Capítulo 2

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Cansancio

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| Fingir sonrisas |


"¡Yo soy el hijo del emperador tirano, Anastacius de Alger Obelia! Mi nombre es Orión ¡Y el legítimo heredero de ese trono donde reposas y esa corona que portas!"

Orión Athan de Alger Obelia. —  





El sonido de las gotas de agua que caían a las baldosas del baño parecía más una canción de consuelo para su persona que una simple molestia.

Sus ojos viajaron hasta el espejo de cuerpo completo frente a la tina donde se encontraba dándose un baño para mostrarle su imagen; el cabello empapado pegándose a su rostro pálido por las horas llorando, temblando por el frio del agua y con ojeras de las tantas noches que tenía pesadillas recordando el suceso.

Porque no podía olvidar, estaba grabado en su mente.

La muerte de su padre, esos ojos enjoyados que lo veían con tanto cariño y felicidad cuando le daba dibujos, correr a sus brazos; todo eso se terminó aquel día. Y como si los dioses fueran crueles con él, le arrebataron la vida de su madre como si no valiera nada.

Solo le quedaba eran Asher y Roselyn.

El resto podía morirse y no se sentiría triste por ellos, pero si era uno de los tres...

Destruiría el imperio entero hasta encontrar a sus asesinos.

— Príncipe, se lo suplico, salga del baño... se podría enfermar.

— ¿Ya regreso? —pregunto con cautela alzando su mano provocando el movimiento del agua. —

— ... no, su alteza.

— Entonces no saldré.

— ... entendido.


Cerro los ojos para hundirse en la tina, la presión del agua contra sus oídos igual al día donde tuvo que nadar para sacar a Nisha del lago imperial.

El rostro pacifico de su hermana, con su tobillo lastimado y con solo un zapato.

Juro ente lagrimas hacer pagar a la responsable, pero ahora estaba castigado por rechazar la invitación de té que le envié esa estúpida meretriz.

Que finja ser dulce, gentil y una mujer que merezca el trono de emperatriz de Obelia, se iba a encargar de demostrarle que no le dejaría el camino libre a ese niño que lleva en su vientre.

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