Me despierto al otro día un poco mejor, cuando toco en mi espalda no lo siento pero me queda la alegría que durmió con migo.— Carmen no quiero eso.. Mi bebe está antojado de cereal - Me quejo con ella por décimaquita ves.
— Hija pero tienes que comer cosas saludables para que te recuperes rápido - Me vuelve a decir ella.
Quiere que desayune una rara sopa del hospital no diría nada. Si fueran de sus manos si pero no lo son.
— Comete ya esa sopa - Me ordena Caled que se había mantenido callado en el sillón de la habitación.
— Pero - Siento como mis ojos comienzan a llenarse de agua y estoy a nada de llorar. Malditas hormonas.
— Oh. No. No llores cariño.. Comerás cereales voy por ellos - Me dice Carmen limpiándome las lágrimas de las mejillas.
— Y fresa con chocolate - Digo moqueando.
— Está bien pero no llores - Asiento y ella me besa la coronilla para encaminarse después a la puerta.
— No la hagas sentir mal - Le advierte a Caled quien pone los ojos en blanco.
Las cosas van normal entre nosotros esta mañana yo intenté varias beses acercarme a él pero me ignora supongo que sigue enojado.
— Buenos días.. ¿Cómo amaneció señorita? - Dice mi doctora.
— Bien.. pero con ganas de comer lo mismo y no me dejan - Me quejo y ella se ríe.
— Es normal.. Antes de medio día puede irse a casa - Asiento y ella vuelve a salir de habitación.
Solo quedamos Caled y yo, no lo miro solo tengo la vista en mi pequeño vientre mientras lo masajeo con mis manos.
— Lía.. perdóname ¿sí? - Dice después de un largo tiempo en silencio y lo volteo a mirar.
— No ahí nada que perdonar Caled. Lo que me dijiste con rabia o sin ella es verdad - Le digo tratando de retener mis lagrimas — Yo debí decírtelo pero me calle.
— Y yo debí hablarte de otra manera y tratar de comprenderte mejor. No se tan duro - Se acerca a mi.
— Dejémoslo en pasado - Digo cuando comienza a limpiar mis lagrimas. Cuanto extrañaba su cariño.
— Bien.. Pero no llores más o Carmen me matara - Eso me saca una risita.
— Eso si, sonríe. Perdóname enserio - Me abrazo a él fuerte cuando besa mi frente.
— Y tu a mi. Amor - En eso la puerta se abre y entra Carmen.
— Sabía que de hoy no pasaban sin hablarse - Nos dice poniendo las cosas en una mesita del cuarto.
— Son tal para cual. Yo me tengo que ir a casa hacer el almuerzo para cuando lleguen y limpiar un poco - Dice besándome y luego a Caled para salir del lugar despidiéndose con movimientos de su mano.
— A ver que ahí aquí - Dice él tomando mis cereales y sentándose en un lado de la cama.
— Abre - Comienza a darme mis cereales como si fuera un bebé.
— Disfruta esto porque cuando lleguemos a casa comerás cosas saludables - Dice poniendo el semblante serio.
— Pero a tu hijo le gusta - Me tapo la boca por lo que acabo de decir.
— A nuestro hijo le gustará las comidas de su papá ya verás - Me dedica una sonrisa.
— Lo llamaste nuestro - Digo feliz.
— Si.. Nuestro pequeño o pequeña - Eso me saca unas lagrimas de felicidad.
— Vamos. No llores - Acuna mi cara con sus manos y me besa.
— Son las hormonas amor - Me vuelve a dar otra bocada de cereales asta que se acaban y viene con las fresas.
— Ya no comas más - Me dice Caled por quinta ves.
— Amor solo un poco más.. No ves que el renacuajo quiere más - El me mira desconcertado y le explico lo de renacuajo.
— Amor yo lo llamo así. Es que es tan chiquitito que no se alcanza a ver y por eso lo llamo así - Arruga su entrecejo.
— No lo llames así - Dice el con fingida repulsión pero se que le causa gracias.
— Así si le dire asta que nazca - El me besa y toca mi vientre a la ves.
— Nuestro pequeño renacuajo - Sonrió entre el beso a él igual que el.
***
— Llévatelo, llévatelo - Le digo a Carmen tapándome la nariz al dejar el plato de comida en frente de mi.
— Tráele lo mismo que a mi Carmen - Le dice Caled y lo volteo a ver.
— Sabes que tus comidas a dientes no me gustan - Digo casi en un grito de frustración.
— Espera ya verás - Me dice el calmado como si no lo acabara de gritar.
— Aquí está - Carmen pone el plato a mi lado y yo me tapo la nariz.
— Vamos come - Toma una cucharada de su poco de verduras que tiene en su plato Caled y me ofrece.
Me acerco lentamente y abro la boca tomando el bocado de su cuchara, mastico y no siento nada, más bien me entran ganas de comer mas.
Que traidor es mi renacuajo.
— Qué tal - Pregunta con una sonrisa.
— A mi renacuajo si le gusta esa comida y la que a mi me gusta no - Comienzo a llorar.
— Vamos no llores a él también le gustará - Me anima el.
— Y si no me quiere - Lloró a mares y él se ríe.
— Claro que te quiere amor e incluso te ama porque eres quien lo lleva en su vientre nueve meses - Me abrazo fuerte a él.
Después de almorzar y comerme una tonelada de chocolate subí a mi recámara a descansar otra ves mientras que Caled se sentó en el sillón hacer algunos trabajos de la empresa.
Me gusta estar así con el, que nos llevemos bien y no peleemos por nada. Suelto un bostezo y me dejo llevar por los brazos de morfeo.
— Amor despierta - Escucho a lo lejos que me llaman y gruño.
— Anda perezosa arriba - Me mueve de los hombros.
— Caled ya.. Deja dormir - Me quejo dándole un manotazo.
— Bueno ya que no se quieren levantar me comeré toda la cena yo solo - Al escuchar eso me levanto con un resulté y él se carcajea. Mm que hambre.
— No es gracioso - Me quejo bostezando y el me da un beso en los labios.
— Espera aquí yo voy por la cena - Asiento y me acomodo en la cama.
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Posesivo
RomanceDespués de una relación si puede existir el amor verdadero. Lia una chica que por una rotura amorosa no quiere volverse a enamorar pero lo que ella no sabe es que no puede mandar en el corazón y tal ves terminará cayendo en los brazos del chico pose...