Capítulo 8

6 1 0
                                    

Un Desafortunado Taxista

Terminé por aceptar que me sentía de esa manera; Triste y adolorido por causa del que era mi amigo, aceptarlo es lo más difícil, al menos para mí lo es. Me costó mucho el pensar: que las cosas no se superan, se aceptan y vives con ellas. Horas más tarde, ya todo había cesado, me costaba creer que ella aún después de haberle ocultado algo como esto siga siendo la misma persona conmigo.

Me hacía deducir cosas como: Quizás deba tener algún secreto también y si lo tiene... Pues, debe de tener sus razones. En ese momento aún estaba jugando en mi consola, esta vez Maxis estaba jugando conmigo, era hasta bonito, jugábamos cooperativo en el modo campaña cuando escuché sonar mi teléfono, era una llamada de un número desconocido, tenía curiosidad así que contesté pausando el juego, eran ya las 8:30 PM.

-¿Hola? ¿Quién es?

-¿Chris? Es Harold, oye...

-¡Harold! (Me sorprendí) ¿Qué pasa?

-Conseguí el instituto de medicina, tenemos dos semanas para presentarnos con tu invento.

-¿Negociaste sin mi consentimiento?

-¡No! (Se atoró con algo) No lo mires de esa manera. A lo que me quiero referir es que, te promocioné y quieren una muestra de tu invento. ¡Será genial! Te invito a cenar... A ti y a tu novia mañana en la noche y no me vengas con esa de que tienes que trabajar. Porque si todo sale bien... ¡Seremos millonarios amigo! (Gritó alegre) ¡Millonarios! (Escuché el llanto de un niño pequeño)

-¡Harold despertaste al niño! (Gruñó Ágata del otro lado del teléfono)

-¿En serio? ¿Crees que sea así? No creo que puedan pagar tanto por esa fórmula, supongo que si se las voy a vender... Tengo que vendérselas muy, muy costosa.

-Creí que seríamos sus productores. Nosotros producimos: ellos compran y utilizan.

-Tendremos que hablar de eso mañana. Acepto la propuesta hablaré con Maxis a ver si ella acepta también. (Maxis me miró algo sorprendida)

-Perfecto, yo pasaré buscándote a tu casa. Iré a las 7:30 PM

-¿Estás seguro? (Dudé un poco por su condición)

-Sí, tengo un amigo que trabaja en una compañía de Taxis.

-En ese caso creo que no habrá problema alguno.

...

A la mañana siguiente estaba tirado en mi sofá, repasando cada una de las cosas que pasaron el día anterior. Apenas colgué le comenté a Maxis y ella aceptó, aún tenía en la mente el rostro de Harold cuando estaba tirado en el suelo, era la misma imagen de Rogers y no me había percatado de ello. Un entorno que había desatado una acción repetida hacía ya un tiempo, ¿Había bloqueado ese recuerdo? No lo creo, aún lo recordaba como para contárselo a Maxis, simplemente no recordé la cara de Rogers al tratar a Harold, pero sí la recordé cuando entré en contacto con un ambiente bastante frio y pesado.

Ella dormía en mi habitación, me levante se supone que iba a hacer el desayuno, ahí fue donde razoné y me levanté del mueble. Fui a la cocina a preparar unos Sándwiches de lechuga, tomate, huevo, tocino, jamón y un poco de aderezo con jugo de naranja y limón. Hice cuatro, le dejé tres a Maxis, los puse en el mesón de la cocina tapándolos con un envase cóncavo lo suficientemente grande para ello, mientras que el jugo preparado lo guardé en la nevera.

Devoré uno mientras me volví a lanzar en el sofá, no tenía hambre pero, de una forma u otra tenía que comer. Me sentía algo deprimido a decir verdad, en cierta parte me dolía el que Robert no estuviese allí, él era uno de los pocos amigos que me quedaban y de seguro Mr. Mitch lo cazaría. No sabía dónde estaba, no sabía qué haría. Lo que sí sabía era que estaba aquí en la ciudad. ¿Debería buscarlo? No, no creo que deba de buscarlo. Es él, es uno de los mejores hackers, al fin y al cabo sabe cuidarse, me lo dijo y me lo demostró. Miraba al techo aparentando estar perdido, había terminado mi Sándwich ya.

A través de la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora