part two

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Salté en mi lugar y me encontré con la mueca de preocupación de mi hermano al darme la vuelta. Lo observé anonadada y fruncí el ceño, apenas siendo capaz de digerir sus palabras. No me había dado cuenta de que no había salido de mi estado atónito hasta ese momento. Quité sus manos de mis hombros y asentí con la cabeza por quien sabe cuántos segundos mientras fingía entender sus palabras y su vómito verbal, cuando la pregunta del millón llegó.

—¿Dónde estabas?

Mierda.

—Estaba buscando algo —contesté lo primero que se me vino a la mente.

Había algo de verdad en mi excusa y estaba segura de que soné creíble. Si había algo en lo que era buena aparte de terminar de leer un libro en un día, era mentir. Estaba acostumbrada a hacerlo. Lo había hecho por los últimos tres años. Pero Hades extrañamente no pareció convencido.

Nunca había dudado de mí. Ni una sola vez. Era ingenuo y confiaba en mi palabra. ¿Entonces por qué me estaba viendo de esa forma?

Sentí que la cabeza me explotaría por el dolor. En ése punto ya ni siquiera sabía qué había suscitado la sensación de opresión a los lados de mi cabeza. Me maldecí a mí misma por no haber pensado en algo más creíble mientras veía a través de los ojos de Hades como miles de preguntas oscilaban por su mente.

—¿Qué buscabas? —escuché la voz firme que muy rara vez usaba conmigo.

Sentí un escalofrío recorrer mi nuca.  Pero estaba segura de que mi rostro no cambió en lo absoluto.

—No entiendo por qué es relevante, pero me quité un anillo y se me cayó por accidente —respondí secamente.

—¿Lo encontraste?

Alcé mi mano y se la mostré como respuesta. Hades analizó los dos anillos de mi mano derecha y torció los labios.

El sonido de pasos acercándose a nosotros me hizo girar mi cuello para descubrir qué estaba alimentando las punzadas de mi cabeza. Sentí una sensación de alivio esparcirse por mi pecho cuando vi a Johnny y Lizzy caminando hacia nosotros, justo en el momento perfecto para interrumpir en el interrogatorio de Hades.

Mi hermano se giró hacia su novia y su mejor amigo por unos largos segundos en los que solo pude rezar para que no hiciera más preguntas.

Estábamos en un lugar público, si volvía a mencionar este tema de nuevo en casa tendría una excusa lista. No como ahora, que el malestar de la boca de mi estómago y de mi cabeza me impedían pensar lógicamente.

Hades se volvió hacia mí con el ceño todavía fruncido y sus delicadas facciones endurecidas. Estaba segura de que seguía escéptico sobre el tema, pero había decidido olvidarlo por ese momento para no perturbar las actividades que teníamos planeadas para ese momento.

Aunque sabía que volvería a interrogarme más tarde. Lo supe cuando, en los créditos de inicio de la película, ladeé mi cuello para ver su perfil y me encontré con una faceta de Hades que había visto contadas veces en mi vida.

Sentí una sensación agria en el estómago que, si no fuera por mis dotes actorales, probablemente me habría hecho retorcerme y soltar un gemido. Hades no estaba bien. No sabía si era porque desaparecí y estaba preocupado de que estuviera metida en algo malo, o si era por todo el asunto de Campbell.

Pero ambas cosas seguían siendo por mi culpa. Hades no estaba bien por mí, yo era la causante de que no estuviera mostrando a sonrisa que nunca quitaba de su rostro. Pero estaba haciendo todo eso para protegerlo, ¿cierto? Si Hades se enteraba de la verdad pasaría por lo mismo que yo o tal vez peor.

A WAY TO KILL THE SOUND | 𝗃𝗎𝗇𝗂𝗈𝗋 𝗑 𝗋𝖾𝖺𝖽𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora