del lugar. Pero Emma lo vió en cuanto se fue.

—¿Robbie? —Llamó pero el chico no quiso voltear. —¡Robbie, espera, no es lo que crees!

Robbie no se quedó a esperar una explicación, ¿Por qué querría una explicación de alguien que estaba con otra persona dándose cariño? Y sobre todo que era quien le gustaba, y que decía gustar de él.

Llegó a casa, y caminó hacia su madre quien estaba de espaldas a él lavando los trastes, Robbie la abrazo por la espalda y comenzó a llorar cuál niño pequeño.

—¿Qué...? ¿Robbie? ¿Qué pasa cariño? —La mujer a duras penas se giró hacia el chico, para abrazarlo de vuelta, pero él no quiso decir nada y sólo siguió llorando.

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B E T R A Y E D [TOKYO REVENGERS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora