Capítulo 19

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Mi Último Día

Maxis Callagan o... ¿Emma?


Me encontraba esa noche parada atrás de Chris. Le observaba llorar arrodillado en frente de su amigo, Robert, quien yacía encima de ese taxi. Le miraba destrozado por la escena, miré el edificio y en la punta de este en la ventana rota logré notar una silueta de traje blanco, seguido de una llamada a mi teléfono.

-¡Señorita Callagan! (Le escuché alegre) Buenas noches.

-Buenas noches... (Dije calmada para no levantar sospecha alguna)

-¿Qué tal le ha parecido el espectáculo?

-Muy propio de ti ¿Qué más pretendes hacer?

-Sinceramente, hay un último trabajo que desearía que hicieras. ¿Recuerdas a Tyler?

-Ajá.

-¿Ves a Harold?

-Sí...

-Él es el siguiente trabajo.

En el momento que cortó el teléfono, me sentí profundamente inquieta, estaba tan inquieta que, entré en una especie de ataque de pánico, no iba a poder con tanto, Harold estaba ahí, al lado de Chris ¿Cómo iba a ser yo causante de un sufrimiento de Chris? ¿Cómo me perdonaría eso a mí misma? ¿Cómo me iba a perdonar el asesinar a Harold?

Caí arrodillada aún en shock preguntándome lo mismo una y otra vez, quizás llegué a manifestar algo de locura, pero logré tomar un vidrio del tamaño de un puñal y apuñalé mi brazo, el dolor me hizo despertar y volver en mí. En el momento que miré en frente, vi a un sujeto con traje blanco abrazando a una persona, una sonrisa malévola obscurecía el rostro de la persona, mientras que la otra parecía estar aturdida del terror.

Según mi intuición era Mr. Mitch tomando el alma de Robert. ¿Para qué querría a Robert y aún más siendo un espíritu? No logré sacarme eso de la cabeza hasta que llegamos a la casa de Chris

Logré regenerar la herida completamente, no quedó ni la cicatriz, lo mejor de lo mejor este tipo de habilidades. Apenas llegamos a casa, Chris fue a darse un baño y luego a la cama, al parecer no tenía mucha hambre, aún así me tomé la molestia de hacer algo de comida cacera. ¿Por qué? Bueno... Porque quería, el hecho de que a él no le diera hambre no significaba que yo no iba a comer.

Mientras estábamos cenando se me ocurrió preguntarle:

-¿Cómo te sientes?

-Bueno, murió uno de mis más viejos y antiguos amigos. No me encuentro nada bien, pero esta comida... (Dijo aparentemente muy calmado) Reconforta el alma y en cierto punto hace olvidar las penas.

-Me alagas, gracias. (Hice una pausa y luego agregué) Estoy preocupada por ti Chris.

-¿Por mí? Debe ser seguro por lo que ha estado pasando. ¿Mi estabilidad emocional o mental?

-Bueno... Sí, es por lo que ha estado pasando últimamente. Has perdido a muchos seres queridos en muy poco tiempo, normalmente deberías estar en un estado de: Catarsis o algún quiebre emocional.

-Por ahora me encuentro estable.

-Y eso es lo que me preocupa.

-Mi reina (Dijo tomándome de la mano) No tienes por qué preocuparte, de igual forma, agradezco que estés al tanto de lo que me ocurre.

Luego de comer y lavar los platos, nos fuimos a la cama. Logré inducirle a Chris el deseo de hacer el trato con la niña, el viejo con el sombrero y el hombre alto noches atrás, me preocupaba un poco el hecho de que él aún no estaba completamente convencido de hacerlo, así que tenía que jugar mi última carta.

A través de la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora