~ 11:45 a.m.
Chelsea James
Acerco el humo del mechero al sensor de humo y hago sonar la alarma de incendios, todos los alumnos y profesores salen a la calle pues se pensaban que habia un incendio, que ingenuos. Cojo a Axel de la mano y salimos junto a los demás sin levantar sospechas.
— Estás loca. -dice riendo-. Pero eso es lo que te hace única. -añade.
—Te como. -le beso.Nos unimos a los demás y cuando los profesores entran en el instituto cojo a Axel del brazo y nos alejamos de allí.
Al llegar a casa de Axel entramos ya que sus padres no estaban, ambos tiramos las mochilas al suelo y vamos directos a la habitación.
— Amor. -dice sonriendo.
— ¿Que pasa? -digo desabrochando los botones de mi camisa.
— Te amo muchísimo. -me besa cogiendome por la cintura.
— Yo más. -muerdo su labio.Dejo caer el pantalón al suelo y me meto en la cama una vez que estoy en ropa interior. Axel se queda en boxers y muerdo mi labio al ver sus trabajados abdominales.
Se sienta en la cama y me pongo encima de él sin dejar peso, baja el tirante de mi sujetador y me da pequeños besos por el hombro. Acto seguido lo desabrochar y lo tira al suelo, me acerco más a él hasta estar a centímetros, pone sus manos en mi cintura y va subiendo hasta llegar a mi pecho, lo beso y me muevo provocándole, su miembro crece y poco a poco lo voy notando más; sonrio al mirarlo y su cara cambia por completo cuando me acerco a volverlo a besar.
— ¡Axel! -grita una mujer furiosa detrás de mi.
— Mama. -traga saliva.
— ¿Quien es esta? -dice enfadada-. No te pago el mejor instituto para que estés en casa follando. -añade fría.
— Pero mamá. -responde serio.
— En menos de diez minutos quiero a esta fresca fuera de mi casa, y tú señorito ya puedes darme una buena explicación de porque no estás en clase. -se va.Recojo mi sujetador del suelo y me lo vuelvo a poner sin mirar a Axel, menuda situación más incómoda, tras ponerme la ropa lo miro, pues todavía esta abrumado por la situación.
— Nos vemos mañana. -digo dándole un beso en la mejilla.
— Lo siento. -responde él besándome.Tras recoger mi mochila salgo de su casa sin hablar con su madre puesto que había sido todo un bochorno y me dirijo a casa.
~ 13:15 p.m.
Blake Jones
Entro en la habitación del hospital y Joanna sigue todavía grave, por suerte sus padres se habían ido y no tenía que cruzarme con ellos, al fin y al cabo por mi culpa estaba su hija así.
— Blake... ¿eres tú? -susurra Joanna.
— Joanna. -digo cogiéndola de la mano.
— ¿Que ha pasado? No recuerdo nada y me duele muchísimo el cuerpo. -susurra débil.
— Un ciervo se cruzó cuando volvíamos del parque de atracciones. -digo derramando una lágrima-. Lo siento muchísimo, yo soy quien debería de estar ahí y no tú. -sollozo.
— No te preocupes, Blake. -clava su mirada en mi-. No es culpa tuya.
— Pero... -me corta.
— Olvídalo. -me apreta la mano-. Gracias por seguir aquí y no haberme dejado sola. -susurra con una pequeña sonrisa.
— Mi pequeña. -acaricio su mejilla.El doctor entra en la habitación y mira a Joanna serio.
— No deberías esforzarte tanto. -dice serio-. Todavía sigues débil.
— ¿Cuánto tardará en recuperarse? -digo acariciando su mano.
— Quizás unas semanas, no lo sabemos. Tendremos que hacerle más pruebas. -susurra éste.
— Esta bien. -la miro.El médico sale y me quedo con ella, las horas pasan y los ojos se me empiezan a cerrar pues no había pegado ojo en toda la noche debido al insomnio.
Despierto al escuchar varios gritos provenientes de Joanna y me acerco rápidamente a ella, el contacto de mi mano con la suya hace que se relaje y acaricio su mejilla pues parece que todo había sido una pesadilla.
— ¿Que haces aquí otra vez? -dice una voz ronca desde la puerta.
— Su hija... -me corta.
— ¡Te dije que no volvieras! -grito la madre de Joanna enfadada.
— Mamá, papá. -susurra ésta abriendo los ojos.
— Cariño. -se abrazan-. ¿Que hace él aquí? -dice fría.
— Él es mi amigo... -susurra.
— Pues te prohibo que seas amigo de éste, Por su culpa estás así, hija. -grita furiosa-. Te prohíbo volver a verle. Ahora vete y no vuelvas más por aquí o tendré que ponerte una orden de alejamiento. -sentencia la madre apuntándome con el dedo.Salgo de la habitación pues no esperaba una reacción así, camino escuchando los gritos de Joanna y suspiro al no poder hacer nada.
"Por su culpa estás así" son las palabras que no dejan de rondar por mi cabeza, todo esto había sido culpa mía y no necesitaba a nadie que me lo recordará a todo momento.Suspiro derrotado y me siento en el banco de siempre, saco un cigarro y lo enciendo para acto seguido llevarlo a mi boca, expulso el humo y cierro los ojos recordando el accidente, mis lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas y el cigarro se empieza a consumir así como la vida misma.
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Besos prohibidos.©
RomanceDesde pequeños nos han mostrado que los prototipos perfectos son chicas delgadas con curvas y buen trasero, en caso de no ser así ya eres el bicho raro, ya eres el hazme reír de todo el mundo, ya eres simplemente "La gorda". Sue, una adolescente de...