5 - ¿Qué esperabas?

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El adolescente agitó sus manos en un intento desesperado de desprender la tierra que las cubría. Un suspiro de frustración escapó de sus labios al darse cuenta de que estaban húmedas y resultaría casi imposible limpiarlas de esa manera.

Junior apartó la mirada de sus manos y apretó sus ojos con fuerza, intentando mantener la compostura. No había pasado tanto tiempo, estaba exagerando. Tomó una última respiración y alzó su mentón débilmente en dirección a la ventana sobre él. Como lo había hecho por primera vez hace veinte minutos.

Las luces estaban encendidas, lo que le decía que probablemente estaba dormida. Pero incluso si lo estaba, el sonido de las piedras golpeando el cristal debió ser razón suficiente para que despertara. Una de las muchas que arrojó debió serlo.

Junior mordió el interior de su mejilla, considerando si enviarle un mensaje sería buena idea. No había respondido los últimos treinta. No había nada que le asegurara que lo haría esta vez. 

La idea de trepar el árbol junto a él y aparecer frente a su ventana siempre había sido una opción. Pero no quería obligarla a hablar con él de esa forma. Al menos no después de lo que hizo.

Sus ojos empezaron a recorrer todo el bosque, deseando encontrar una alternativa. Éstos se detuvieron en el suelo. Precisamente en una piedra. Una más grande que las pasadas. Un calor inexplicable empezó a esparcirse por su pecho, su respiración volviéndose más pesada mientras continuaba observando el mismo punto.

Junior se quedó estático mientras el movimiento de su pierna se hacía más agresivo. Pasaron varios segundos de meditarlo antes de que sacara el aire de sus pulmones y oficialmente perdiera la paciencia. Bastó con unos pocos pasos para llegar frente a ella. Se agachó para recogerla del piso y la sacudió para quitarle la plasta de tierra mojada de alrededor.

Los ojos del adolescente se dirigieron a la ventana frente a él de nuevo, sosteniéndola con fuerza entre sus dedos. Junior calculó la distancia entre él y la ventana para asegurarse de no terminar bañándose en lluvia de cristales rotos, y finalmente estiró su brazo. El estruendoso sonido de la piedra impactando con la ventana lo hizo mirar en varias direcciones para asegurarse de que nadie estuviera en el área aparte de él.

Genial. Ahora sólo esperaba no haber despertado a toda la jodida casa. El adolescente se volvió hacia la ventana de nuevo, sintiendo como el nudo de su garganta se apretaba más.

Al estar todavía bajo el efecto de esa extraña dosis de seguridad, la idea de trepar el árbol empezó a ser bastante atractiva para él. Irse no estaba en sus planes. No pensaba ir a ninguna parte si no hablaba con ella antes. Fuera como fuera.

Junior giró su cuello para ver su auto a la distancia y cuando volvió a ver al frente decidido a intentar la idea del árbol, ver una cabellera rubia al otro lado del cristal lo obligó a cerrar los ojos del alivio. Junior suspiró y se removió en su lugar para quedar más a la vista.

—¿¡Qué haces aquí!? —Lexy se asomó después de abrir la ventana, con una mueca de confusión y alzando la voz en un murmuro—. ¡Es de madrugada!

—Necesito hablar contigo —Junior respondió, igualando el tono de su voz y metiendo sus manos a los agujeros de su sudadera—. ¿Tienes un minuto?

A WAY TO KILL THE SOUND | 𝗃𝗎𝗇𝗂𝗈𝗋 𝗑 𝗋𝖾𝖺𝖽𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora