Capítulo 20

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Ya hoy es lunes de nuevo y volvemos a lo mismo que la semana pasada, trabajos y más trabajos. Lo bueno de esto es que ya falta una última semana para graduarme.

Ese día lo pasé de mejor junto a Caled, él en ningún momento me dejó sola y me vivía preguntando sobre el dolor de cabeza.

Tuve una muy buena charla con mis amigos cuando llegue a la universidad. Ellos ya están planeando sobre la fiesta de graduación y la ropa que van a usas.

Decidi dejarlos con sus cosas y me encamine a el salón de clases. Caled aún no había llegado, y me siento un poco preocupada de lo que le haya sucedido.

El profesor entra a dar inicio a su clase, y no ahí rastro a un de Caled. Así termina la clase y el por ningún lado.

Llego la otra hora de clase y nada que aparecía, ya me di por vencida de que no vendrá segura trabaja desde casa. Nos hicimos en grupos para realizar una actividad.

Planeamos cosas acerca de la graduación y todo eso. La puerta se habré de un momento a otro y rápidamente dirijo mi vista así ya.

Me encuentro con esos ojos azules como el mar, luce más serio de lo habitual está enojado y su mirada como siempre fría. Se acerca a el profesor y le da una hoja escrita para luego sentarse en su puesto.

Que le habrá pasado. Si me acerco y le pregunto, no creo que sea buena idea, lo importante es que lo mire el día de hoy.

Las últimas horas transcurren rápido y algo amargada por parte de Caled. Estamos ya empacando para irnos algunos a casa y otros a sus respectivos trabajos.

— Mierda - Susurro para mi ya que me siento mojada. No me digas que me volvió la regla pero si hoy es el último día y no me baja.

Porque me pasa esto a mi. Cojo mis cosas y me pongo el bolso en las nalgas para salir a buscar una higiénica a mi casillero. En el transcurso note más mirada de Caled en mi espalda.

Me encuentro en el baño y efectivamente me eh manchado. Que are a hora no traje saco esta ves y mis amigos de seguro ya se habrán ido.

Escucho unos toque en mi puerta, quien será. Decido abrirla con cuidado, me encuentro con Caled, Dios que vergüenza ya debo de tener la cara peor que un tomate.

— Bueno, supongo que necesitas esto - Me ofrece su saco, la pregunta no ah llegado a mi sistema cuando la digo.

— Como sabias que estaba en apuros - El solo me mira mientras le quito el saco.

Cierro la puerta por que se que no me va a responder y me lo acomodo de forma que no se me vea la mancha. Salgo del baño y él sigue aún ay.

— Muchas gracias. Me has salvado, cuando lo lave te lo paso.

— No hace falta.. Me enteré porque pusiste una cara de susto y asco a la ves - Que miron pues.

— Yo. Gracias debo irme - Le digo una ves me eh lavado las manos.

Salgo de el baño dejándolo atrás. Decido ir a la casa, salgo de allí y me voy en bus para el trabajo. No quiero un regaño por llegar tarde.

— Hola Laura - Saludo a mi amiga una ves llego a la cafetería.

— Hola lía qué más - Me devuelve el saludo con una sonrisa.

— Muy bien y tu - Hace un asentimiento con su cabeza.

Voy a ponerme la ropa de trabajo. Comienzo limpiando las mesas que están sucias y ya desocupadas.

Las horas an transcurrido lentas, ahí pocos clientes el día de hoy así que cuando no ahí quien atender me siento a charlar con Laura.

A llegado la hora de mi salida. Decido ir a cambiarme con Laura ya que a terminado nuestro turno pero todavía no llegan la del otro turno.

— Lía. Puedes hacer el favor de llevar estos cafés a la mesa diez - Me dice Laura ya que aún no llega el otro turno.

— Claro. No ahí problema - Agarro los cafés y los pongo en la bandeja.

Esto de camino a la mesa diez y cuando estoy a punto de llegar mis ojos se encuentran una escena que nunca me hubiera gustado ver.

Caled está ahí con la chica de la otra ves. Ella le acaricia la mejilla, él no hace nada solo disfruta. Ella se acerca más a él y lo besa.

Siento que algo se me rompió por dentro. Me duele el pecho como si me hubiera metido un cuchillo filoso. Me duele tanto ver cómo el le corresponde el beso con una intensidad, que tonta fui.

Cuando logro salir del shock en el que estoy, ya es tarde porque siento como la bandeja cae a el suelo y rápidamente ellos se separan.

Caled me mira con asombro y nerviosismo, seguro que pensaba que ya me había ido. Ya no me dejaré pisotear de esta manera es suficiente.

— Perdón - digo agachándome a levantar todo el desastre que eh hecho.

— Pero que mal servicio - Espeta la chica.

— Caled deberías de hablar con tu padre sobre el servicio de esta cafetería - ¿Que? pero qué demonios acaba de decir.

— Mariel por favor - Habla el por primera ves con vos dura.

— Que cariño es la verdad - Interviene ella de nuevo.

— Lo siento - con eso salgo de ese lugar sin poder creer lo que acabe de escuchar.

— Chicas pueden hacer el favor de llevar dos cafés a la mesa diez - Les digo a las nuevas chicas de turno.

Asientes con sus cabezas.

No espero más y salgo rápidamente de la cafetería. Gracias a Dios el bus qué pasa por mi casa acaba de llegar.

Lloro sentada en el bus, no se porque lo hago si de todas maneras no somos nada. Aún no puedo creer que el padre sea el dueño de la cafetería.

¿¡Porque no me lo dijo!?- bueno seamos sinceros, yo no soy nada para el y porque debería decirme.

Cómo no saberlo de un principio. Su apellido está de cartel, solo me dije que ahí muchas personas con ese apellido.

Llego a mi departamento subo rápidamente a mi habitación y empaco ropa para mañana y mi pijama. Dormiré en el apartamento de Elliot.

Estoy segura que si me quedo aquí en media hora estará jodiendo en mi puerta. Cómo se atreve a tratarme como si fuera suya y besarme cuando quiere teniendo novia.

Quiero llorar, esa es la única forma en que puedo aliviar un poco este dolor de mi corazón.

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