Un Secreto Imposible

Capítulo 33

Celine salía con Asher en sus días de descanso, en algunas oportunidades con Hayden, lo que era genial para ella. En algunas oportunidades iban los dos solos, para poder conversar ya de otros temas.

Asher observaba a Celine, y al igual que el primer día, estaba cegado por su belleza. Su corazón latía con rapidez, y es que jamás en su vida habia estado con alguien como ella.

La chica lo observaba y sonreía, no sabía cuando había ocurrido o como, lo único que sabía que estar junto a él la volvía completamente loca.

- Falta poco tiempo, Celine.

-¿Poco tiempo para qué? - Preguntó la chica sin entender.

-Para poder estar juntos definitivamente. Como ya sabes, soy aprendiz de doctor, y ya se muchísimo por lo cual no me preocupa mucho alejarme de aquí.

-¿No sientes lástima por el señor Campbell y tu madre?

-Pues en este tiempo lo he conocido mejor, es bastante agradable y mi madre sigue igual que siempre. Si ellos quieren que me quede, tendrán que aceptar que quiero estar contigo, o si no me iré sin titubear.

Celine veía a Asher muy convencido de lo que quería hacer. ¿Y si esta vez era verdad?

Recordando las veces desde que conocía a Asher, él jamás le había fallado en algo.
Asher jamás había mentido o le había hecho daño, por lo que quiso confiar en él.

-No se qué me hiciste, Asher... - Susurró Celine.

-No se qué me hiciste tú. - Respondió este. Ambos sonrieron y se besaron con lentitud.

Esos momentos eran los mejores para ambos ya que podían demostrar que a pesar del tiempo y la distancia, no había nada más importante que ellos dos.

-Nunca había amado a una mujer, como te amo a ti.

Celine sonrió, ¿cómo era posible que Asher fuera tan dulce?
Lo abrazó, sintiendo su olor. Olía a perfume, lo que la hacía sentir genial. La hacía sentir en casa.

Se acercó a besarlo de forma pausada. Sintiendo cada momento de forma muy intensa. Se encontraba en la casa de Asher, aprovechando que los señores de la casa no estaban.

- Te amo, Celine.

La chica lo observó con sus ojos llenos de pasión, si bien llevaban un par de semanas viéndose, aún no había sucedido nada entre ellos.

Iban a su ritmo, y el momento se armaba sólo.

Asher acarició el rostro de la chica con suavidad, a lo que Celine cerró los ojos para disfrutar del contacto.

Cuando abrió los ojos, ella misma se desabrochó la parte de arriba de su vestido, para luego dejarlo caer lentamente al suelo luego de pararse.

Asher la observaba embobado, sin perderse ningún movimiento. Celine se acercó sentándose sobre él, besándolo.

Para Asher, el sentir la piel de la chica fue como estar en el paraíso. Era tan delicada y tan suave que lo hacía delirar mucho.

Sonreía mientras Celine se dedicaba a besar su cuello.
Asher entraba cada vez más en desesperación ante la lentitud de las acciones de Celine. Por lo que en esta oportunidad, la tomó de la cintura y la recostó sobre la cama tomando el mando de la situación.

Celine adoraba la actitud de Asher, ella era feliz completamente sintiendo al chico cerca de ella.

No supo en qué momento Asher se quitó su ropa pero ahí estaban ambos, admirando el cuerpo del otro.

Sin mucho preámbulo, fueron uno. Así como la primera vez, amándose y deseandose el uno al otro.

Definitivamente era algo que nadie podía dejar.

Asher dejó a Celine en su casa y prosiguió a volver a la suya, iba con mucha felicidad en el rostro pues había pasado uno de los mejores momentos junto a la chica que amaba, pero aún así cuando llegó a la misma, los problema se avecinaban como un fuerte huracán.

Cuando ingresó  a la casa observó a su madre molesta, y ahí sentada en el sillón se encontraba Evelyn.

-Que bueno que ya estas aquí, Asher. - Sonrió la chica.

-Bienvenida, Evelyn. - Asher no podía guardar su incomodidad. Ya había hablado con su madre anteriormente sobre ese tema.

-Madre, hablemos por favor. - La mujer asintió y ambos se dirigieron al despacho del señor Campbell.

Y apenas la mujer cerró la puerta tras de sí el chico soltó todo.

-¿Por qué la trajiste? - Preguntó con algo de molestia.

-Ella es tu prometida, hijo.

-No me casaré con ella. Te dije que no lo haré. No me gusta Evelyn.

-Ella es mucho mejor que la chica que estas viendo. Y que además, traes a mi casa a escondidas.

Asher abrio los ojos sorprendido.

-¿Creías que no me enteraría? No puedo creer que le faltes el respeto a tu prometida viendo a otra mujer.

-No me casaré con ella. - Repitió con tono duro.

-Pues, tú debes hacer lo que yo digo. Te casarás con Evelyn Smith, te guste o no. Y ahora deberías ir a atenderla.

-No lo haré. Atiendela tú, pues es tu invitada. - Dijo Asher y salió del despacho de forma molesta.

Ella no tenia derecho de exigirle con quien debía formar su vida.
Para él solo había una, y no era Evelyn.

Ni se preocupó en ir al living donde la dama rubia estaba. Simplemente se acercó a su cuarto, cerrando la puerta tras de sí, se recostó en su cama recordando el tan mágico momento.

Y es que aún no entendía como esa chica podia volverlo loco. No cabía nadie más en su mente, y si, Evelyn Smith podría ser muy bonita, pero no era la chica para él.

Se sentó en su escritorio y se dispuso a leer para olvidar esos pensamientos que lo aquejaban.

Comenzó a hacer lo que más le gustaba, que era escribir para su amada.
Ya no tenía nada que contarle sobre lo que hacía, pero sabía que podía decirle una y mil veces lo feliz que era con ella y lo mucho que la amaba.

Sonrió.