Capítulo 24

65 5 5
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


| What if...? |

° Eira siguiera con vida. °



Una familia

[Capítulo único]



Claude fue despierto debido a unas pisadas, añadiendo que algo pesado cayó sobre su estómago, sacándole el poco aire que había sido capaz de inhalar antes de aquel ataque sorpresa.

— ¡Papá!

Las voces algo chillonas exclamaron al mismo tiempo brincando con energías, causando que golpeara su cabeza contra el colchón de su cama con una mueca de dolor.

— Clau...

— Ya sé, sigue durmiendo, querida.


Movió su mano para hacer flotar a los pequeños mellizos, quienes comenzaron a quejarse al ser apartados, con una sonrisa antes de ponerse una bata, para terminar acomodando la sabana que cubría a su esposa.

Prefirió dejarla descansar, luego de estar atendiéndola toda la noche, para ocuparse del par de demonios que tenían por hijos.

— ¿Qué hacen despiertos tan temprano?

— Athy despertó. —dijo su hijo mirándolo seriamente. — No deja de llorar.

— Orión se estresó ante los llantos de Athy, ya que contagio a Zenith.

Suspiro dándole una mirada a su hijo mayor, quien simplemente sacudió sus ropas al ser dejado en el suelo con una expresión fastidiada.

— No dejan dormir.

— Entiendo, iré a verlas.


Tomo la mano de Nisha, viendo como sobaba su ojo soltando un bostezo, siendo seguidos por el menor.

Caminaron un poco, siendo que la habitación donde dormían las más pequeñas estaban prácticamente a un lado, siendo separados por las de sus hijos mayores, a petición de su esposa.

El llanto de las menores se podía escuchar desde la entrada, aun teniendo las puertas cerradas, y al abrirlas, el llanto solo fue más fuerte ante su oído.

Ya comprendía el porqué su hijo estaba de tan mal humor, sabiendo perfectamente el oído sensible con el que contaba, debió ser el primero en darse cuenta de que sus hermanas estaban despiertas.

Se acercó a la cuna blanca para mirar a su hija mayor, quien se removía entre llantos, por otro lado, la pequeña rubia lloraba con todas sus fuerzas, hasta el grado de tener el rostro rojizo.

The other sideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora