Capítulo 56

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Últimamente estoy durmiendo mucho y a cada rato, me siento siempre cansada sin hacer nada y los terribles dolores de cabeza.

Ya está nevando, comenzó desde el medio día y está haciendo un frío Atroz y eso no parece importarle a Caled ya que a pasado el día metido en la piscina.

Tomó algo abrigado y decido ir donde el, Toni apárese en mi vista y lo cargo voy a la cocina y le sirvo jugo para llevarle mientras yo tomo fresas con chocolate.

— Amor sal ya de ahí.. Tienes más de tres horas metido ahí y ya son las cinco de la tarde - Le digo a Caled sentándome en el borde de la piscina sin meter mis pies.

— Amor solo me quiero relajar - Pongo los ojos en blanco mientras mordisco una fresa.

— Mira te traje refresco - Se lo entrego cuando llega a el borde.

— Gracias amor - Me da un casto beso. La nieve cae a cantidad y se ve todo muy bonito.

— Ya estás mejor - Me pregunta por lo de hace horas.

— Si amor no era nada - Digo comiendo mis fresas.

— Eso espero - Toma una fresa de mi plato y lo miro molesta.

— Oye son mías.. eso si era tuyo - Le digo señalando el jugo.

— Pero yo quería - Se excusa el.

— Amor mañana después del trabajo podemos ir a el súper - El me mira sin entender.

— Quiero comprar unas cosas y quiero ir con tigo - Hago puchero mientras sigo comiendo. Es que no me lleno.

— Está bien Amor - Le sonrió mientras le meto una fresa en la boca.

— Cariño tú me debes algo - El al ver mi cara rápidamente entiende lo que le quiero decir.

— Aún no - Se mete a la piscina de nuevo sin esperar mi respuesta.

— Pero Caled.. Dame mi orgasmo - Le grito y él no me escucha así que me voy otra ves a la casa con Toni a mi lado.

Voy y me hago otro cereal ya eh comido tres platos con este. Me acuesto en los muebles de la sala de estar y me pongo a ver Netflix.

— Ah - Grito cuando llega Caled y me pone su mano fría en mi mejilla.

— Caled.. Me asustaste - Me quejo con la mano en el corazón — Estás frío - El ya está cambiado con su pijama larga azul.

— Estaba bañando lía - Ruedo los ojos y me vuelvo acostar.

— Lo sé - El le da la vuelta a el sillón y se sienta al lado de mi cabeza.

— Amor que miras - Me quita el control para ver mientras yo acomodo mi cabeza en su regazo.

— Esta noche mi quitarás el castigo - Pregunta coqueta. Quiero tener sexo con el.

— Tal ves - Le resta importancia el.

— Como qué tal ves Caled - El no responde asi que yo me levanto de su regazo y lo miro el solo me ignora con su vista en la peli.

Pongo mi mano en su entrepierna y lo siento tensarse, a los segundos se comienza a relajar. Cómo no hace nada me siento ahorcajadas en sus piernas.

— Muy traviesa está señorita lía - Dise con vos ronca creo que estoy consiguiendo lo que quiero.

— Con tigo siempre - Le digo con picardía y comienzo a besar sus labios él me corresponde metiendo su lengua asta mi garganta y siento su bulto tocar mi intimidad.

Él se levanta con migo encima, yo sigo besándolo mientras él nos lleva a el segundo piso a nuestra habitación.

Cuando entramos me pone sobre la cama y comienza a desvestirme a él igual que yo a él. Ya desnudos comienza a recorrer mi cuerpo con caricias y besos.

— Están gordas - Me dice mirando mis senos los cuales tengo muy sensibles.

— Creo que me va a llegar el periodo - El no dice nada y comienza su ataque en mi cuello.

— Caled por favor - Le ruego pérdida del placer, ya lo necesito. Él se voltea y me pone en su regazo.

— Móntame - Dice con vos ronca. Me sorprendo ya que él siempre quiere llevar el control y es la primera ves que me dice que lo monte.

Yo le sonrió y tomó su polla para posicionarla en mi entrada, deslizó suave y poco a poca porque en esta posición se siente mucho más grande y me llena por completo. Me muevo lento de arriba abajo y el gruñe al igual que yo, me da un azote y pone sus manos en mi cintura marcando su ritmo profundo y rápido.

— Ah - Grito cuando me penetra fuerte.

— ¿Estás bien? - Pregunta algo preocupado.

— Si.. No pares - El duda un segundo y prosigue. Dentro, fuera, lento rápido. Cambia de posición dejándome boca abajo en cuatro. Me vuelve a penetrar fuerte y preciso haciéndome temblar de placer estoy cerca. Pone una mano en mi cuello y me presiona la mejilla contra el colchón mientras me sigue embistiendo.

— Ah.. Si. Oh.. Dios - Gimo de placer - Más.. - Gruño al igual que el. Esto se siente malditamente bien.

Después de unas embestidas más me corro fuerte explotando en mis pedacitos. El me sigue corriéndose en mi interior a grandes chorros.

Cae a mi lado tratando de controlar su respiración al igual que yo poniéndo mi cabeza en su pecho mientras lo abrazo.

— Te amo - Le digo acariciando su dorso desnudó.

— Y yo a ti amor - Sonrió y lo beso.

Así nos quedamos un rato y después nos fuimos a duchar juntos. Nos hemos pasado la cena y me gruje la panza de el hambre.

Ya son las dos de la mañana y no eh podido dormir por el dolor de cabeza y las ganas de comer helado que se me a antojado.

Salgo de la cama con cuidado de no despertar a Caled y me voy a la cocina por algo de comer. Abro el refrigerador para tomar un helado de chocolate.

Me siento con una cuchara y mi helado en la isla de la cocina y comienzo a comer. Me sabe tan rico.

— Amor - Me sobresaltó al escuchar la vos de Caled a mis espaldas.

— Me asustaste Caled - El se sienta frente a mi y se ve algo dormido.

— Te busque en la cama y no estabas - El suelta un bostezo.

— Tenía hambre - Le resto importancia mientras sigo comiendo.

— Y te alimentas es de helado - Lo miro y pongo mi mejor cara te inocente.

— Me antoje.. Quieres - Le ofrezco el tarro.

— No me apetece.. Anda volvamos a la cama - Tomó su mano y en la otra el helado el solo entorna los ojos.

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