Capítulo 3

6 2 0
                                    

Una Nueva Vieja Amiga

Una semana después fui a llevarle las vitaminas a Harold. Apenas llegué al lugar, estaba con él una mujer y un niño de no más de 6 o 7 años sostenidos de la mano. Apenas entré me preguntó quién era yo, un poco nerviosa y asustada. Le respondí con mi nombre, ella se echó a llorar y me abrazó. El pelo de la chica era largo, negro y liso. Su piel era un poco más amarillenta que la mía. Yo en realidad parecía estar un poco "Chamuscado" Por el sol

-Gracias, gracias por salvarlo (Me dijo la chica) Si no fuera por ti... Él no hubiese sobrevivido.

-Harold es bastante resistente (Dije intentando calmarla) No tiene porque llorar.

-Si él hubiese muerto, no hubiese sabido qué hacer. Estoy todo el día en nuestro pequeño apartamento con nuestros dos hijos. El más pequeño lo está cuidando mi hermana quien estaba de visita.

Ella lloraba descontroladamente abrazándome. Harold estaba despierto, con un yeso en el brazo izquierdo, observaba al que parecía ser su hijo como si fuera la última vez que lo viese. Podía moverse en la cama, se sentó y alzó la mano en forma de saludo. La chica terminó de llorar y se alejó un poco.

-Disculpa, creo que me emocioné un poco. (Le vi sonreír) No me he presentado, disculpa. Mi nombre es: Ágata Williams, soy novia de Harold.

-Bueno, creo que... A mí ya me conoces. (Caminé hasta la cama de Harold sonriendo levemente) Es un gusto conocerte Ágata. Lamento no haber venido antes amigo ¿Cómo te tratan aquí?

-Bueno. (Rió) A decir verdad. Se siente extraño estar en este lugar. Jamás había estado internado en un hospital.

-Créeme que yo tampoco y no quiero estarlo. ¿Por qué no tienes un yeso en la pierna izquierda? (Pregunté un poco confundido)

-Bueno, resulta que la bala no tocó el hueso. Sólo se deslizó entre los músculos y luego salió.

-Al parecer te prestó a la perfección mi medicamento. Ayuda un poco en la reconstrucción de los huesos pero... No te los hará reaparecer. Así que el daño que tengas en la muñeca creo que será permanente.

-Bueno, los doctores dijeron que tuve mucha suerte al no perder la mano.

-Vaya suerte. Deberías jugarte un billete de lotería. (Reí un poco y enfoqué mi mirada en el niño) ¿Y tú, niño? ¿Cómo te llamas? (Noté que el niño se escondió detrás de su madre sentada al lado de Harold)

-Él... Es muy tímido. (Dijo Ágata) Se llama Shaw.

-Un nombre tan obscuro para un niño tan... Tierno. No me gustan los bebés ni mucho menos los niños, los considero un poco insoportables. Y de verdad disculpen si les incomodó o si les ofendió mi comentario hacia el nombre de su hijo. Lo menos que quiero hacer es generar una discusión o algún problema.

-Ya verás, algún día vas a querer tener hijos. (Dijo Harold sonriendo) No hay cuidado amigo. Créeme que yo también pensé lo mismo al darle ese nombre.

-No niego el hecho de que pueda llegar a querer un hijo pero... Mi novia, por parte de ella tampoco quiere tener hijos. Así que... Si me den ganas de tener uno, no creo que a ella le guste la idea. Además aún somos jóvenes. ¿Qué edad tienen los dos?

-La verdad es que... (Dijo Ágata) Soy contemporánea con Harold. Tenemos 24. Eres Sgto. 2do, tienes porte de arma y aparte un laboratorio debajo de tu casa, pero te ves demasiado joven como para tener 30 Años.

-¡Vaya! (Reí un poco avergonzado) ¿Cómo te enteraste de que fui Sargento?

-En las noticias lo dijeron. (Agregó Ágata)

A través de la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora