Capítulo 19

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Me despierto al otro día con una resaca, un fuerte dolor de cabeza ganas de vomitar. Miro mi cuarto y me pongo a pensar en lo de ayer pero no recuerdo bien todo está borroso, rápidamente se me viene el pensamiento de él.

- Mierda Caled - Susurro para mi levantándome de la cama en dirección del baño

Me doy una ducha rápida me pongo lo primero que encuentro y salgo rápido de la habitación, voy a la cocina y me lo encuentro allí.

Tiene unos shorts negros camisa blanca y mis pantuflas de conejo. Se ve tan chistoso, carraspeo mi garganta para que sepa que estoy allí, voltea su vista y me da una leve sonrisa.

— Buenos días lía - Aún con su sonrisa me habla.

— Buen día - Le digo poniendo mi vista a el piso y decido hablar de nuevo.

— Yo. Bueno, quiero saber que hice ayer que dije. Hice un escándalo o dije algo inapropiado - Pregunto aún con mi vista a el piso.

— No te acuerdas de nada - Habla con vos de esperanza, y me siento mal por no recordar.

— No. Yo. No me acuerdo que dije o hice. Pero dime tu que fue lo que te dije - Con mi vista en sus ojos azules como el mar le Pregunto.

— No dijiste nada - Me ofrece un plato con sopa, lo miro asombrada y rápidamente le pregunto.

— Tu sabes cocinar - El suelta una risita mientras asiente.

— Si, cosas de personas que les toca lidiar con su propia resaca.

— Wow, ya veo. Así que tu madre no te las lidia - Hablo mientras me mentó una cucharada de sopa a mi boca.

Pero el no dice nada, en cambio en sus ojos veo enojo y nostalgia, que habrá pasado será que metí la pata en preguntar eso.

— Disculpa no quería incomodarte con mi comentario - Rápidamente vuelve a sonreír olvidando lo qué pasó.

— Tranquila no pasa nada - Asiento y él se pone a mi lado también a comer.

— Tu sopa sabe muy rica - Le digo lamiéndose labios, él solo me sonríe.

Escucho mi celular vibrar y rápidamente me levanto a buscarlo. Es una llamada de Elliot, descuelgo y del otro lado de la línea se escucha su rasposa vos.

Lía. Cariño cómo estás - Me dice algo preocupado.

— Bien Elliot, y ustedes qué tal la pasaron - Él suspira y dice.

Bien. pero faltaste tu cariño - Pobre mi mejor amigo no pude salir con ellos.

— lo siento mucho cariño. No podía ir pero me alegro que disfrutaron - Trató de animar.

Bueno cariño. Te dijo hablamos después y cuídate.

— Tu igual cariño - Con eso cuelgo la llamada pero al levantar mi vista y encontrarme con la mirada de enojo de Caled me paralizo pero qué pasó a hora.

— ¿Que? - Le pregunto ya que me mira y no dice nada.

— Que te eh dicho de no decirles cariño a tus amiguitos - Ruedo los ojos, ya va a comenzar con su posesividad.

— No quiero discutir con tigo sobre esto - Le digo para que no siga.

— Me va a matar el dolor de cabeza. Qué Pereza ir a trabajar hoy - Me quejo y el solo se ríe. Ven que es bipolar.

— Pues llama y di que no puedes ir - Habla como se fuera algo simple.

— No creo que me den el permiso- Digo con un puchero.

— Yo digo que si, anda llama.

— Que positivo estás hoy - La verdad es rara la ver que él es positivo.

— Are una llamada, no tardo - Como siempre ignorando mis palabras.

Se siente tan bien estar a su lado. Deseo decirle que me gusta, pero temo a su reacción. Me partiría el corazón si me dice que no siente lo mismo que yo.

— Y bueno ya lo llamaste - Me pregunta llegando a mi lado después de unos minutos.

— No. Me tomare dos analgésicos y me iré - El me mira como si tuviera dos cabezas.

— Que lo llames y le digas, nada pierdes - Ruedo los ojos y hago lo que me pide.

Cojo mi celular y marcó el número de mi jefe al tercer tono contesta y yo me quedo muda no sé cómo empezar o qué decir.

— Señorita lambordi me escucha - Pregunta del otro lado mi jefe pero como sabía que era yo quien llamaba.

— Eh. Si. Le llamaba para decirle que si puede hacer el favor de dejarme el día libre hoy - No tarda en responder.

Claro. Que tenga una buena tarde - Con eso cuelga y yo me quedo petrificada, que habrá desayunado hoy.

Esto está muy raro, siempre que lo llamo para eso me hace un mar de preguntas y me dice asta de que me voy a morir. Mientras hoy aceptó como si nada.

— Dijo que no ahí problema. Pero si te soy sincera algo me huele mal - Le habla a Caled ya que me mira con la obvia pregunta en la cara.

— Quien sabe. Y qué vamos hacer ahora - Se dirige a mi con las cejas levantadas.

— Bueno. No se, que dices tu - Mejor pongo esto en sus manos.

— Que te gusta hacer cuando estás en casa - Me hace esa pregunta.

— Ver peli y comer - Él se ríe.

— Bueno agamas eso pues - Parpadeo dos beses por que no creo que esté diciendo eso.

Nos dirigimos a mi recámara ya que en esta tengo el televisor. Busco en Netflix algo bueno, pero no veo nada. Le paso el control a él y al instante pone una.

Se siente también estar así con él. voy atesorar todos estos momento, para cuando tenga el valor de decirle que me gusta.

Ya vamos en la mitad de la película y está muy buena mientras eso comemos algunos dulces. En el medio día hicimos una domicilio.

Él pidió comida sana. Y yo mi arroz chino eso no lo cambio por nada. Almorzamos y volvemos a lo mismo de las películas en ocasiones nos miramos.

Pagaría por estar todo el tiempo con él así. Lo mejor para mi es irme alejado. No se que hacer el no me puede ver con nadie mas por que se vuelve loco.

No me dice nada de que le gustaría ser algo con migo solo se vuelve un idiota y ya.

Posesivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora