Capítulo 24

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Al otro día me despierto por el sonido de mi alarma. Que dolor de cabeza tan terrible, necesito algo para esta resaca.

Me levanto de la cama para ir a el baño y asearme un poco antes de irme a la casa ya que me quede en el departamento de Elliot porque mis padres están en la casa.

No se fueron ayer porque querían darme un regalo y como no llego ayer me lo darán hoy. Salgo de la casa en total silencio cuando ya eh arreglado la habitación.

Le dejo un mensaje a Elliot de porque me fui así y no me quede más tiempo. Ayer quedamos de que hoy volvemos a salir y esta ves si pienso ir nada me detendrá.

Llego a la casa y mis padres ya se habían levantado yo no sé cómo hacen para estar despiertos tan temprano, a las seis yo estoy en el mejor sueño.

Después de saludarlos y dejarlos viendo televisión basura subo a mi habitación dándome un baño para volver a la cama.

Me despierto a las diez de la mañana mucho mejor. Salgo de la habitación para ir a la cocina por algo de comida, mis padres no están y decido marcarles a ver dónde están.

— Mami.. ¿donde están? - Le pregunto una ves descuelga el celular mientras me tomo un poco de jugo.

— Cariño. Ya vamos, estamos en el centro buscando tu regalo - Me dice emociona.

— Mamá. No es necesario que hagan esto, estoy bien estando con ustedes y además no es mucha cosa - No me deja terminar cuando me interrumpe.

— Claro que es mucho cariño. Te acabas de graduar en administración de empresas, claro que vas a tener tu regalo y no quiero más peros - Dice cortando el tema de una ves.

Pongo los ojos en blanco aunque sé que no me está viendo y respondo.

— Está bien no dire nada. Los espero - Con eso cuelgo.

Tomó el desayuno que dejó mi madre en el microondas ya calentado y me dirijo a la habitación para ver Netflix mientras espero a mis padres.

Sin quererlo se me va el pensamiento así el. Que hubiera pasado si fuera ido detrás de él cuando Elliot me detuvo. La verdad me agradaron sus palabras, pero uno no puede ser tan orgulloso por que las cosas no funcionaran así.

A la media hora llegaron mis padres todos amorosos y con una sonrisa que nadie puede borrar. Cómo me gustaría buscar un amor así como el de ellos.

— Y bueno a qué debo tanta sonrisa y melosidad - Me hago la dolida porque no me están dando amor a mi.

— Tranquila cariño que para ti también ahí amor - Dice mi padre abrazándome, mientras me río por lo bajo.

No puedo creer que mis padres todavía se dejen manipular por mis pucheros y cara de dolida con mis 22 años.

— Bueno ya vamos a ver tu regalo - Dice mi madre caminando hacia la salida.

— Cual es mi regalo. ¿Que es? - Pregunto ya animada por la curiosidad del regalo.

— Ya verás cariño, ven vamos - Mi padre me tapa los ojos con su mano para que no mire mientras me saca del apartamento.

Una ves en el estacionamiento mis padres cuentan asta tres y me destapan los ojos. Mi boca casi cae a el piso cuando veo lo que está en el estacionamiento.

Es un auto, recuero cuánto eh soñado con el Nissan GTR, mejor conocido como Godzilla y tenerlo aquí de frente es una maravilla.

Estoy pasmada no sé qué decir ni me puedo mover. Volteo a ver a mis padres que me dan una sonrisa de oreja a oreja, los abrazo fuerte a los dos agradeciéndoles.

— Gracias gracias. Enserio este auto es mío.

— Claro cariño este es nuestro regalo. Te acompañará a todo lugar - Me dice mi padre.

— Pero como - Pregunta una ves estoy saliendo de mi bruma.

— Llevamos tiempo reuniendo dinero y trabajando horas estra para complacer el sueño de nuestra pequeña - Está vez responde mi madre.

— Ve a probarlo, nosotros vamos arreglar las cosas por qué ya nos tenemos que ir - Dice mi padre dándome la llave del auto.

Las cojo y me dirijo a el. Tiene un moño rosa en la parte delantera, es todo negro como me lo imagine entro en este y les digo chao a mis padres con un movimiento de mano.

Lo enciendo y rápidamente escucho su motor salgo del lugar y me pongo a recorrer las calles aún me queda dos horas y más para ir a el trabajo.

Cuando voy en este recibo un mensaje de Giorgio recordándome de la salida de hoy. Yo creo que piensa que tampoco iré esta ves.

— No olvides el plan de la noche.

— Claro hoy si iré a ver traceros con tigo.

— Eso si me gusta.

Mi amigo y sus amados. Después de dar vueltas en él centro con mi auto decido volver a casa ya que me queda una hora y mis padres entual parten.

Ya estoy en mi trabajo, mis padres se fueron cuando yo salía a trabajar, quedamos que en un mes lo iré a visitar. Al llegar Laura no paraba de decirme que mis padres eran los mejores.

La invité a la salida de hoy pero no quiere ir, aunque no me voy a dar por vencida asta convencerla, me sorprendió cuando dijo que no, ya que ella es muy amante a las fiestas.

Me queda una hora más de trabajo para salir. Voy atender una mesa de una pareja que acaba de llegar.

— Buenas puedo tomar su orden - Digo con el bolígrafo y el papel en la mano.

— Yo quiero un café - Habla la mujer.

— Y yo una aromática - Dice el hombre.

— Algo más - Pregunta ya que no siguen hablando.

— Por ahora solo eso - Dice el chico.

Me retiro por su orden asintiendo. Me encuentro hablando con Laura para que acepte salir también pero sigue con su no.

— Anda Laura vamos a divertirnos un rato - Le digo por decimanoventa ves.

— Enserio lía. no puedo - Responde lo mismo.

— Está bien. Pero si cambias de opinión me escribes yo paso por ti - Escuchamos un carraspeo a nuestras espaldas.

Nos volteamos rápidamente para mirar de quien se trata y me quedó blanca al ver que es Caled.

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