¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Damas y caballeros, bienvenidos a... LA MEJOR PINCHE EXPERIENCIA DE SU PERRA VIDA A LA VERGA!
—¿Qué dijo el ridículo? —Preguntó Ran mirando confundido al de gorro.
—Yo nada más entendí verga. —Murmuró Rindo comiendo palomitas.
—¡Vamos! ¿Qué esperan?
—Todavía no entro y ya me quiero ir. —Se quejó Ran.
—Esto será increíble, siempre quise venir a estás cosas pero nunca había con quién. —Dijo emocionado Robbie mientras entraban los tres juntos al lugar.
—Oye Robbie, ¿Te enteraste que Kazutora está en prisión por haber matado a su mejor amigo?
—¿Neta? Ay, de la que me salve.
—¿Realmente no te importa?
—Yo le dije en lo que se metía, no quiso hacerme caso, no es mi problema. Lo mismo sucede con ustedes, les hice saber mi preocupación de que estén en una pandilla, si ustedes no quisieron hacerme caso, pues ya es su pedo.
—Ugh, eso fue cruel, pero está bien, supongo.
Los tres siguieron caminando hasta llegar a la casita del horror, en donde Robbie esperaba mojar los pantalones del susto. Había escuchado que el terror en Japón era una cosa pero bárbara, así que esperaba que fuera así.
Robbie es una persona muy asustadiza, así que esperaba con todas sus ganas asustarse hasta gritar y que se escuchará en todo el país.
Pero su decepción fue que no era como él esperaba.
—Fue una vil mierda. —Refunfuñó el de gorro luego de salir de la casita del horror.
—¿De qué hablas? Rindo casi se hace pis en los pantalones cuando la niña lo agarró se la pierna. —Rió Ran.
—El terror en Japón es un asco. —Bufó caminando rápidamente a otro lugar.
—Ugh, mira, un extranjero. —Comenzaron a hablar unas mujeres.
—Este país va cada vez peor, mira que aceptar extranjeros ya es una mentada de madre.
—Robbie, no las escuches, son mujeres grandes, tienen ideas de otras... ¿Robbie?
—No te preocupes, Ran, ya estoy acostumbrado. —Rió divertido Robbie. —Hasta crees que unas viejas chismosas verduleras pedantes hijas de la gran puta van a lastimarme.
Las mujeres lo miraron indignadas, ya que cuando Robbie dijo todo eso las estaba mirando fijamente.
—Que si creen que me voy a regresar a mi país están muy pinche mal, y así como ellas no quieren extranjeros, me vale verga y voy a hacer lo posible para que hayan más pinches extranjeros a la verga ¿como de que no?